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jueves, 23 de julio de 2015

INVESTIGACIÓN: EFECTO ACEITES VEGETALES DIETA CABRA MALAGUEÑA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la adición de aceites vegetales con distintos grados de insaturación a las dietas de cabras en lactación, y su efecto sobre la digestibilidad y la producción y composición de la leche.

El contenido de lípidos de las dietas comunes de los rumiantes (2-5%) puede elevarse para aumentar la concentración energética de la ración alimentaria, reducir el riesgo de acidosis ruminal y la caída de la grasa láctea, o modificar los ácidos grasos absorbidos en el intestino delgado y depositados en sus productos. El incremento del contenido graso de la dieta requiere la adición de materias primas especialmente ricas en lípidos o fuentes de grasa. La adición de fuentes de grasa protegidas mediante procedimientos físicos o químicos (encapsulación, hidrogenación, sales de calcio, acilamidas) a la dieta de los rumiantes permite incrementar la cantidad de ácidos grasos dietarios disponibles para la absorción intestinal a la par que se reducen los efectos negativos sobre la población microbiana ruminal.

Por el contrario, la inclusión de lípidos no protegidos (semillas oleaginosas, aceites y grasas) en la dieta puede afectar negativamente a la población microbiana del rumen y, por tanto, a la digestión de la dieta y el suministro de sustratos a la glándula mamaria para la síntesis de la leche. Una amplia revisión realizada por Martínez Marín y colaboradores (2011) ha permitido constatar que un aporte igual o inferior a 4% de grasa extra en la dieta no suele afectar negativamente la digestibilidad total de los carbohidratos fibrosos, con independencia del grado de insaturación, forma de presentación y procesado de la fuente de grasa (33 tratamientos sin efecto sobre un total de 40). Cuando la cantidad de grasa extra es mayor de 4%, la ocurrencia de un efecto negativo es más probable (19 tratamientos sobre un total de 32). 

La mayoría de los trabajos de investigación que han reportado el efecto del suministro de fuentes de grasa no protegidas a hembras rumiantes lecheras sobre la digestibilidad de la dieta se han realizado con vacas en lactación; mientras que el número de investigaciones similares realizadas con cabras en lactación es menor. No obstante, se ha comprobado que la adición de aceites vegetales ricos en ácidos grasos insaturados (AGI) a la dieta tiene efectos diferentes sobre la producción y composición de la leche según se trate de vacas, ovejas y cabras. En este sentido, algunos investigadores señalan que la mayor velocidad de tránsito ruminal característica de las ovejas y las cabras podría atenuar el efecto negativo de los AGI sobre la digestión ruminal y la producción de sustratos para la glándula mamaria (Sanz Sampelayo y colaboradores, 2007). Por otra parte, la mayor velocidad de tránsito reduciría la producción ruminal de isómeros del ácido linoleico conjugado (CLA) que tienen efectos metabólicos directos sobre la síntesis de grasa láctea (Chilliard y colaboradores, 2003), como por ejemplo, el 18:2trans-10,cis-12, y 18:2trans-9,cis-11 (Shingfield y Griinari, 2007).

En los ensayos realizados en este trabajo los animales fueron mantenidos de acuerdo con la normativa española de protección de animales de experimentación (Real Decreto 1201/2005, de 10 de octubre, sobre protección de los animales utilizados para experimentación y otros fines científicos). Se utilizaron 12 cabras de raza Malagueña (45±5 días de lactación, y 47,2±4,2 kg de peso vivo inicial), alojadas individualmente en jaulas de 1,0 x 1,4 metros, con suelo permeable a los excrementos y dotadas de comederos y bebederos independientes. El régimen de iluminación fue de 16 horas y la climatización aseguró condiciones termoneutras en el alojamiento. En los meses previos al comienzo de las experiencias todos los animales fueron vacunados y revacunados frente a agalaxia contagiosa, mastitis gangrenosa, enterotoxemia y septicemia hemorrágica. El ordeño se realizó individualmente, una vez al día, a las 8:30 horas, utilizando el sistema de ordeño mecánico instalado en el alojamiento. Al finalizar el ordeño, la leche residual se extrajo mediante ordeño manual. La ración se formuló de acuerdo con las recomendaciones de NRC (2007), se preparó diariamente para cada una de las cabras y se repartió en dos comidas iguales a las 9:30 y 16:00 horas.

Los animales fueron asignados al azar a uno de cuatro tratamientos: sin aceite añadido a la dieta y adición de 48 g/d de aceite de girasol alto oleico, aceite de girasol normal o aceite de lino (dietas CONTROL, GAO, GN y LIN, respectivamente). La dieta base estuvo compuesta por heno de alfalfa y un concentrado granulado en proporción 30/70. La composición del concentrado fue (en g/kg): 375,0 de maíz, 374,9 cebada, 200,0 harina de soja, 30,0 de premezcla de vitaminas y minerales, 20,0 aglomerante, y 0,1 de antioxidante. Los concentrados de los tratamientos con aceite incluyeron 3,85%, sobre peso seco al aire, de uno de los tres aceites. El suministro de concentrado en cada dieta se ajustó de acuerdo con el contenido de aceite para un aporte igual de nutrientes en todos los tratamientos con excepción de la grasa extra. El contenido de energía metabolizable y proteína metabolizable calculado de acuerdo con NRC (2007) fue 2,67 Mcal/kg y 123 g/kg en la dieta CONTROL, y 2,77 Mcal/kg y 119 g/kg en las dietas GAO, GN y LIN. El período experimental duró 21 días, incluyendo la adaptación a los tratamientos y la toma de muestras.

El peso vivo (PV) de las cabras se controló al comienzo y al final del período experimental mediante una báscula, con una precisión de ±0,1 kg. Las pesadas se realizaron siempre inmediatamente después del ordeño y antes de la primera comida del día. El consumo de alimentos se registró diariamente para cada animal y se calculó como la diferencia entre la ración ofrecida y los residuos recogidos en el comedero al día siguiente, antes de la comida de la mañana. Los ingredientes de la dieta fueron muestreados al comienzo del experimento y almacenados junto a los residuos a –20 ºC hasta el análisis. La digestibilidad se determinó utilizando cromo como indicador externo. El cromo fue ligado a harina de trigo mezclando homogéneamente ésta con dicromato potásico diluido en agua y calentando la masa húmeda obtenida, protegida del contacto con el aire, durante 24 horas en estufa a 100 ºC. El producto así preparado se añadió al concentrado en una cantidad de 2%. La recolección de heces de recto se realizó durante cuatro días a intervalos de cuatro horas, atrasando la recogida una hora cada día. Muestras de 25 g de heces se desecaron en estufa a 103 ºC, posteriormente se mezclaron alícuotas de las muestras de cada cabra para obtener una muestra compuesta para el análisis. El contenido de cromo del concentrado y las heces se determinó por colorimetría. La digestibilidad se calculó según la fórmula: Digestibilidad = 100 – [100 * (%indicador en el alimento / %indicador en las heces) * (%nutriente en las heces / %nutriente en el alimento)].

Los procedimientos descritos por AOAC (2006) fueron utilizados para determinar la materia seca (MS) y la fibra bruta en los alimentos, los residuos y las heces, y las cenizas, la proteína bruta (PB) y la grasa por hidrólisis ácida previa (GHA) en los alimentos y las heces. La fibra neutrodetergente (FND) fue analizada por el método de Van Soest y col. (1991). El almidón se determinó por polarimetría. Los carbohidratos no fibrosos (CNF) fueron calculados por diferencia. Los ácidos grasos de los aceites fueron metilados de acuerdo con ISO (2000) y cuantificados por cromatografía gaseosa mediante el procedimiento descrito por ISO (1990). El último día del período experimental se recogieron dos muestras de leche de cada animal. Una muestra se utilizó para la determinación de la composición química, mediante análisis en un Milko-Scan FT120 calibrado para leche de cabra. La muestra restante se conservó congelada a –20 ºC. La producción individual de leche se midió en cada uno de los tres últimos días del período experimental y se expresó en una base de 24 h.

El estudio estadístico se realizó con el procedimiento GLM de SAS 9.1. El modelo utilizado para el análisis de los datos de digestibilidad fue: Yij = μ + αi + εij, donde Yij = variable dependiente; μ = media general; αi = efecto del tratamiento (i = 1 a 4); εij = error residual. El modelo utilizado para el análisis de los datos productivos fue: Yij = μ + αi + βXij + εij, donde Yij = variable dependiente; μ = media general; αi = efecto del tratamiento (i = 1 a 4); βXij = covariable (valor preexperimental de la variable dependiente); εij = error residual. La comparación de las medias se realizó por el test de Tukey. El nivel de significación se estableció en P < 0,05 en todas las pruebas. Los resultados presentados en los cuadros están expresados como medias de mínimos cuadrados, ajustados por la covariable en el caso de los datos productivos.

Los resultados obtenidos indican un consumo de aceite inferior al previsto (48 g/d), si bien no se apreciaron diferencias significativas (P > 0,05) entre tratamientos: 42,2, 44,2 y 40,9 g/d (EE = 4,5), en los tratamientos GAO, GN y LIN, respectivamente. Por otro lado, el consumo de AGI fue claramente mayor en las dietas con aceite añadido y hubo diferencias apreciables entre estas en el grado de insaturación de la grasa aportada. El ácido oleico representó casi el 50% de los ácidos grasos totales aportados por la dieta GAO. El ácido linoleico supuso en torno a 40% de los ácidos grasos totales aportados por la dieta GN, duplicando el contenido de ácido oleico. En la dieta LIN, el aporte de ácido α-linolénico fue ligeramente mayor que el del ácido linoleico y, a su vez, el aporte de ácido oleico fue menos de la mitad del de éste. 

