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viernes, 4 de agosto de 2017

EVENTOS: 3ª SOLICITUD MEJORES QUESOS CONVOCATORIA 2017 (ESPAÑA)

A continuación se presenta el modelo de solicitud ANEXO III a cumplimentar para participar en el premio "Alimentos de España Mejores Quesos, convocatoria año 2017", organizado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España (Extracto de la Orden de 3 de julio de 2017).
Más información:  www.mapama.es (sección “Alimentación”) 
 
José Luis Ares Cea (divulgador) 

jueves, 3 de agosto de 2017

EVENTOS: 2ª SOLICITUD MEJORES QUESOS CONVOCATORIA 2017 (ESPAÑA)

A continuación se presenta el modelo de solicitud ANEXO II a cumplimentar para participar en el premio "Alimentos de España Mejores Quesos, convocatoria año 2017", organizado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España (Extracto de la Orden de 3 de julio de 2017).

Más información:  www.mapama.es (sección “Alimentación”) 
 
José Luis Ares Cea (divulgador) 

miércoles, 2 de agosto de 2017

EVENTOS: 1ª SOLICITUD MEJORES QUESOS CONVOCATORIA 2017 (ESPAÑA)

A continuación se presenta el modelo de solicitud ANEXO I a cumplimentar para participar en el premio "Alimentos de España Mejores Quesos, convocatoria año 2017", organizado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España (Extracto de la Orden de 3 de julio de 2017).
 
Más información:  www.mapama.es (sección “Alimentación”) 
 
José Luis Ares Cea (divulgador) 
  

martes, 1 de agosto de 2017

EVENTOS: CONCURSO DE QUESOS CONVOCATORIA 2017 (ESPAÑA)

A continuación se presenta el Extracto de la Orden de 3 de julio de 2017, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España, por la que se convoca el premio "Alimentos de España Mejores Quesos, año 2017".
 
De conformidad con lo previsto en los artículos 17.3b y 20.8 de la Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones, se publica el extracto de la convocatoria cuyo texto completo puede consultarse en la Base de Datos Nacional de Subvenciones
 
Primero. Objeto y modalidades.
La presente orden tiene por objeto convocar, en régimen de concurrencia competitiva, el premio "Alimentos de España Mejores Quesos, año 2017", con la finalidad de contribuir a promocionar el queso de calidad.
Modalidades:
a) Premio "Alimentos de España Mejor Queso de Vaca"
b) Premio "Alimentos de España Mejor Queso de Oveja"
c) Premio "Alimentos de España Mejor Queso de Cabra"
d) Premio "Alimentos de España Mejor Queso de Mezcla"
e) Premio "Alimentos de España Mejor Queso Azul"
 
Segundo. Participantes y quesos admitidos a concurso.
1.  Podrán  participar  en  el  premio  quienes  ostenten  la  titularidad  de  los establecimientos autorizados para la elaboración de quesos según lo establecido en la legislación vigente.
2. Los elaboradores de quesos podrán concursar a una o varias modalidades pero solamente podrán participar con una muestra por modalidad.
3.  Los  quesos  presentados  al  premio  serán  de  elaboración  propia  del concursante debiendo justificar la elaboración anual de un número mínimo de 2.000 piezas o 3.000 kilos.
 
Tercero. Solicitud, forma y plazo de presentación.
Las personas jurídicas y quienes las representen dirigirán las solicitudes a la Ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y se presentarán, a través del registro electrónico de este Ministerio, en su sede electrónica (https://sede.mapama.gob.es/portal/site/se), según el modelo normalizado disponible en dicha sede.
Si los beneficiarios son personas físicas, podrán optar por presentar las solicitudes presencialmente en papel, en el Registro General del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente o en cualquiera de los lugares previstos en el artículo 16.4 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre.
El plazo de presentación de solicitudes será de tres meses contados a partir del día siguiente al de la publicación del extracto de esta convocatoria en el "Boletín Oficial del Estado".
 
Cuarto. Entrega de muestras y codificación.
Para  cada  modalidad  de  queso  se  remitirá  una  muestra  de  al  menos  3 kilogramos de queso en piezas enteras, aportando siempre un mínimo de 2 piezas. Las  muestras  de  quesos  se  remitirán,  a  portes  pagados,  al  Laboratorio Agroalimentario  de  Santander,  c/  Concejo,  s/n,  39011.  Santander.
Las fechas de entrega de las muestras serán del 16 al 20 de octubre, en horario de 9,30 a 13,30 h.
Firmada en Madrid, a 3 de julio de 2017, por la Ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina.
 