En cuanto a los resultados de consumo, excreción fecal y digestión de los componentes de las dietas y coeficientes de digestibilidad total aparente de estos, no se detectaron diferencias significativas (P > 0,05) por efecto del tratamiento en el consumo de los componentes de la dieta ni en los parámetros digestivos calculados a partir del coeficiente de digestibilidad total aparente, con excepción de la GHA. La cantidad consumida y digerida y el coeficiente de digestibilidad total aparente de la GHA fueron significativamente mayores (P < 0,05) en las dietas con aceite añadido. El almidón fue completamente digerido, hallándose la cantidad en heces por debajo del límite de capacidad de detección del método analítico (< 5% MS). Los contenidos de nutrientes digestibles totales (NDT) y la energía metabolizable (EM) de las dietas, calculados a partir de los datos de digestibilidad, no fueron significativamente distintos (P > 0,05) entre los tratamientos.

Por otra parte, los tratamientos no afectaron significativamente (P > 0,05) al consumo de materia seca (CMS) total, al consumo de concentrado, a la producción lechera ni a la composición de la leche. El consumo de heno de alfalfa fue significativamente mayor en los tratamientos CONTROL y GN, menor en el tratamiento LIN e intermedio en el tratamiento GAO. Aunque el contenido de grasa láctea no mostró diferencias significativas entre los tratamientos (P > 0,05), se observaron diferencias numéricas paralelas a las diferencias observadas en el consumo de heno de alfalfa. El porcentaje graso fue numéricamente mayor en los tratamientos CONTROL y GN, menor en el tratamiento LIN e intermedio en el tratamiento GAO.

La ausencia de efectos negativos de la adición de los aceites a la dieta control sobre la digestión de la PB es un hallazgo común en los experimentos de digestibilidad. De forma general, la inclusión de fuentes de grasa no protegidas en la dieta de los rumiantes no afecta o aumenta la digestibilidad aparente de la PB. Algunos autores indican que los lípidos no protegidos no afectan al flujo duodenal de nitrógeno no amoniacal ya sea de origen microbiano o dietético, por lo que el efecto de los lípidos sobre la degradación de la PB en el rumen y la síntesis microbiana es mínimo. Sin embargo, otros autores observaron que la adición de 4,5% de grasa extra en forma de aceite o semilla de soja a la dieta de cabras en lactación redujo la digestibilidad aparente de la PB, hecho atribuido a una menor degradación de la proteína dietética por reducción de los protozoos ruminales, y, por tanto, una mayor contribución de la misma al nitrógeno fecal. Por el contrario, Jouany (1996) observó que la reducción de la población protozoaria del rumen a menudo resulta en un aumento del número de bacterias y mayor entrada de proteína microbiana al intestino delgado; este hecho podría resultar también en una reducción de la digestibilidad aparente de la PB, pero la causa sería una mayor excreción fecal de nitrógeno microbiano no digerido.

La adición de fuentes de grasa no protegidas a la dieta de los rumiantes, especialmente aceites vegetales, se relaciona comúnmente con una reducción de la digestibilidad de las paredes vegetales. La causa estriba en el efecto negativo, bien conocido, de los aceites sobre los protozoos y las bacterias fibrolíticas. No obstante, la ausencia de efectos negativos de los aceites sobre la digestibilidad de la FND observada en el presente trabajo está de acuerdo con experimentos publicados en los que la adición de aceites con similar grado de insaturación (colza, soja y lino) a la dieta de ovejas y vacas fue inferior a 4% MS. Cuando la cantidad de grasa extra añadida a la dieta es superior a 4% MS, la ocurrencia de efectos negativos sobre la digestibilidad de la FND es más frecuente en todas las especies rumiantes con independencia del grado de insaturación. Por otro lado, una menor digestión ruminal de la FND compensada totalmente por la digestión posruminal no puede ser descartada en alguno de los tratamientos con aceite de nuestro trabajo a pesar del bajo nivel de grasa extra en la dieta. La ausencia de efectos negativos sobre la digestibilidad de los CNF en los tratamientos con aceite coincide con otros resultados obtenidos en cabras, bovinos y ovinos. Los valores obtenidos en todos los tratamientos del presente trabajo fueron muy altos y superiores a los observados por otros autores, probablemente debido a la elevada proporción de almidón en los CNF de nuestras dietas. Además, la digestibilidad total aparente de los CNF en los rumiantes es una función lineal de su contenido en la dieta. 

El aumento de la digestibilidad aparente de la grasa observado en los tratamientos con aceite comparados con el control está de acuerdo con Palmquist (1991). Este autor señaló que el aumento del consumo de grasa incrementa la digestibilidad aparente de los lípidos debido a la dilución de la grasa endógena fecal y los lípidos no saponificables de los alimentos pero ocasiona una disminución de la digestibilidad verdadera. En este sentido, debe señalarse que la digestibilidad intestinal de la grasa disminuye linealmente al aumentar su consumo debido principalmente a la baja digestibilidad del ácido esteárico, cuyo flujo duodenal se incrementa marcadamente en las dietas ricas en AGI por efecto de la biohidrogenación ruminal de estos.

Respecto a los resultados productivos obtenidos se constata la ausencia de efecto negativo de los tratamientos sobre el CMS, lo que concuerda con los trabajos de otros autores en cabras y en vacas. El efecto negativo de las fuentes de grasa sobre el CMS es más común en vacas. De acuerdo, con algunos autores, la inclusión de fuentes de grasa en la dieta podría reducir el CMS por un vaciado ruminal más lento como consecuencia de un efecto negativo sobre la digestión ruminal de las paredes vegetales, o a través de un efecto metabólico de los ácidos grasos de cadena larga aportados. En los trabajos en que se midió el efecto de las fuentes de grasa sobre la digestibilidad total de la FND y el CMS, la relación entre ambos parámetros fue contradictoria. Algunos autores no observaron diferencias en el CMS pero la digestibilidad total de la FND fue de media 24% inferior en los tratamientos con aceite añadido respecto al control; mientras que otros observaron que el aceite de soja redujo un 10% la digestibilidad total de la FND y 0,3 kg/d el CMS respecto a la dieta control; sin embargo, la semilla de soja molida no afectó a la digestibilidad de la FND pero redujo el CMS en la misma cantidad que el aceite. Por otro lado, otros trabajos en los que se incluyeron niveles crecientes de grasa extra en la dieta (hasta 9% de jabón cálcico de palma y 6% de sebo, respectivamente), sugieren que, si existe un efecto metabólico de la grasa sobre el CMS, el límite superior es más elevado que en vacas. En dichos trabajos, el consumo de grasa extra en relación al PV fue muy superior (3,6 y 2,4 g/kg, respectivamente) al que ocasiona reducción significativa del CMS en vacas (1,5 g/kg). 

Cuando se añaden fuentes de grasa a la dieta de cabras en mitad de la lactación, el único cambio observado usualmente es un incremento del contenido y la producción de grasa láctea. En el presente trabajo ni la producción de leche ni su composición fueron afectadas por los tratamientos. La ausencia de diferencias en la producción lechera entre el tratamiento CONTROL y los tratamientos con aceite, a pesar de que el CMS fue similar y el aporte de EM fue 3,7% mayor en los segundos, podría explicarse, al menos en parte, por diferencias en la digestibilidad intestinal de la grasa consumida como se ha mencionado más arriba. Algunos autores observaron en terneros que el valor de energía neta asignado comúnmente a la grasa es válido cuando la grasa consumida total es inferior a 1 g/kg PV. En el presente trabajo, el consumo total de grasa fue 0,85, 1,78, 1,95 y 1,61 g/kg PV (EE = 0,13) y la digestibilidad intestinal de aquella, aplicando la ecuación de Plascencia y col. (2003), fue 80,1, 72,4, 71,6 y 73,6% en los tratamientos CONTROL, GAO, GN y LIN, respectivamente. El hecho de que el contenido de grasa láctea fuera paralelo al menor consumo de heno de alfalfa en los tratamientos GAO y, sobre todo, LIN. Diversos autores indicaron que existe una relación clara entre la reducción del consumo de forraje, medido como consumo de fibra acidodetergente, y la disminución de contenido de grasa láctea en cabras, que estaría mediada por la disminución del tiempo de masticación, el pH ruminal y la ratio acetato/propionato. En cabras, varios investigadores han establecido que una ratio acetato/propionato adecuada favorece la síntesis de grasa láctea. 

Como conclusión general del presente trabajo se resume que en las condiciones de esta investigación, la inclusión de niveles moderados de aceite en la dieta de cabras en lactación no tuvo efectos negativos sobre la digestibilidad de los nutrientes ni los parámetros productivos, con independencia del grado de insaturación. Este hecho es ventajoso cuando el objetivo de suministrar aceite a los animales sea modificar el perfil de ácidos grasos de la leche.


Autoría: A.L. Martínez Marín y colaboradores (2012)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

martes, 16 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 14-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Cuando se suplementa la dieta alimentaria de los pequeños rumiantes mediante la adición de grasa, dicha modificación no sólo tiene un efecto sobre el contenido graso de la leche sino también sobre el perfil de los ácidos grasos de la misma. En este sentido, diversos estudios han puesto de manifiesto la importancia que tienen la cantidad y naturaleza de la fuente de fibra y de lípidos utilizadas en la ración, dado el origen de los ácidos grasos secretados por la glándula mamaria.