Más información: Boletín Oficial del Estado (BOE) nº 162, de 8/07/2017 (apartado V Anuncios, Sec. V-B, ref. 42921, BDNS (Identif.) 353929, páginas 51863-51864).

 
 

 
 

Fuente: Circular informativa (2017). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). María Jesús Jiménez Horwitz (presidenta). Sede AQAA: Jayena (Granada, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)

viernes, 3 de junio de 2016

QUESEROS AVANZANDO-79: IBERITOS (SANTA AMALIA, ESPAÑA)

La empresa agroalimentaria IBERITOS, situada en la localidad de Santa Amalia (Badajoz, España), apuesta por la diversificación elaborando cremas de quesos y 'tortas' de leches de oveja y de cabra, que amplían la gama de productos vegetales y animales de la Huerta Dehesa El Alcornocal.

Esta empresa ha incorporado recientemente los productos lácteos a sus producciones habituales, comercializando una gran variedad de presentaciones y formatos, incluyendo las cremas a base de quesos naturales y enmohecidos, y las 'tortas' tradicionales de la zona..

Desde la Planta Piloto de Lácteos del IFAPA felicitamos a nuestro alumno por su entusiasmo y entrega en la defensa de los productos lácteos.


Fuente: Material didáctico (2016). IFAPA. Planta Piloto de Lácteos de Hinojosa del Duque (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (profesor) 

miércoles, 29 de julio de 2015

INVESTIGACIÓN: TRATAMIENTOS ACTIVIDAD REPRODUCTIVA EN CABRA SERRANA (PORTUGAL)

En un trabajo de investigación se ha estudiado el tratamiento precoz para la reanudación de la actividad reproductiva tras el parto en cabras de la raza Serrana de Portugal.

En las cabras de la raza autóctona portuguesa Serrana, ecotipo Transmontano, la duración del anestro postparto es claramente influida por la estación del año. Si el parto se da en noviembre, su retorno a la actividad reproductiva postparto constituye un proceso particularmente difícil, posiblemente debido a la proximidad del inicio del anestro estacional (diciembre-enero). La administración de progesterona exógena tras el parto, parece mejorar el funcionamiento del eje hipotálamo-pituitaria-ovarios. En realidad, la colocación de esponjas vaginales, treinta días después del parto, mejora el reinicio de la actividad reproductiva en las cabras Serranas.

Este estudio se desarrolló en Bragança (latitud 41° 49' N, longitud 6° 40' W y altitud 720 metros) en 35 cabras (2-5 años) de la raza Serrana, ecotipo Transmontano, apareadas por monta natural y que parieron sin ningún problema. Todas las cabras parieron entre el 8 y el 10 de octubre de 2003. En promedio, las cabras parieron 1,8 ± 0,8 crías, el 62,2% machos y las demás 37,8% hembras (χ2 = 11,520; para P≤0,001). Tras la expulsión de las placentas, las cabras fueron pesadas en una báscula con jaula. Todos los días, las cabras salían para el pastoreo en praderas naturales. En el aprisco-corral recibieron un suplemento de 350-400 g/animal/día de pienso comercial. Los chivos acompañaron siempre a sus madres. Dos machos vasectomizados provistos de arnés marcador fueron mantenidos permanentemente con las cabras, determinándose el comportamiento del estro dos veces al día (por la mañana y por la tarde).

Quince días después del parto, a 21 cabras elegidas al azar se les colocó esponjas vaginales impregnadas con acetato de fluorogesterona (FGA; 45 mg). El tratamiento con progestágenos tuvo una duración de 14 días. A la retirada de las esponjas vaginales se administró por vía intramuscular 350 UI de eCG/cabra. Las otras 14 cabras no fueron sometidas a ningún tratamiento (grupo control). Las cabras de los dos grupos se mantuvieron mezcladas durante todo el ensayo. Tras el parto, y a lo largo de un poco más de 2 meses, se extrajo, dos veces a la semana (lunes y jueves), una toma de sangre mediante punción en vena yugular. El plasma recuperado postcentrifugación fue congelado a -80 ºC para su posterior análisis. Las concentraciones de progesterona plasmática fueron determinadas por RIA– kits progesterona (DPC). Los coeficientes de variación intra e interanálisis fueron de 8,6 y 13,2%, respectivamente. Se consideró que las cabras estaban en anestro postparto hasta el momento de la primera elevación de los niveles plasmáticos de progesterona (PENPP) por encima de los 0,5 ng/ml. La duración de la primera fase lútea fue considerada corta, normal o persistente, según los niveles plasmáticos de progesterona se mantuvieran elevados durante 3-12 días, 13-18 días o más de 18 días, respectivamente. Para identificar diferencias estadísticamente significativas entre parámetros se efectuaron análisis de varianza, según el test de Bonferroni/Dunn. Para comparar frecuencias, se utilizó el test de χ2. Los datos fueron expresados como media ± desviación típica.

Los resultados obtenidos revelan que, inmediatamente después del parto, las cabras Serranas pesaban un promedio de 46,7 ± 4,9 kg. La diferencia de peso observada entre las cabras tratadas y control fue estadísticamente no significativa (46,8 ± 5,8 kg vs. 46,7 ± 2,6 kg; P>0,05). Durante este estudio, sólo 2 (14,3%) de las cabras control presentaron celo (32,5 ± 2,1 días postparto). En ambos casos el primer celo fue seguido de “ovulación” (2,5 ± 0,7 días postcelo) y de un primer ciclo corto. No obstante, todas las cabras control presentaron una PENPP (35,8 ± 8,5 días postparto). Cinco (23,8%) de las cabras tratadas presentaron celo antes de la primera “ovulación” (2,8 ± 1,1 días postratamiento) y 7 (33,3%) produjeron una PENPP en respuesta al tratamiento. El primer ciclo ovárico fue corto en todas las cabras tratadas.

De acuerdo con los resultados obtenidos, el reinicio de la actividad sexual postparto es difícil en cabras Serranas paridas en noviembre, como ya lo habían demostrado otros autores. En algunos trabajos se ha constatado que el reinicio de la actividad sexual postparto es frecuentemente marcado por un deficiente funcionamiento del eje hipotálamo-pituitaria-ovarios, derivado de la ausencia previa de niveles adecuados de progesterona. Efectivamente, se ha observado que la administración de progesterona exógena, 30 días después del parto, mejoró la reanudación de la actividad sexual postparto de las cabras Serranas (el 60,0% presentó celo y el 100,0% ha producido una PENPP). No obstante, los resultados alcanzados en este estudio indican que la administración de progesterona exógena, 15 días tras el parto, produce una respuesta muy pobre, claramente inferior (celos: χ2 = 26,601, para P≤0,001 y PENPP: χ2 =100,752, para P≤0,001) a la observada por otros autores, posiblemente porque el eje hipotálamo-pituitaria-ovarios aún no es sensible a los efectos benéficos de la progesterona.

Como conclusión general se ha puesto de manifiesto que la reanudación de la actividad ovárica postparto de las cabras Serranas, ecotipo Transmontano, paridas en noviembre es un proceso difícil, y que 15 días después del parto, la aplicación del tratamiento FGA + eCG no benefició la reanudación de la actividad sexual postparto.


Autoría: R.C. Valentim y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

martes, 21 de julio de 2015

INVESTIGACIÓN: ARTRITIS ENCEFALITIS CAPRINA Y SALUD HUMANA (MÉXICO)

Existen trabajos de investigación cuyos resultados pueden generar alarma en la población en general, sino se explican convenientemente. No se trata de poner en duda la calidad del estudio realizado ni tampoco la experiencia del equipo científico, pero antes de su publicación hay que sopesar mucho sus posibles repercusiones en la sociedad y, muy especialmente, comprobar si existen trabajos de otros autores que hayan obtenido las mismas conclusiones. 

A continuación, se presenta un trabajo de investigación en el que se ha estudiado la incidencia de la artritis encefalitis caprina (AEC) y su posible relación con la salud humana en el municipio de Atlixco (Puebla, México). La AEC es una enfermedad propia de las cabras provocada por el virus de la Artritis Encefalitis Caprina (VAEC) perteneciente al genero de los Lentivirus de la familia Retroviridae, que está íntimamente relacionado con el virus de la neumonía progresiva ovina y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) en el ser humano. 

El VAEC fue aislado por primera vez en 1980 en Estados Unidos (Crawford y Adams, 1981). Los Lentivirus del virus de la artritis encefalitis caprina (VAEC) inducen una inflamación progresiva crónica del tejido conectivo en cabras, manifestándose en artritis y mastitis. 