En el caso de las ovejas algunos autores han estudiado la importancia de los factores de composición de la ración en la determinación de la grasa de la leche obtenida. En general, con la incorporación de grasa en la ración se pretende que el animal llegue a producir la máxima cantidad de leche con el máximo contenido en grasa. Algunos resultados muestran cómo la naturaleza de la fracción forraje de la dieta es capaz de determinar la composición en ácidos grasos de la grasa de la leche de oveja. Asimismo, se ha estudiado el efecto del tipo de sistema de producción sobre el contenido en ácido linoleico conjugado (CLA) de la leche, deduciéndose que cuando las ovejas estaban en pastoreo, se incrementaba el CLA cuando el pasto atravesaba su fase vegetativa y, al contrario, disminuía considerablemente, durante la fase reproductora. Estos efectos son debidos al distinto contenido del pasto en ácidos grasos poliinsaturados según la fase correspondiente.

Otros autores han estudiado el comportamiento de las ovejas en pastoreo suplementadas o no con maíz machacado, obteniendo una leche con un mayor contenido en CLA en el caso de los animales no suplementados. Igual que en caso anterior, este efecto se debería a la distinta composición de los lípidos contenidos en el forraje consumido por los animales. La información referente al efecto de la suplementación lipídica de la dieta sobre la composición de la grasa de la leche de oveja es bastante escasa. Algunos investigadores han utilizado sales cálcicas de ácidos grasos de cadena larga, especialmente, palmítico y oleico, obteniendo un mayor porcentaje de grasa en la leche unido a una distinta composición de la misma, aumentando los niveles de C16:0 y C18:1 y disminuyendo los ácidos grasos C8–C14, en razón esto último de la caída que la síntesis de novo experimentaba. En total se obtenía una leche con un menor contenido en ácidos grasos saturados y un mayor de monoinsaturados. Los autores concluyen indicando cómo la alimentación parece ser un medio eficaz para modificar de manera relativamente rápida la composición en ácidos grasos de la leche de oveja en una dirección más deseada por el consumidor.

Por otra parte, otros autores han empleado sales cálcicas de los ácidos grasos del aceite de oliva como suplementación de la dieta en ovejas manchegas en lactación, obteniéndose leche con un menor contenido en ácidos grasos de cadena corta y media (C6-C16) y C18:2, junto a mayores cantidades de C18:1 y C18:0. En opinión de los autores, el cambio en el perfil de ácidos grasos de la grasa láctea no parecía ser debido a una más baja producción de acetato, ya que la digestibilidad de la fibra se afectaba muy levemente; tampoco sería debido a un efecto de dilución, ya que el contenido en grasa de la leche no se afectaba. En su opinión, el menor contenido en ácidos grasos de cadena corta y media, se debería a la menor síntesis de los mismos en la glándula mamaria, conociéndose que los ácidos grasos trans del C18:1 son inhibidores de la síntesis de novo, detectándose estos ácidos grasos trans en la leche de los animales suplementados. El aumento en la proporción de C18:0, se debería a su directa incorporación desde la dieta, pudiendo igualmente haber sido producido en el rumen del animal, por medio de la hidrogenación del C18:1, que era el que más directamente se incorporaba.

Teniendo en cuenta que este tipo de grasa no alcanza un grado de protección suficiente, otros autores han empleado en ovejas, una dieta suplementada con una grasa protegida constituida por las sales cálcicas de los ácidos grasos del aceite de oliva, junto a una control no suplementada así como otra en la que la grasa se incluía en forma de aceite emulsionado en leche desnatada, dieta ésta última que se administraba por biberón a animales en los que se había mantenido el funcionamiento reflejo de la gotera esofágica. La leche producida presentaba un contenido en ácidos grasos de cadena corta y media, menor en los casos de empleo de las dos dietas suplementadas con la grasa; mientras que bajo el consumo de la dieta administrada por biberón, se obtenía una leche con el más alto contenido en C18:1. El empleo de la dieta suplementada con las sales cálcicas, daba lugar a una leche con los mayores niveles de C18:0 y trans C18:1 junto a un valor intermedio de C18:1. Los autores concluyen que la grasa protegida utilizada resultaba severamente afectada por el ambiente ruminal, pareciendo que el mantenimiento del funcionamiento de la gotera esofágica, podría ser un modo más efectivo de bypass el rumen en ovejas adultas en lactación. Estos resultados parecen lógicos, ya que la dieta administrada vía biberón elude totalmente el paso a través del rumen. Cuando se escogen como referencia C18:1 y trans C18:1 en la producción en leche, los valores obtenidos resultaron iguales a 16.8 y 1.10, 13.8 y 1.55 y, 6.5 y 0.83 g/día, para el consumo de la dieta suplementada y administrada por biberón, la suplementada con sales cálcicas de los ácidos grasos, y la control, respectivamente; de lo que se deduce que el empleo de las sales cálcicas lograba unos resultados no tan diferentes de los conseguidos bajo consumo de la administrada por biberón. Junto a esto habría igualmente, que tener en cuenta, los aspectos derivados de la complicación que conllevaría el administrar el suplemento lipídico de la forma aconsejada.



Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

lunes, 15 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 13-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Las diferentes respuestas de las distintas especies de rumiantes cuando se suplementa su dieta alimentaria con adición de grasa, tanto sobre la cantidad de leche producida como el contenido en grasa y proteína, y el momento de la lactación, entre otros, pueden ser ocasionadas por las interacciones entre la actividad digestiva y metabólica del animal, y la naturaleza de las dietas empleadas (tipo de grasa, nivel de inclusión, grado de protección, etc.).

Por otra parte, diversos estudios han puesto de manifiesto que la tasa de paso de la digesta resulta más alta en la cabra que en la vaca, hecho que haría disminuir los efectos que los ácidos grasos contenidos en la grasa, ejercerían a nivel del rumen del animal, de los que podrían depender la síntesis de grasa en la glándula mamaria. Esta mayor tasa de paso de la digesta podría determinar que el estatus energético de la cabra resulte ser, muchas veces, el principal factor determinante de la composición de su grasa, mucho más que las características físico-químicas de su ración.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

viernes, 12 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 12-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

En relación con la suplementación con grasa de la dieta alimentaria suministrada a las cabras y su efecto sobre el contenido graso de la leche de cabra producida, se han realizado diversos estudios ante la escasez de información suficientemente contrastada. 

En la cabra, el contenido en grasa de la leche baja cuando la dieta se empobrece en lípidos; así mismo, presenta un interés particular el hecho de que en esta especie, la suplementación de la dieta con grasa no suele determinar una caída en el contenido en proteína de la leche. Por ello, es posible reducir el riesgo de inversión de ambos porcentajes en la leche de cabra, sobre todo en los casos de empleo de dietas con bajo contenido tanto en fibra como en grasa. Antes del empleo de grasas protegidas, principalmente, en forma de jabones cálcicos, se habían estudiado los efectos del empleo de distintos tipos de grasa: aceites vegetales, grasas animales, semillas de oleaginosas, etc., obteniéndose generalmente, junto a una mayor producción de leche, una más alta concentración de grasa e incluso de proteína.

El interés del empleo en la alimentación de la cabra lechera, de diferentes tipos y niveles de grasa, viene motivado por la necesidad de paliar ciertas limitaciones en cuanto a la disponibilidad de alimento o naturaleza del mismo, debidas en muchas ocasiones al sistema de producción, sobre todo en determinadas zonas áridas y semiáridas de la cuenca mediterránea. La sustitución de parte del concentrado aportado al animal como suplemento en el pesebre, por una grasa en forma de jabones cálcicos, es la vía de intervención más adecuada para lograr los objetivos comentados anteriormente, obteniéndose un mayor contenido de grasa en la leche, incremento que depende del nivel de grasa existente en la dieta, capacidad productora del animal y estado de la lactación.

En relación con el efecto del período de lactación cuando la dieta de la cabra lechera es suplementada con una grasa, se ha constatado que al comienzo se obtiene una mayor producción de leche, con un contenido en grasa más alto resultando, en cambio, variable el efecto conseguido sobre el contenido en proteína. Hacia la mitad o el final de la lactación, normalmente no suele afectarse la producción de leche, observándose siempre un incremento sensible en su contenido en grasa, resultando igualmente variable, el efecto sobre el contenido en proteína. Este aspecto no parece depender del tipo de grasa empleado, no obteniéndose incluso, a diferencia de lo que sucede en la vaca, una caída en el contenido en grasa de la leche, cuando la dieta se suplementa con aceites vegetales, altos en ácidos grasos poliinsaturados (PUFA)

Estudios realizados en vacas en relación con las causas que a nivel metabólico determinan en esta especie que se obtenga al comienzo de la lactación un incremento del contenido en grasa de su leche mayor, al suplementar su dieta con grasa, que el conseguido a la mitad o al final de la misma, mientras que en la cabra ocurre lo contrario. Sin embargo, algunos autores informan de la existencia de una mayor transferencia de los lípidos de la dieta a la leche al inicio de la lactación siempre que se trate de una dieta rica en forraje. Por el contrario, un aporte elevado de concentrado favorecería más la actividad anabólica del tejido adiposo, en detrimento del contenido en grasa de la leche.

Algunos autores han realizado estudios sobre la respuesta de la cabra lechera a la suplementación de su dieta alimentaria con aceite de pescado, que parece ser diferente a la conseguida por otras grasas. Cuando este aceite se administra sin proteger, se produce una caída en la ingesta de materia seca junto a una menor producción de leche, presentando ésta un mayor contenido en grasa, resultados contrarios a lo que sucede en la vaca, en la que se deriva primeramente, una caída en la ingesta, obteniéndose a pesar de esto, una mayor producción de leche aunque con un contenido de grasa más bajo. Sin embargo, cuando el aceite de pescado se introduce parcialmente protegido, no cambia ni la ingesta, ni la producción de leche ni su contenido en grasa; otros autores, por el contrario, obtienen resultados contrarios, al infundir en el duodeno de la cabra 4 g/d de EPA (C20:5) + DHA (C22:6), que son los principales PUFAs contenidos en el aceite de pescado, registrándose una caída en el contenido graso de la leche, coincidente con lo que sucede en la vaca.

En este trabajo, al suplementar a la cabra lechera, en la mitad de su lactación, con niveles diferentes de aceite de pescado en forma de sales cálcicas de sus ácidos grasos, se obtiene una igual ingesta de materia seca junto a una similar producción de leche así como contenido en grasa de la misma. Por el contrario, al administrar este mismo suplemento al final de la lactación, se obtiene una mayor producción de leche, junto a un mayor contenido en grasa y proteína, prolongándose igualmente, la duración de la lactación.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

jueves, 11 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: EPRINOMECTINA EN CAPRINO CANARIO (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la duración de la actividad de la eprinomectina (Eprinex®) frente a nematodos gastrointestinales en ganado caprino de raza Canaria, mediante la realización de ensayos con Haemonchus contortus.

La Eprinomectina (Eprinex®) pertenece al grupo de las avermectinas, caracterizándose por su elevada actividad endectocida frente a distintas especies parásitas de rumiantes. Esta actividad, así como sus propiedades farmacológicas en cuanto a su eliminación en los animales tratados, han permitido la utilización de este producto para el control de numerosas enfermedades parasitarias en rumiantes en lactación, dada la presencia de residuos en leche por debajo de nivel máximo aceptable de 30 ng/mL. Sin embargo la mayor parte de la información de la que se dispone se refiere a ganado bovino y ovino, mientras que en el ganado caprino, algunas de sus propiedades no son del todo conocidas.

Uno de estos aspectos a investigar podría ser la duración de su actividad antihelmíntica, parámetro cuya información es necesaria a la hora de llevar a cabo protocolos de control de las nematodosis mediante el uso estratégico de estos productos. Con estos antecedentes, el objetivo de este trabajo fue determinar la duración de la actividad de la eprinomectina en su formulación pour on frente a los nematodos gastrointestinales, utilizando como modelo el gusano gástrico Haemonchus contortus, uno de los nematodos más frecuente en caprinos de regiones templadas y subtropicales. Teniendo en cuenta algunos datos previos, que revelan la posibilidad de que la dosis estándar parar el ganado bovino de 0,5 mg/Kpv pudiera ser subóptima en ganado caprino, se utilizó una dosis de 1,0 mg/Kpv.

En este estudio se emplearon diez cabritos de raza Canaria. Los animales se mantuvieron en condiciones libres de helmintos hasta el inicio del estudio (5 meses), momento en el que fueron distribuidos en dos grupos de 5 animales cada uno (Grupo A o Tratado con Eprinex®, y Grupo B o Testigo, sin tratamiento). En el día 0 del experimento, los animales del Grupo A fueron tratados con 1 mg/Kpv de epinomectina (Eprinex®) por vía tópica a lo largo de la línea media de la espalda, mientras que los animales del Grupo B no recibieron ningún tratamiento. Después de la aplicación del producto, ambos grupos fueron inoculados por vía intrarruminal con 300 larvas infectantes de H. contortus cada día durante 40 días consecutivos, con lo que cada animal recibió una dosis infectante de 12.000 L3 a lo largo del estudio. La cepa de H. contortus utilizada fue aislada de una cabra infectada de forma natural, y mantenida mediante pases sucesivos en cabras donantes. Las larvas infectantes fueron obtenidos mediante cultivo fecal y purificación en papel de filtro. A partir del día 14 del experimento y hasta el día 50 se recogieron muestras fecales de todos los animales para realizar recuentos de huevos mediante el método de McMaster modificado, con una sensibilidad de 50 huevos por gramo de heces (hpg). En el día 50, los animales fueron sacrificados, extrayéndose el abomaso para la determinación del número de vermes maduros e inmaduros mediante procedimientos estándar (MAFF, 1989).

Los resultados obtenidos indican que no se produjeron reacciones adversas (generales o locales) en ninguno de los animales tratados. Los recuentos medios de huevos en heces obtenidos en ambos lotes de animales de experimentación muestran que el periodo prepatente obtenido en el lote testigo varió entre los días 22 y 25 p.i., tomándose el día 22 p.i. para la determinación de la duración de la actividad de eprinomectina. Después de la primera detección de huevos, en el lote testigo se apreciaron recuentos de huevos más elevados de forma progresiva hasta el día 44 p.i. (4480 h.p.g.). Por su parte, en el lote de animales tratados empezaron a observarse huevos en heces en los días 32 p.i. (un animal), 33 p.i. (dos animales) y 39 p.i. (dos animales). En este grupo, los recuentos fecales, expresados como valores medios (± error estándar), fueron más bajos que en el lote testigo, salvo en el día 37 p.i. En los análisis realizados post-mortem, el número de vermes recogidos del contenido gástrico fueron similares en ambos grupos de animales. Así, el número de vermes en el lote tratado fue de 1540 ± 972 vermes/animal, y en el lote testigo este parámetro fue de 1468 ± 468 vermes/animal. De forma similar, no se apreciaron diferencias significativas en cuanto al número de larvas en la mucosa gástrica. Este número fue de 2,8 ± 2,1 larvas/gramo y 2.3 ± 1,5 larva/gramo en los grupos tratado y testigo respectivamente.

Si se comparan los resultados obtenidos en cuando a la duración de la actividad nematocida frente a H. contortus, que oscila entre 10 y 17 días después del tratamiento, se observa que son inferiores a los observados por otros autores en condiciones de campo, donde se llega a observar una eficacia del 97 % frente a distintos nematodos gástricos después de 2 meses del tratamiento. Los resultados son más parecidos a los observados en cabras infectadas experimentalmente con T. circumcincta y T. colubriformis y tratadas con la misma dosis utilizada en el presente estudio. Estos autores observaron que la eprinomectina confería una protección superior a 1 semana frente a ambos nematodos, reduciéndose su actividad al 17,8 % a las 3 semanas del tratamiento. En cualquier caso, se trata de periodos de actividad inferiores a los observados en otras especies rumiantes como bovinos y ovinos, donde la eprinomectina muestra una elevada actividad en su formulación tópica a una dosis de 0,5 mg/kpv. Estas diferencias interespecíficas se han explicado por el patrón metabólico que presenta el producto en ganado caprino, que hace que su viabilidad sistémica sea mucho más baja que en ganado bovino, lo que justificaría que su vida media y la duración de su eficacia sea menor. Esas diferencias en la duración de la actividad de la eprinomectina entre la cabra y otras especies rumiantes, también se ha observado con otras avermectinas como la doramectina.

Como conclusión general se sugiere la necesidad de ajustar la dosificación adecuada en este grupo de antihelmínticos en ganado caprino, a fin de minimizar el posible desarrollo de resistencias a las avermectinas, a la vez que conocer la relación entre la dosis utilizadas y la persistencia de la actividad inducida en cada caso frente a distintas especies parásitas, para establecer adecuados programas de control. Los resultados coprológicos realizados sobre ambos grupos experimentales mostraron que la aplicación de Eprinex® pour-on a la dosis de 1,0 mg/kg previene la infección por H. contortus durante un periodo comprendido entre 10 y 17 días tras el tratamiento.


Autoría: J.M. Molina y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 10 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 11-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

En relación con la suplementación con grasa de la dieta alimentaria suministrada a las ovejas y su efecto sobre el contenido graso de la leche de oveja producida, se han realizado, en la década de los noventa del siglo pasado, diversos estudios ante la escasez de información suficientemente contrastada.  

Los estudios correspondientes se refieren especialmente, al efecto del empleo de grasas protegidas frente al metabolismo ruminal, sobre la producción y composición de la leche. Una de las grasas protegidas más utilizadas han sido sales cálcicas de ácidos grasos de cadena larga, especialmente el palmítico, así como las sales cálcicas de los ácidos grasos del aceite de oliva. Asimismo, a efectos comparativos se han utilizado distintas semillas oleaginosas más sales cálcicas del ácido palmítico, y varias dosis diferentes de harina de pescado.

Desde los primeros estudios llevados a cabo, tanto en ovejas para carne como de aptitud lechera, los resultados obtenidos con la suplementación de la grasa protegida ponen de manifiesto la necesidad de que los animales alimentados con esta dieta deben adquirir previamente un estatus energético más alto de acuerdo con la ingesta efectivamente alcanzada, para que se obtenga una mayor producción de leche. Sin embargo, en la práctica se ha observado que, independientemente de la ingesta efectiva, la producción de leche no sufre cambios sensibles, en la mayoría de los casos. En opinión de varios autores, y a semejanza de lo que sucede en la vaca, cuando se trata de animales de relativamente alta capacidad de producción, éstos podrían compensar una ingesta más baja, mediante la movilización de sus reservas corporales, con lo que la producción resultaría similar a la que tiene lugar bajo un nivel de ingesta mayor. De acuerdo con esto, en diversos estudios se ha constatado una caída en la condición corporal de las ovejas al comienzo de la lactación, consiguiendo que la producción de leche no se viera afectada por la menor ingesta voluntaria del animal.