El presente trabajo fue realizado en el Laboratorio de Inmunología, Hospital de Pediatría, Centro Médico, Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y en el Laboratorio de Hematología del Hospital Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. En este estudio se utilizaron 200 hembras de la raza caprina Saanen, de 3 a 4 años de edad, pertenecientes a una granja situada en el Municipio de Atlixco, Puebla. Las cabras se evaluaron clínicamente y serológicamente mediante la prueba de ELISA para determinar anticuerpos anti-VAEC (Instituto Pourquier-MAEDI-VISNA/CAEV SERODIAGNOSIS-Version P00302/02) y anti-virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) 1 y 2 (GRENSCREEN® HIV/2 versión 2 (BIO-RAD, 72278). Por otra parte se hicieron pruebas serológicas mediante la técnica ELISA a 77 niños de 12 años de edad que consumieron leche de cabra para identificar anticuerpos anti-VAEC y anticuerpos anti-VIH 1 y 2.

Los resultados del estudio clínico muestran la presencia de artritis en 34 animales de 4 años de edad, con tumefacción de las articulaciones, especialmente de los carpos, que dificultaron la movilidad de los animales y, por tanto, sus posibilidades de alimentación y producción. Los datos serológicos obtenidos mediante ELISA indirecta de las 200 muestras de suero caprino estudiadas indican la presencia de 74 animales que presentaron anticuerpos específicos contra el VAEC, observándose la distribución de dichos valores. El ELISA GENSCREEN® HIV 1 /2 versión 2 permitió en 11 cabras de las 74 anteriores del estudio identificar anticuerpos anti-VIH1 y anti-VIH2 debido a la reacción cruzada. Por su parte, Rimstad y colaboradores (1993) estudiaron 108 cabras lecheras, de las cuales 27 sueros fueron considerados seropositivos a la prueba de ELISA indirecta, lo que representó el 25% de los animales estudiados, siendo dicha prevalencia muy superior a la hallada en este trabajo, lo que estaría relacionado a la probable seroconversión tardía de los animales del presente estudio.

En el estudio serológico realizado a los 77 niños por medio de la técnica de ELISA (GRENSCREEN®HIV/2), la línea de corte fue 0,210, siendo negativas todas las muestras de los sueros humanos para HIV 1 y 2. Asimismo, se detectaron anticuerpos anti-VAEC/MV (Maedi Visna) en 51 niños y ningún niño presento anticuerpos para anti-VIH 1 y 2. En el estudio de los 77 sueros de niños, para detectar anticuerpos específicos contra el VAEC, se registraron 51 sueros positivos a VAEC y 26 sueros negativos, a partir de la línea de corte de 0,223.

Hotzel y Cheevers (2003) estudiaron una secuencia similar entre la glicoproteína de superficie (SU) gp 135 de los lentivirus maedi-visna y el virus de la artritis encefalitis caprina (VAEC) y la gp 120 del virus de la inmunodeficiencia humana (HIV-1). Louie y colaboradores (2003) establecieron una nueva relación y demostraron que algunas cabras, infectadas con VAEC, poseen anticuerpos específicos-gp 135, estableciendo una reacción cruzada con el gp 120 de diversas cepas de VIH y también muestran que la reacción cruzada de las inmunoglobulinas dependen del nivel de glicosilación. Esta información concuerda con los resultados de esta investigación donde se demuestra la reacción cruzada entre el VAEC y el VIH, a través de las gp 135 y gp 120.

Como conclusión general, se ha constatado que la reacción cruzada entre las glicoproteínas de superficie gp 135 (VAEC) y gp 120 (HIV-1), suponen una posible relación antigénica, entre estas dos variantes, pero la cercanía del virus de la artritis-encefalitis caprina con el lentivirus responsable de la inmunodeficiencia humana ya supone una desagradable coincidencia.



Autoría: R. Reséndiz y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 24 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 20-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Diversos trabajos de investigación en nutrición de pequeños rumiantes han puesto de manifiesto el efecto de la adición de grasa en la suplementación de la dieta alimentaria de los animales en relación con el contenido en grasa de la leche obtenida. Asimismo, se ha estudiado la posible interacción entre la ración de forraje y la suplementación lipídica de la ración suministrada al animal.

Algunos autores han hallado un contenido en ácido ruménico en la leche de cabra, más alto en verano, cuando los animales consumían pastos frescos, registrándose además niveles mayores de C18:2. Por otra parte, diferentes dietas utilizadas en invierno, no parecen equivalentes en cuanto a la producción de ácido ruménico, pudiendo interaccionar de manera diferente con la grasa introducida en la dieta, cuando se empleaban heno de alfalfa o ensilado de maíz, junto con aceite de linaza o de girasol alto en oleico. De manera general, se deducía que el aceite de girasol alto en oleico provocaba un incremento en C18:0 y C18:1 en la leche producida, mientras que el aceite de linaza hacía aumentar los contenidos de ácido ruménico y vaccénico, siendo el aumento de este último 2,5 veces mayor que el ácido ruménico. Estos efectos eran aún mayores en el caso de consumo de la dieta con heno de alfalfa. Según los autores de los estudios, estos resultados indican que los efectos potenciales del CLA y de los isómeros trans del C18:1 sobre la salud humana, tienen que ser considerados de manera conjunta con sumo cuidado. De este modo se podrá predecir en cada caso el efecto que la suplementación de la dieta con una grasa, puede determinar sobre la calidad nutritiva de la grasa de la leche de cabra.