La mayor concentración de grasa obtenida en la leche de oveja cuando se administra una dieta suplementada con grasa, es sin duda el resultado más generalmente conseguido, siendo este efecto dependiente de varios factores: tipo de grasa utilizado, nivel incluido en la dieta, estado de la lactación, etc., obteniéndose igualmente, en la mayoría de los casos, una mayor producción total de grasa. Este hecho, al parecer, es debido a la influencia de la relación forraje/concentrado, a la digestibilidad de la fibra y de la grasa de la ración suministrada al animal. 

En cuanto al efecto del momento de la lactación, el incremento en la concentración de grasa de la leche se observa sobre todo, al comienzo de la misma, disminuyendo conforme el proceso avanza. En este sentido, parece resultar importante la eficiencia con la que en cada momento, la grasa de la dieta se transfiere a leche. Al comienzo de la lactación la mayor ingesta de concentrado y, por tanto, de grasa, podría determinar la mayor concentración de grasa que entonces presenta la leche producida. La menor respuesta que en este sentido, se detecta al final de la lactación, coincide con la etapa en la que el peso vivo y la condición corporal del animal comienzan a recuperarse, siguiendo entonces esta dirección especialmente, la grasa de la dieta. Diversos autores indican cómo la eficiencia de transferencia a leche de una grasa que en forma de sales cálcicas se introduce en la dieta de la oveja, resulta más alta durante el período de cría que durante el ordeño, alcanzándose la ingesta óptima para lograr una producción máxima de grasa láctea, cuando los valores son de 120 y 70 g/animal y día, para el período de cría y ordeño, respectivamente.

En cuanto al efecto que el nivel de grasa incluido en la dieta tiene sobre la concentración de grasa en la leche de la oveja, se ha constatado en animales para carne, que al introducir en la ración alimentaria niveles de sales cálcicas de ácidos grasos entre 0-20%, dicho efecto resulta prácticamente lineal y creciente, incrementándose el porcentaje de grasa en la leche, a razón de 1,5 puntos por cada 100 g de sales cálcicas consumidos por animal y día.

Otro aspecto igualmente estudiado es el que se refiere a la persistencia de los efectos conseguidos por medio de la suplementación de la dieta de la oveja con una grasa, una vez que la suplementación se suspende. En este sentido, algunos autores revelan que en ovejas alimentadas con dietas de alto contenido lipídico, con el consiguiente aumento de la concentración de grasa en la leche, dicho incremento disminuía, una vez suspendida la suplementación, hasta alcanzar unos valores basales a los 7 días de su suspensión, volviéndose a alcanzar el efecto citado, al introducir nuevamente la suplementación.



Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 13 de mayo de 2015

INVESTIGACIÓN: EFECTOS ACEITE VEGETAL EN ALIMENTACIÓN OVEJA CHURRA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha ensayado la incorporación de aceites vegetales en la ración alimentaria de ovejas de raza Churra durante el inicio de la lactación, estudiándose su posible efecto sobre la composición de la leche y el crecimiento de los corderos 'lechazos' (España).

La utilización de grasas en las raciones de rumiantes permite modificar el perfil lipídico de los productos obtenidos (carne y leche) y ofrece la posibilidad de aumentar el nivel de algunos ácidos grasos poliinsaturados (CLA, y ácidos grasos de la serie n-3) con efectos beneficiosos para la salud humana. Estudios realizados en ovejas lecheras durante la fase intermedia de la lactación, han señalado que una de las formas más eficientes de aumentar los niveles de CLA y reducir la relación de los ácidos grasos n6/n3 de la leche es la utilización de aceites vegetales en la ración alimentaria suministrada a los animales. Los trabajos publicados sobre la incorporación de aceites vegetales en ovejas lecheras durante el inicio de la lactación son limitados y, sin embargo, presentan un gran interés en razas de aptitud mixta, como la raza Churra, por su posible influencia en la calidad de la leche y de la carne de lechazo. Por lo que el objeto de este trabajo fue comparar el efecto de la incorporación de aceites vegetales con distinto grado de saturación, sobre la producción y composición de la leche de las ovejas durante el inicio de lactación y sobre el crecimiento de los corderos durante la fase de lactancia.

Este estudio se ha realizado en 48 ovejas adultas de raza Churra, con un peso vivo medio de 64,3 ± 0,92 kg y una condición corporal de 2,5. Dos días después del parto las ovejas se asignaron, de forma equilibrada según la producción de leche en la lactación anterior, la prolificidad y el peso, a cuatro tratamientos experimentales de acuerdo con el aceite que recibieron en la ración: aceite de palma hidrogenado (Control), aceite de oliva, aceite de soja o aceite de linaza. Las ovejas se alimentaron con una ración total mezclada (16% PB, 5,4% GB, 31% FND) compuesta por: alfalfa (40%), maíz (15%), cebada (17%), soja 44 (12%), pulpa de remolacha (9%), melaza (4%), el aceite correspondiente (3%) y corrector (1%). Cada oveja recibió 2,1 kg de MS/día de la ración mezclada correspondiente y un 10% de paja de cereales. La ración diaria se suministró repartida en dos veces. Los corderos, que permanecieron con sus madres desde el parto hasta que alcanzaron el peso al sacrificio, se pesaron dos veces por semana y se estimó la ganancia de peso diaria mediante regresión lineal del peso vivo frente al tiempo. Las ovejas se ordeñaron una vez al día durante todo el periodo de lactancia de los corderos. La producción de leche se controló semanalmente y se tomaron muestras de leche para su posterior análisis en laboratorio. El contenido en proteína y grasa de la leche se determino mediante un equipo MILKOSCAN. El perfil de ácidos grasos se determinó a partir de las muestras correspondientes a la segunda y cuarta semana de lactación. Para ello se utilizó un cromatógrafo de gases Hewlett Packard 6890 Series GC System, provisto de una columna HP-88, 100 m de longitud, 0,25 mm de diámetro interno y 0,2 um de espesor de película. Los resultados obtenidos se analizaron utilizando el procedimiento GLM del paquete estadístico SAS System.

Los resultados obtenidos indican que el tipo de aceite incorporado a la ración no mostraba diferencias estadísticamente significativas (P>0,05) en la producción y composición (grasa y proteína) de la leche (superíndices distintos indican diferencias significativas: P<0,05), si bien algunos autores han señalado reducciones en el nivel de grasa de la leche cuando se incorporan grasas insaturadas debido a alteraciones en la fermentación ruminal y a la producción de compuestos que inhiben la producción de grasa. Por otra parte, esta falta de diferencias entre tratamientos experimentales tanto en la producción de leche como en el contenido en grasa y proteína de la misma podría explicar la ausencia de un efecto sobre el crecimiento de los corderos. 

El perfil de ácidos grasos de la leche estuvo directamente relacionado con el tipo de aceite incorporado en la ración. Así, las ovejas que recibieron aceite de palma hidrogenado produjeron leche con mayor contenido (P<0,001) en C16:0 y ácidos grasos saturados (SFA). Por otra parte, el aceite de oliva dio lugar a mayor contenido (P<0,001) en C18:1 cis-9 y ácidos grasos monoinsaturados (MUFA). El mayor contenido (P<0,001) en C18:2 cis-9, cis-12, C18:2 cis-9, trans-11 (RA), C18:1 trans-11 (VA), ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) y relación PUFA/SFA en la leche se observó en las ovejas que consumieron el aceite de soja, mientras que la leche de aquellas que recibieron aceite de linaza presentó el mayor porcentaje (P<0,001) de C18:3-n3 y la menor relación n6/n3 (P<0,001). 

Los niveles de VA y PUFA observados en las ovejas que recibieron el aceite de linaza fueron superiores (P<0,001) a los obtenidos con palma y oliva, pero no fueron estadísticamente diferentes a los obtenidos con el aceite de soja. El ácido ruménico (RA), al que se han atribuido numerosos efectos beneficiosos para la salud humana, se sintetiza en el rumen como producto intermediario en la biohidrogenación del ácido linoleico. El VA se produce durante la biohidrogenación del ácido linoleico y también del linolénico. La mayor parte del RA presente en la leche proviene de la desaturación del VA en la glándula mamaria, lo que podría explicar la ausencia de diferencias en las proporciones de CLA y VA en la leche de ovejas alimentadas con aceite de soja y linaza.

Como conclusión general se puede resumir que las ovejas Churras alimentadas con aceites de soja y linaza durante el inicio de lactación producen leche con mayor contenido en ácidos grasos poliinsaturados y CLA respecto a cuando se incorpora aceite de palma hidrogenado o aceite de oliva. La mayor relación n6/n3 se produjo con el aceite de soja y la menor con el aceite de linaza. Asimismo, queda constatado que la utilización de aceites vegetales ofrece la posibilidad de modificar el perfil lipídico de la carne de lechazo sin afectar su crecimiento.


Autoría: R. Bodas y colaboradores (2009)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

lunes, 4 de mayo de 2015

INVESTIGACIÓN: CONTROL LECHERO DE CABRA MURCIANO-GRANADINA EN NÚCLEO DE GRANADA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la efectividad del control lechero del núcleo caprino de la provincia de Granada (España) en la raza Murciano-Granadina.