Como conclusión general del estudio se resume que la leche de los pequeños rumiantes resulta una alternativa tecnológica interesante para la industria láctea frente al predominio de la especie bovina. La naturaleza y composición de la grasa de la leche de cabra y de oveja presentan características beneficiosas para el ser humano, tanto desde un punto de vista nutritivo como saludable, especialmente para aquellos consumidores con requerimientos específicos. Asimismo, se constata la eficacia de las distintas estrategias alimenticias para optimizar desde el origen (alimentación animal) la composición grasa de estas leches, para la elaboración de productos lácteos de mayor calidad tecnológica, nutritiva o saludable..




Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

martes, 23 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 19-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Diversos estudios han demostrado la interacción existente entre la fracción forraje de la dieta del animal y la suplementación lipídica, y su incidencia en la composición en ácidos grasos de la grasa de la leche producida. En este sentido, se ha constatado que cuando se altera la proporción y el tipo de forraje de la dieta, la composición en ácidos grasos de la grasa de la leche, se altera no sólo en función de la modificación de la propia síntesis de novo, sino también, en razón del contenido y composición de la grasa del forraje suministrado. 

Esta alteración se ha comprobado empleando diversas fuentes alimenticias, entre ellas, el heno de alfalfa, la alfalfa deshidratada o el pasto en verde; en los dos últimos casos, se administra al animal una ración con menos fibra junto a una mayor cantidad de grasa rica en C18:2 y C18:3. Como consecuencia y debido a lo primero, se produce una grasa láctea con un mayor contenido en C18:1 y menos C18:2. En razón del segundo aspecto indicado, se consigue una grasa láctea más insaturada, con un mayor contenido en PUFA, y menos de C14:0 y C16:0, unido a veces, a una menor cantidad de ácidos C6-C10.

En la cabra, diversos estudios ponen de manifiesto que la síntesis de lípidos microbianos resulta muy activa, ya que estos lípidos contienen niveles altos de ácidos grasos de cadena pequeña, particularmente, de la forma 'iso' y 'anteiso', así como ácidos grasos de cadena ramificada, que pueden encontrarse en la leche. La proporción de forraje y el tipo de éste, pueden determinar la composición de los lípidos microbianos, sobre todo la razón C18:0/C18:1, así como la proporción de ácidos grasos de cadena corta.

Estos autores concluyen que el contenido y naturaleza de la grasa de la dieta suministrada resultan ser unos factores que determinan la cantidad y composición de la grasa de la leche de cabra, de manera mucho más intensa que lo hace la cantidad y naturaleza de la fibra de la ración, pudiéndose por medio de la manipulación de estos factores llegar a obtenerse una leche con una determinada calidad nutritiva, incluso más saludable para el organismo humano.
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Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

lunes, 22 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 18-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Se han realizado distintos estudios empleando aceite de pescado en la suplementación de la dieta alimentaria de la cabra, analizándose los efectos sobre el contenido graso de la leche obtenida, así como su perfil de ácidos grasos.

Cuando se empleaba el aceite de pescado sin ninguna protección en la ración suministrada a los animales, se obtenía una leche cuya grasa presentaba un incremento en los trans C18:1, una caída en el C18:0, unas pequeñas transferencias a leche del C20:5 y C22:6, detectándose igualmente, la aparición del ácido 10-hidrosiesteárico junto a un incremento sensible de C18:1, resultado éste último, al parecer debido a la movilización lipídica corporal que podría haber tenido lugar, ya que la ingesta de materia seca caía en un 50%. Las tasas de transferencia del C20:5 y C22:6 resultaban ser de un 4-5%, valores similares a los obtenidos en vacas por diversos autores.

La protección parcial conseguida por una envuelta con caseína tratada con formaldehido, no evitaba el incremento en la concentración de trans C18:1 y 10-hidrosiesteárico, lográndose aumentar levemente, las tasas de transferencia del C20:5 y C22:6. A partir de estos resultados se deduce el modo de obtener leche de cabra con grasa rica en PUFA n-3. Asimismo, para evitar la caída en la ingesta así como la producción en el rumen de ácidos grasos trans, se recomienda que el nivel de inclusión de la grasa en la dieta no sea alto y que el grado de protección de la misma frente al rumen, resulte máximo.