En los sistemas ganaderos, el control productivo, en este caso lechero, es el proceso dedicado a la recolección de la información que rodea a los animales en sus unidades de producción y completada con su procesado, interpretación y difusión de resultados con la perspectiva de tomar decisiones para la cría animal de las futuras generaciones. Esto desarrolla y moviliza una completa organización, es más una red de trabajo social que un procedimiento meramente técnico, por ello se la considera no sólo una herramienta estrechamente ligada a los objetivos a alcanzar dentro de los programas de cría, sino que además es un motor de desarrollo para todas las acciones dedicadas a la mejora de la productividad y eficacia global de los sistemas de producción animal. En las razas lecheras autóctonas españolas, la rutina de control lechero y su aplicación crea en todos los casos descritos una serie de problemas para la obtención de datos de modo continuo a lo largo del tiempo, y que además sean útiles a la hora de su uso en las valoraciones genéticas. Otro problema que se plantea es la escasa información genealógica de los datos disponibles, lo que dificulta y limita más el rendimiento de esos datos.

Este estudio tiene la finalidad de contabilizar el número de controles y los registros medios conseguidos en producciones diarias en un periodo de la evolución del Núcleo de Control Lechero de Granada (núcleo nacional 362) perteneciente a la Asociación Nacional de Criadores de Caprino de Raza Murciano-Granadina (Caprigran), y poder detectar las principales deficiencias tratando de identificar los puntos críticos en el funcionamiento del núcleo, sobre los que poder trabajar en futuras experiencias. Se han estudiado los datos del período 1991-2004, ambos inclusive, utilizándose como base del análisis el número de controles realizados en el seno del núcleo con respecto a la leche producida por día de control y animal, y su contenido en grasa y proteína. Los datos del recuento se han clasificado de acuerdo a los niveles de los siguientes factores: año de control, mes de control, edad de la cabra en el control y el número de control. Al mismo tiempo se obtuvieron los valores promedio de la producción individual de leche, grasa y proteína por control, utilizando el procedimiento PROC.MEANS del paquete estadístico SAS en su versión 8.2. Como base experimental se dispuso de un total de 288.476 controles individuales de leche total, 252.102 observaciones de contenido graso por control y 252.680 de contenido proteico.

Los resultados obtenidos muestran un aumento en el número de controles a partir del año 1997, tanto en la producción total de leche, como en su contenido en grasa y proteína; posteriormente a esta fecha los valores encontrados para la producción promedio se muestran muy estables. Del mismo modo se ha observado que no existen grandes diferencias entre el número de controles de producción total y los componentes graso y proteico, lo cual contribuye a facilitar el análisis genético de los animales mediante el uso de modelos multicarácter. Por otra parte, se aprecia una notable estabilidad del número de controles entre los distintos meses del año, hecho que facilita la adecuada programación de los recursos humanos y materiales disponibles. La producción de leche diaria osciló entre mínimos de 1,38 kilogramos en el mes de septiembre hasta unos valores máximos de 1,68 kg en febrero. Si bien los valores máximos de contenido graso y proteico se obtuvieron en los meses de octubre a diciembre, y los mínimos entre mayo y julio. En agosto, al coincidir con el período vacacional, no se ha registrado control alguno. Al igual que en el caso del año de control se ha observado que la disponibilidad de controles cualitativos se sitúa en niveles próximos a la de los controles cuantitativos para una misma clase durante los diferentes meses del año.

Respecto a los niveles productivos registrados en función de la edad de la cabra, revelan valores mínimos de producción diaria en la primera lactación tanto para la leche como para su contenido graso y proteico. A partir de esta lactación, se aprecia un incremento progresivo en la cantidad de leche producida (en kilogramos) hasta alcanzar los máximos valores en la cuarta lactación, mientras que para los contenidos en grasa y proteína se percibió una estabilidad generalizada. En cuanto a las observaciones del número de controles disponibles para cada una de las edades estudiadas, se registra un menor número de controles realizados en los animales durante la primera lactación; así como un descenso de la información de las cabras que superaron la sexta lactación (más de las tres cuartas partes de la población caprina estudiada se concentra en los cinco primeros partos). De forma similar a los apartados anteriores, se observa que la disponibilidad de controles cualitativos se encuentra en concordancia con el de controles cuantitativos para una misma clase, hecho que manifiesta una notable eficacia en el control lechero.

El comportamiento de los promedios productivos obtenidos para la cantidad diaria en función del número de control para la leche total sigue la pauta de ofrecer unos valores máximos en los primeros controles para iniciar un descenso progresivo en el transcurso de los controles. Así, se aprecia un pico de 1,72 kilogramos de leche, en el segundo control, descendiendo luego de forma continua hasta el período de secado, acompañado del consiguiente aumento del porcentaje de grasa y proteína. En cuanto al funcionamiento del núcleo, cabe señalar que la relación entre la información cuantitativa y cualitativa está prácticamente equilibrada a lo largo de toda la lactación, si bien hay aunar esfuerzos con la finalidad de incrementar el volumen de datos tanto cuantitativos como cualitativos en el sexto y séptimo control de la lactación, con la finalidad de evitar un incremento de lactaciones no válidas.

Una de las conclusiones generales de este trabajo es que la iniciativa para el desarrollo de núcleos de control lechero e incluso de los programas de mejora genética debe partir en sentido ascendente y nunca a la inversa, es decir , que cualquier intento de esta naturaleza que parta de la Administración debe contar previamente con una demanda del sector ganadero. En segundo lugar, se hace evidente la necesidad de una adecuada coordinación entre los gestores de las razas caprinas españolas, las administraciones públicas competentes, los científicos y los técnicos, con la finalidad de desarrollar un modelo a nivel nacional adaptado a las características de las explotaciones y las razas españolas.


Autoría: J.M. León y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

INVESTIGACIÓN: CONTROL LECHERO DE CABRA MURCIANO-GRANADINA EN NÚCLEO DE CÓRDOBA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la efectividad del control lechero del núcleo caprino de la provincia de Córdoba (España) en la raza Murciano-Granadina.

La tradición de la producción lechera caprina se localiza en la provincia de Córdoba en torno a la Subbética y otras regiones del sur y también en el Valle del Guadalquivir, pero es en el Valle de Los Pedroches, en la comarca del norte provincial donde en la última década se ha apreciado un mayor y más eficaz avance en este tipo de producción. Sin duda este desarrollo se ha visto influido estratégicamente por el impulso de la Cooperativa del Valle de los Pedroches (COVAP), la cual ha articulado un grupo de ganaderos muy emprendedores que de inmediato se han incorporado a los procesos de selección en el seno de la Asociación Nacional de Criadores de Caprino de Raza Murciano Granadina (Caprigran).

En este trabajo se ha realizado un estudio específico del funcionamiento del Núcleo de Control de Córdoba (900) perteneciente de la Asociación Nacional de Criadores de Caprino de Raza Murciano Granadina (Caprigran). Se evaluaron los rendimientos en producción total de leche, grasa total y proteína total y se contabilizaron los números de controles correspondientes disponibles en función del mes en el que se realizó el control, el año de control, el número de control y la edad de la cabra. En este estudio se han utilizado 99.302 controles individuales de leche total, 95.700 controles de contenido graso y 96.251 de contenido proteico, procedentes de lactaciones de cabras en el periodo 2000 a 2004 en el núcleo de control de Córdoba de la Asociación. Sobre la información obtenida se han evaluado las variables kilogramos de leche total, porcentaje graso y porcentaje de proteína trabajándose sobre la producción de test diario y sobre la frecuencias de controles en función de los siguientes criterios de clasificación: año de control, mes, edad de la hembra y número de control. Utilizando el procedimiento PROC.MEANS del paquete estadístico SAS versión 8.2, se calcularon las medias correspondientes a cada criterio de clasificación así como el recuento de observaciones por cada uno de ellos.

Los resultados obtenidos muestran un comportamiento productivo a lo largo del año ligeramente diferente al observado en los otros núcleos de la Asociación, con oscilaciones y unos picos en los meses de agosto y septiembre. Asimismo, el número de controles ha sido más constante a los largo del año que otros núcleos, apreciándose una clara disminución en los meses de abril y mayo. Estos resultados solamente pueden ser explicados por la fuerte influencia de la cooperativa que planifica la producción caprina de una manera muy detallada y de acuerdo a criterios altamente profesionales y no ecológicos. En este aspecto es interesante destacar la extraordinaria eficacia del Laboratorio de Análisis con una constancia casi absoluta entre los controles de campo para la leche y los análisis laboratoriales de la grasa y la proteína.

Por otra parte, existe una gran estabilidad en los registros productivos interanuales, lo que demuestra una gestión técnica muy eficaz por parte de los asesores de la cooperativa que mantienen una homogeneidad en los sistemas de las ganaderías integradas. Al mismo tiempo, tras un periodo expansivo hasta 2003, se aprecia un descenso en 2004, que podría deberse a un más correcto dimensionamiento en función de los recursos disponibles en el Núcleo de control y de los objetivos de la propia cooperativa.

En referencia a la edad de la cabra, la madurez productiva en esta población parece alcanzarse en períodos más tardíos a los apreciados en el resto de los núcleos, ya que solo a partir de la tercera lactación se perciben los niveles máximos que además se mantienen en una fase de meseta hasta el séptimo año de producción. En el mismo sentido es destacable como la reducción significativa de controles se presenta a partir del sexto y séptimo año, lo que implica una mayor longevidad productiva en los animales pertenecientes a esta población, hecho que solo puede explicarse por una mayor eficacia del sistema de producción, posiblemente apoyado especialmente en una correcta alimentación de los animales, con resultados muy superiores a los encontrados en la Cabra Canaria.

Los resultados obtenidos utilizando como criterio de clasificación el número de control, muestran una curva de lactación similar a la de la cabra Canaria y la de otros núcleos de esta Asociación, con un incremento del primero al segundo control y un descenso progresivo desde éste hasta el final de la lactación. Frente a los núcleos de las provincias de Almería y Granada, se observan unos niveles superiores del primer control; aspecto que podría no ser deseable en la prevención de patologías postparto. En cuanto al número de controles, los resultados revelan una alta incidencia de los mismos incluso en ordinales posteriores al noveno. En este sentido, y teniendo en cuenta que en zonas donde las razas poliéstricas estacionales tienen capacidad funcional no son recomendables las lactaciones superiores a los 240 días, debido a que no es preciso estacionalizar la comercialización de la leche. Mantener en control animales por encima del octavo control puede considerarse un menoscabo en la optimización de los recursos de control.


Autoría: J.M. León y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

jueves, 30 de abril de 2015

INVESTIGACIÓN: CONTROL LECHERO DE CABRA MURCIANO-GRANADINA EN NÚCLEO DE ALMERÍA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la efectividad del control lechero del núcleo caprino de la provincia de Almería (España) en la raza Murciano-Granadina. 

Los núcleos de control tienen función principal el dotar a los esquemas de selección de una correcta información genealógica y productiva para la evaluación genética de los reproductores. Dado que el funcionamiento de estas entidades supone un coste elevado, la finalidad de este trabajo es realizar un estudio específico del funcionamiento del Núcleo de Control de Almería (448) perteneciente de la Asociación Nacional de Criadores de Caprino de Raza Murciano Granadina (Caprigran). El conocimiento de los puntos críticos en los núcleos supone una herramienta de gran interés para mejorar la eficiencia de la inversión realizada en el control lechero. 

La base experimental utilizada se compone de un total de 127.798 controles individuales de leche total producida, 113.418 observaciones de contenido graso y 113.927 de contenido en proteína de hembras cuyas lactaciones se han producido entre los años 1991 y 2004 en el Núcleo de Control de Almería de la Asociación. Sobre la información obtenida para las variables: kilos de leche total, porcentaje graso y porcentaje de proteína, se ha trabajado sobre la producción en control diario y sobre la frecuencias de controles en función de los siguientes criterios de clasificación: año de control, mes, edad de la hembra y número de control. Utilizando el procedimiento PROC.MEANS del paquete estadístico SAS versión 8.2, se calcularon las medias correspondientes a cada criterio de clasificación así como el recuento de observaciones por cada uno de ellos.

Los resultados de las producciones (en valores medios diarios) para leche total, el porcentaje de grasa y porcentaje de proteína, están acompañados por la frecuencia de observaciones para cada una de las categorías. De forma similar a los datos hallados en la cabra Canaria, la producción lechera es de aproximadamente 1,90 kilogramos de leche por cabra en los meses más estables en cuanto a número de controles. Asimismo, la grasa y proteína se mantienen para estos mismos meses en porcentajes de 5 y 5,7; y entre 3,4 y 3,8, respectivamente. Se ha constatado una asociación entre la disminución de rendimientos y la disminución del número de controles, la cual podría explicarse porque entre los meses de agosto y octubre se incrementa considerablemente el número de animales que están al comienzo o al final de la lactación.

En otro período (años) se aprecia una relativa inconstancia en cuanto a las producciones de leche y mayor estabilidad para grasa y proteína, lo cual podría indicar que la producción cuantitativa de leche está más fuertemente influida por las oscilaciones interanuales, ya que no se aprecia en este caso una asociación entre las tasas de producción y el número de controles. Asimismo, el núcleo tiene una tendencia expansiva permanente, destacando la coherencia de los datos obtenidos entre los controles cuantitativos y cualitativos, lo que permite valorar positivamente el trabajo del Laboratorio de Análisis de Almería. En este sentido, casi el 70% de las lactaciones que se inician alcanzan el quinto control lechero, lo que supone una gran eficacia, ya que el cociente entre animales controlados y lactaciones terminadas, de acuerdo con la normativa española (Real Decreto 368/2005), y las recomendaciones del ICAR (www.icar.org), es muy alto; mucho más si se descartan los animales que sólo se controlan una vez y las primíparas que tienen filtros de validación más laxos.

Con estas observaciones se puede observar el comportamiento de la curva de lactación de la población estudiada, que comienza con un ascenso desde el primer control hasta alcanzar el máximo productivo en el segundo, iniciándose desde aquí un descenso continuo hasta el secado. Con respecto a la edad de control hay que indicar que según los resultados obtenidos las cabras alcanzan su madurez productiva a partir del tercer año, con unas cifras tanto para leche como para grasa y proteína que permanecen estables hasta el final de su vida productiva. Solamente se observa un descenso en cabras excepcionalmente viejas que se han mantenido en el núcleo. Se aprecia también una máxima concentración de controles entre la segunda, tercera y cuarta lactación; iniciándose un descenso que se hace claramente significativo a partir de la sexta lactación. Esto denota una mayor longevidad productiva de esta población frente a la raza caprina Canaria, superior a dos años.


Autoría: A. Alonso y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 22 de abril de 2015

INVESTIGACIÓN: VALORACIÓN GENÉTICA REPRODUCTORES RAZA MALAGUEÑA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se describen los métodos utilizados para realizar las valoraciones genéticas de los reproductores de la raza caprina Malagueña (España).

Este trabajo se realizó con datos correspondientes a la campaña del año 2004; describiéndose el análisis de las bases de datos y su depuración, previo a la realización de las valoraciones. Esto es, los criterios empleados para incluir o no los resultados de cada una de las lactaciones en la valoración, así como, la obtención de la información referente a los efectos fijos a incluir en el modelo de valoración. Asimismo, se describen la metodología de la valoración genética, los caracteres considerados y el modelo empleado. Se realizaron valoraciones independientes para los caracteres cantidad de leche, contenido de proteína y contenido de grasa. Para ello se utilizó la metodología BLUP y el modelo animal.

Finalmente se indica la estrategia de utilización de las valoraciones para la elección de los futuros reproductores. Los listados de valoraciones se emplean para realizar una selección por niveles independientes de cada carácter.


Autoría: A. Sánchez y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

lunes, 20 de abril de 2015

INVESTIGACIÓN: COMPARACIÓN MODELOS MEJORA GENÉTICA EN CABRA MURCIANO-GRANADINA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se han comparado los diferentes modelos utilizados en un programa de mejora genética para la evaluación de cabras lecheras de raza Murciano-Granadina en la Comunidad Valenciana (España). 

El programa de mejora genética ha sido realizado conjuntamente por la Asociación de Ganaderos de Caprino de Raza Murciano-Granadina de la Comunidad Valenciana (Amurval) y el Centro de Investigación y Tecnología Animal del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias. En primer lugar se compararon dos modelos mixtos con diferente estructura de covarianzas. También se realizaron comparaciones entre modelos que incluyeron otros efectos sistemáticos: edad de la hembra en el momento del parto y días desde el parto hasta el primer control de la lactación. Se consideraron los caracteres estandarizados para la producción de leche y los porcentajes de grasa y proteína; realizándose dichas comparaciones considerando criterios estadísticos de información.

Los resultados obtenidos indican que el modelo de repetibilidad es el más adecuado al tener en cuenta las covarianzas entre medidas de una misma cabra. La inclusión del efecto edad de la hembra al parto sólo fue ventajosa para el carácter producción de leche. En cambio, la consideración del efecto tiempo desde el parto al primer control lechero fue positiva para los caracteres de producción de leche y de porcentaje de proteína. Por el contrario, ninguno de los efectos incluidos mejoró el modelo actualmente utilizado para porcentaje de grasa.


Autoría: S. Sellas y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)





lunes, 13 de abril de 2015

INVESTIGACIÓN: PESO DEL CORDERO Y PRODUCCIÓN LECHERA EN OVEJA DE RAZA OJALADA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la influencia del peso al nacimiento del cordero en la producción lechera de ovejas de raza Ojalada (España).

La raza Ojalada se encuentra localizada fundamentalmente en la zona centro y suroeste de la provincia de Soria. Aunque tradicionalmente no se le ha prestado mucho interés, en los últimos años su censo ha evolucionado debido fundamentalmente a la instalación en el Campo Agropecuario de San Esteban de Gormaz (Soria) de un rebaño en pureza racial sobre el que se aplica mejora, selección y expansión de reproductores por la geografía provincial. Se diferencia de otras razas tanto por su peculiares características morfológicas (vellón entrefino de color blanco con pigmentaciones centrífugas de negro), como por las orientaciones derivadas del estudio de los polimorfismos bioquímicos de base genética.

En este trabajo se recogen los resultados obtenidos de la influencia del peso al nacimiento del cordero, en la producción de leche de la raza Ojalada, siendo esta solo una pequeña parte de un estudio etnológico y productivo de la raza mucho más amplio. 

En los resultados obtenidos hasta la fecha se ha encontrado una tendencia a producciones diarias de leche superiores a medida que aumenta el peso al nacimiento del cordero, asimismo se encuentran diferencias significativas en la producción de leche total a lo largo del periodo considerado (primera a séptima semanas de lactación) a favor de aquellas ovejas cuyos corderos pesaron más al nacimiento.




Autoría: J.L. Calvo y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

viernes, 10 de abril de 2015

INVESTIGACIÓN: NITRÓGENO INGERIDO Y GENOTIPO EN CABRA MALAGUEÑA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la utilización del nitrógeno ingerido por las cabras de raza Malagueña (España), en relación con la producción lechera y el efecto del genotipo asociado al contenido de αs1-caseína (alfa-s1-caseína).