El equipo científico dirigido por Julio Boza (EEZ-Granada, España) han conseguido elaborar una grasa protegida frente al metabolismo ruminal, a base de aceite de pescado, incluida en la dieta en forma de sales cálcicas de los distintos ácidos grasos, con objeto de que la leche obtenida tuviera una composición grasa más saludable. En este sentido, se ha analizado la ingesta, utilización digestiva individual y metabólica de estas dietas para los distintos ácidos grasos, considerándose su efecto sobre la composición de la grasa láctea y de los quesos elaborados con esa leche, en distintos estudios realizados conjuntamente con el equipo humano de la Planta Piloto de Lácteos (IFAPA Hinojosa del Duque).

El proceso de protección y estabilización de la grasa, daba en un principio lugar, a un producto cuya composición reflejaba la del aceite original pero con unas claras diferencias respecto del contenido en los ácidos grasos más significativos (C20:5 y C22:6). En consecuencia, por medio de la inclusión de esta grasa en la dieta, se obtenía una leche cuya grasa presentaba niveles más altos de poliinsaturados, especialmente C18:2 y C18:3, junto a concentraciones más bajas de saturados. Al mismo tiempo, las cantidades de triglicéridos de cadena media (C6-C14), aparecían sin cambios significativos. 

Después de los primeros ensayos y una vez mejorado el proceso de protección y estabilización del aceite de pescado, se lograba una grasa protegida cuyo perfil en ácidos grasos resultaba similar a la del aceite original. El empleo de este producto en la dieta de la cabra daba lugar a una leche con un mayor contenido en ácidos grasos poliinsaturados n-3, especialmente C20:5 y C22:6, obteniéndose como en los casos anteriores, niveles más bajos de ácidos grasos saturados. Asimismo, se registraron resultados indicativos del buen grado de protección conseguido, de acuerdo especialmente, con la utilización de las dietas, tanto a nivel digestivo como metabólico. 

Posteriores resultados pusieron de manifiesto que la transferencia desde la dieta a la leche obtenida, para los ácidos C22:6, C20:5 y C22:5, resultaba ser de un 3.0, 18.4 y 38.5%, respectivamente. Junto a esto, los niveles en la grasa de la leche de CLA y ácidos grasos trans C18:1, resultaban ser para el caso del consumo de la dieta suplementada o no suplementada con la grasa, iguales a 1,68 y 6,72% o, 0,36 y 0,76% respectivamente. 

Respecto del efecto del momento de la lactación, se deducía que cuando esto coincidía con el final de la lactación en vez de con el centro de la misma, los niveles en la grasa láctea tanto de poliinsaturados totales como de C20:5 y C22:6, aumentaban considerablemente. En un trabajo se analizaba la persistencia de los efectos conseguidos una vez suspendida la suplementación al animal, detectándose un mantenimiento tanto en la mayor producción de leche como en el rendimiento de grasa y proteína, después de la suspensión de la dieta modificada. Por el contrario, el cambio en la composición de la grasa de la leche, desparecía una vez suspendida la suplementación.




Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

viernes, 19 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 17-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

En un trabajo de investigación se ha estudiado el empleo de semillas de lino y girasol y sus aceites en la suplementación de la dieta alimentaria de la cabra. Los resultados preliminares indican mayores niveles de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) en la grasa de la leche, esencialmente ácidos grasos trans y ácido ruménico, cuando en la ración se empleaba el aceite directamente. Al parecer la alteración del metabolismo ruminal del animal, determinaría una biohidrogenación menos eficiente, con los consiguientes cambios en la utilización de la dieta por parte de la cabra, que afectarían también a la cantidad y composición de la leche obtenida.

Por otra parte, al comparar igualmente, lo que sucede al emplear semilla de lino, de girasol, altramuz o de soja, se deducía que bajo consumo de la dieta con altramuz, la transferencia a leche de los ácidos grasos poliinsaturados, resultaba menos eficiente, lo que podría deberse a la existencia de algún compuesto presente en el altramuz que provocaría una biohidrogenación más alta. Igualmente y como consecuencia de la biohidrogenación de los ácidos grasos poliinsaturados, y de la consiguiente formación de ácidos grasos saturados, aumentaba la actividad de la D-9 desaturasa mamaria, incrementándose la razón oleico/esteárico en la leche producida. 