En este estudio se llevaron a cabo unos ensayos en cabras en lactación de esta raza, que se agruparon en lotes diferentes según perteneciesen a los genotipos de alta o baja capacidad de síntesis de proteína láctea. En este sentido, se pretendía establecer las causas que determinan la distinta capacidad de producción de proteína y/o caseína en la leche de cabra, según el genotipo animal asociado a la αs1-caseína. Los animales fueron alimentados en base a dos dietas diferentes de acuerdo con su contenido en proteína bruta, analizándose la utilización del nitrógeno ingerido necesario para la producción de nitrógeno lácteo, por medio de la relación funcional existente entre ambos grupos de valores. 

Los resultados obtenidos indican cómo el grupo de cabras de alta capacidad de síntesis proteica, presentaba junto a una mayor tasa de transformación, una eficiencia igualmente más elevada.



Autoría: G. De la Torre y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)






lunes, 6 de abril de 2015

INVESTIGACIÓN: CARACTERIZACIÓN GENÉTICA Y PRODUCTIVA EN OVEJA MERINA DE GRAZALEMA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha realizado la caracterización genética y productiva de la oveja 'Merina de Grazalema' (Andalucía, España), para desarrollar un programa de recuperación de esta raza autóctona. 

La raza autóctona andaluza Merina de Grazalema, catalogada en peligro de extinción, contribuye al desarrollo de las zonas rurales de la sierra de Grazalema (Cádiz) y de la Serranía de Ronda (Málaga), así como al mantenimiento del medio ambiente de estos espacios protegidos andaluces. 

En este estudio se han controlado las lactaciones de 300 ovejas. Los resultados obtenidos muestran una capacidad lechera aceptable; aunque las producciones medias diarias de leche son de 0,58 kilogramos por oveja, existen bastantes animales que superan 1 kg/ día. La duración media de la lactación ha sido de 203,8 días con una producción media de 118,3 kg, siendo los valores de composición de 15,8 % de extracto quesero, 8,9 % de grasa y 6,84 % de proteína. 

En cuanto a la producción de carne, se han controlado 378 corderos desde el nacimiento hasta el sacrificio, observándose un crecimiento básicamente lineal hasta los 80-90 días de vida. La ganancia media diaria (GMD) ha sido de 0,234 kg, presentando una tendencia descendente desde el crecimiento máximo, en torno a los 40 días de vida, hasta los 100 días. 

La caracterización genética de la raza a partir de 32 microsatélites de ADN, muestra un alto grado de variabilidad (He = 70,88 % y Ho = 69,36 %). El Ne ha oscilado entre 10,26 y 631,7, lo que supone un incremento de consanguinidad por generación (DF) del 4,8 % y 0,07 %, respectivamente.



Autoría: J.P. Casas y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

INVESTIGACIÓN: LACTACIÓN Y PRODUCCIÓN LECHERA EN CABRA MALAGUEÑA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la influencia de distintos factores de la lactación y la época del parto sobre la cantidad y calidad de la leche en cabras de raza Malagueña (Andalucía, España).

Este trabajo se realizó en 25 explotaciones en control lechero de la Asociación de Criadores de la Cabra Malagueña (Cabrama), analizándose los datos de las lactaciones superiores a 5 meses, con objeto de estudiar los parámetros relacionados con la producción, incluyendo la duración de las lactaciones, y la calidad de la leche. 

Los resultados obtenidos alcanzan los mejores valores cuando los partos son tardíos (paridera de invierno). Sólo la primera lactación tiene una duración significativamente inferior a las otras (p<0,001). Las producciones medias diarias más altas se obtienen entre la segunda y la séptima lactación. Las lactaciones correspondientes a partos tardíos son un 10% superiores a las tempranas, aunque la duración de las mismas sea un poco inferior y los períodos de secado algo superiores.


Autoría: A. Sánchez y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)


martes, 31 de marzo de 2015

INVESTIGACIÓN: INFLUENCIA DE NARANJAS EN SABOR DE LECHE DE OVEJA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se la estudiado la influencia de la incorporación de naranjas en la ración alimenticia de ovejas lactantes sobre el sabor final de la leche obtenida.

En este trabajo se estudia el sabor de la leche procedente del ordeño de ovejas que han recibido diferentes cantidades de naranja de destrío en su ración alimentaria. Se utilizaron 48 ovejas distribuidas en cuatro grupos iguales que recibieron raciones isoenergéticas e isoproteicas; al grupo testigo se le suministró una ración compuesta de heno de alfalfa, paja y concentrados, mientras que en los tres grupos experimentales se sustituyó progresivamente parte de los cereales por naranja en los siguientes porcentajes: 10%, 20% y y 30% de la materia seca de la ración, respectivamente en cada uno de ellos. En la semana 15ª de lactación se tomaron muestras de leche de tanque, se analizó su composición y se realizó un estudio sensorial (leche pasterizada) mediante una prueba triangular con 120 catadores. 

Los resultados obtenidos indican que la incorporación de naranjas en la ración de las ovejas afectó significativamente (P<0.01 con el 10% de naranja, y P<0.001 con el 20% y 30% de naranja) al sabor de la leche respecto al grupo testigo. La característica más identificada en la leche de las ovejas que han comido naranja es su sabor más suave.


Autoría: M. Rodríguez y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)







lunes, 30 de marzo de 2015

INVESTIGACIÓN: PARIDERA Y PRODUCCIÓN LECHERA EN CABRA MURCIANO-GRANADINA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado el efecto de la época de parto sobre la producción lechera en cabras de la raza Murciano-Granadina de la región de Murcia (España).

En este trabajo se ha estudiado el efecto de la época de parto durante las estaciones de primavera y otoño, sobre la producción lechera de 8 ganaderías de cabras Murciano-Granadinas, pertenecientes a la Asociación Nacional de Criadores de la Raza Murciano-Granadina (ACRIMUR). En total se han utilizado 4546 datos de 790 cabras del control lechero realizado en el periodo 1997-1998, y efectuado cada 30-35 días. El mismo día del control lechero se recogía una alícuota de 100 ml de leche para la determinación de materia grasa, proteína y extracto seco con la técnica de espectroscopía en el infrarrojo cercano (NIR). 

Los principales resultados muestran mayores producciones de leche cuando los partos se producían en otoño frente a los de primavera, con 1,94 y 1,70 kilogramos/día, respectivamente. Por meses, se observó que las producciones más bajas correspondían a las cabras que parían en mayo. Los porcentajes de proteína, grasa y extracto seco también fueron mayores para las lactaciones cuyo parto se producía en otoño: proteína (3,77 vs. 3,31), grasa (5,41 vs. 4,91), y extracto seco (14,60 vs. 13,53).



Autoría: C. Hernández y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)






INVESTIGACIÓN: BETAÍNA EN ALIMENTACIÓN DE CABRAS MURCIANO-GRANADINA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado el efecto de la suplementación con betaína en la alimentación de cabras en lactación de la raza Murciano-Granadina. 

La trimetilglicina, conocida como betaína, es un compuesto natural extraído de la remolacha azucarera, interviniendo en reacciones metabólicas relacionadas con el crecimiento de tejidos y el sistema inmune. En este trabajo se emplearon dos piensos compuestos en la alimentación de las cabras para el estudio de la producción, composición química de la leche y el estado sanitario de las mismas durante el periodo de lactación. Se seleccionaron 60 cabras (lotes de 30 animales) homogéneos en cuanto a su estado de lactación, paridera de invierno, peso vivo; ambos lotes de cabras se sometieron al régimen de control lechero. La producción lechera obtenida se ha estudiado con medidores electrónicos SG FAT SAMPLER CPL y la composición en grasa bruta, proteína bruta, lactosa, extracto seco y recuento de células somáticas como parámetros químicos analizados con MILKOSCAN. El diseño experimental, basado en el control semanal de la producción y composición de leche, ha permitido conocer el efecto de este compuesto natural.

Como conclusión general parece repetirse la tendencia observada en otras pruebas realizadas con betaína en el ganado caprino lechero; cuando las condiciones de la explotación ganadera (manejo, dieta, climatología, etc.) y de las cabras son óptimas, no se observan efectos de la incorporación de betaína.


Autoría: P. Sánchez-Seiquer y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)


jueves, 26 de marzo de 2015

INVESTIGACIÓN: PESO Y PRODUCCIÓN LÁCTEA EN OVEJA CHURRA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la correlación genética entre el peso corporal y la producción láctea en ganado ovino de raza Churra. 

En este estudio se utilizaron datos de 3866 lactaciones, provenientes de 2844 hembras churras, recogidos entre 1997 y 2001, en 15 rebaños pertenecientes al núcleo de selección de esta raza. Se investigaron las correlaciones entre la producción láctea estandarizada a 120 días, y el peso medio de las ovejas durante la lactación. Se utilizo un modelo animal con repetibilidad, que tuvo en cuenta los efectos fijos siguientes: rebaño-año-estación, número de parto y tipo de parto. 

Los principales resultados muestran que todos estos factores fueron estadísticamente significativos (P< 0,001). Las heredabilidades estimadas fueron, para la producción de leche a 120 días de 0,20 ± 0,03, y para el peso corporal de 0,21 ± 0,03. La correlación genética entre la producción láctea y el peso corporal fue negativa (-0,42 ± 0,11). Por tanto, parece deducirse que el aumento de peso vivo observado en la raza Churra no haya sido debido al resultado del programa de mejora genética de la producción láctea.


Autoría: R. Rodríguez y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)