De la comparación del comportamiento de estas cuatro semillas, se registraban en la leche mayores concentraciones tanto del ácido vaccénico como ruménico cuando se empleaba semillas de girasol, debido seguramente al modo de la biohidrogenación de los ácidos grasos poliinsaturados correspondientes. En el caso de la semilla de lino y soja, esto ocurriría lentamente, consiguiéndose en consecuencia, una biohidrogenación más completa, originándose los ácidos grasos totalmente saturados, no formándose por tanto, ni los trans C18:1 ni CLA.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

jueves, 18 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 16-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Cuando se suplementa la dieta alimentaria de la cabra mediante la adición de grasa de composición poliinsaturada, se obtiene una leche cuya grasa contiene en mayor o menor cantidad estos ácidos presentes en la ración suministrada al animal, dependiente de la naturaleza y del grado de protección de la grasa incorporada.

Asimismo, se señala un incremento en los niveles de C18:0 y C18:1, a expensas de los ácidos grasos de cadena corta y media, que en opinión de algunos autores se debería a la hidrogenación de los poliinsaturados con 18 átomos de carbono hasta C18:0 y trans C18:1, que tienen un efecto inhibitorio de la síntesis de novo. Los autores destacan cómo la caída en la cantidad de C12:0–C16:0 da lugar a una disminución del índice de aterogenicidad. 

Otro aspecto deducido es cómo la cantidad de CLA (especialmente el llamado ácido ruménico, el cis-9, trans-11 C18:2) o de ácido vaccénicico (principal ácido trans C18:1) depende de la fuente lipídica en cuestión, de su naturaleza y del grado de protección alcanzado.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 17 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 15-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Cuando se suplementa la dieta alimentaria de la cabra mediante la adición de grasa, dicha modificación no sólo tiene un efecto sobre el contenido graso de la leche sino también sobre el perfil de los ácidos grasos de la misma. En este sentido, diversos estudios han puesto de manifiesto cómo la composición de la grasa protegida añadida en la ración influye sobre la composición de la leche e incluso, del queso de cabra, a pesar de los procesos de hidrogenación e isomerización de los ácidos grasos de la dieta en el rumen del animal. 

Respecto de la posibilidad de hacer cambiar el perfil en ácidos grasos de la grasa de la leche de cabra, resultan numerosos los estudios llevados a cabo, habiéndose realizado distintas revisiones sobre el tema. La mayoría de estos estudios se refieren al efecto causado por medio del empleo de diferentes tipos de grasa, analizándose igualmente, la interacción establecida normalmente entre la naturaleza del forraje y el tipo de grasa de la dieta. Sobre el efecto causado por medio de la suplementación de la dieta de la cabra con diferentes tipos de grasa, varios autores han analizado la información disponible actualmente, discutiendo los principales resultados obtenidos en razón del tipo de grasa y composición de la misma. En general, en esos estudios se han empleado ácido palmítico o esteárico, sales cálcicas de aceite de palma, aceites vegetales y semillas oleaginosas, protegidas o no frente al metabolismo ruminal del animal, así como aceite de pescado.

Analizando los resultados de estos estudios se deducen varias cuestiones, que se resumen a continuación. Cuando la fuente de suplementación de la dieta es una grasa saturada protegida o no, la grasa de la leche aparece enriquecida en los ácidos grasos saturados correspondientes, incrementándose también los monoinsaturados de igual número de átomos de carbono, disminuyendo a la vez, los niveles de C10-C14 o C10-C16. Las razones de estos cambios se explican porque la acción de la D-9 desaturasa da lugar a un incremento de los niveles de los ácidos grasos monoinsaturados correspondientes, junto al incremento de los ácidos grasos contenidos en la grasa empleada. En este sentido, estos resultados son semejantes en la vaca, destacando el importante papel que la D-9 desaturasa mamaria desempeña en la regulación de la razón monoinsaturados/saturados de la leche, especialmente, en relación con los ácidos grasos de 18 átomos de carbono.



Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

lunes, 15 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 13-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Las diferentes respuestas de las distintas especies de rumiantes cuando se suplementa su dieta alimentaria con adición de grasa, tanto sobre la cantidad de leche producida como el contenido en grasa y proteína, y el momento de la lactación, entre otros, pueden ser ocasionadas por las interacciones entre la actividad digestiva y metabólica del animal, y la naturaleza de las dietas empleadas (tipo de grasa, nivel de inclusión, grado de protección, etc.).

Por otra parte, diversos estudios han puesto de manifiesto que la tasa de paso de la digesta resulta más alta en la cabra que en la vaca, hecho que haría disminuir los efectos que los ácidos grasos contenidos en la grasa, ejercerían a nivel del rumen del animal, de los que podrían depender la síntesis de grasa en la glándula mamaria. Esta mayor tasa de paso de la digesta podría determinar que el estatus energético de la cabra resulte ser, muchas veces, el principal factor determinante de la composición de su grasa, mucho más que las características físico-químicas de su ración.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

viernes, 12 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 12-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

En relación con la suplementación con grasa de la dieta alimentaria suministrada a las cabras y su efecto sobre el contenido graso de la leche de cabra producida, se han realizado diversos estudios ante la escasez de información suficientemente contrastada. 

En la cabra, el contenido en grasa de la leche baja cuando la dieta se empobrece en lípidos; así mismo, presenta un interés particular el hecho de que en esta especie, la suplementación de la dieta con grasa no suele determinar una caída en el contenido en proteína de la leche. Por ello, es posible reducir el riesgo de inversión de ambos porcentajes en la leche de cabra, sobre todo en los casos de empleo de dietas con bajo contenido tanto en fibra como en grasa. Antes del empleo de grasas protegidas, principalmente, en forma de jabones cálcicos, se habían estudiado los efectos del empleo de distintos tipos de grasa: aceites vegetales, grasas animales, semillas de oleaginosas, etc., obteniéndose generalmente, junto a una mayor producción de leche, una más alta concentración de grasa e incluso de proteína.

El interés del empleo en la alimentación de la cabra lechera, de diferentes tipos y niveles de grasa, viene motivado por la necesidad de paliar ciertas limitaciones en cuanto a la disponibilidad de alimento o naturaleza del mismo, debidas en muchas ocasiones al sistema de producción, sobre todo en determinadas zonas áridas y semiáridas de la cuenca mediterránea. La sustitución de parte del concentrado aportado al animal como suplemento en el pesebre, por una grasa en forma de jabones cálcicos, es la vía de intervención más adecuada para lograr los objetivos comentados anteriormente, obteniéndose un mayor contenido de grasa en la leche, incremento que depende del nivel de grasa existente en la dieta, capacidad productora del animal y estado de la lactación.

En relación con el efecto del período de lactación cuando la dieta de la cabra lechera es suplementada con una grasa, se ha constatado que al comienzo se obtiene una mayor producción de leche, con un contenido en grasa más alto resultando, en cambio, variable el efecto conseguido sobre el contenido en proteína. Hacia la mitad o el final de la lactación, normalmente no suele afectarse la producción de leche, observándose siempre un incremento sensible en su contenido en grasa, resultando igualmente variable, el efecto sobre el contenido en proteína. Este aspecto no parece depender del tipo de grasa empleado, no obteniéndose incluso, a diferencia de lo que sucede en la vaca, una caída en el contenido en grasa de la leche, cuando la dieta se suplementa con aceites vegetales, altos en ácidos grasos poliinsaturados (PUFA)

Estudios realizados en vacas en relación con las causas que a nivel metabólico determinan en esta especie que se obtenga al comienzo de la lactación un incremento del contenido en grasa de su leche mayor, al suplementar su dieta con grasa, que el conseguido a la mitad o al final de la misma, mientras que en la cabra ocurre lo contrario. Sin embargo, algunos autores informan de la existencia de una mayor transferencia de los lípidos de la dieta a la leche al inicio de la lactación siempre que se trate de una dieta rica en forraje. Por el contrario, un aporte elevado de concentrado favorecería más la actividad anabólica del tejido adiposo, en detrimento del contenido en grasa de la leche.

Algunos autores han realizado estudios sobre la respuesta de la cabra lechera a la suplementación de su dieta alimentaria con aceite de pescado, que parece ser diferente a la conseguida por otras grasas. Cuando este aceite se administra sin proteger, se produce una caída en la ingesta de materia seca junto a una menor producción de leche, presentando ésta un mayor contenido en grasa, resultados contrarios a lo que sucede en la vaca, en la que se deriva primeramente, una caída en la ingesta, obteniéndose a pesar de esto, una mayor producción de leche aunque con un contenido de grasa más bajo. Sin embargo, cuando el aceite de pescado se introduce parcialmente protegido, no cambia ni la ingesta, ni la producción de leche ni su contenido en grasa; otros autores, por el contrario, obtienen resultados contrarios, al infundir en el duodeno de la cabra 4 g/d de EPA (C20:5) + DHA (C22:6), que son los principales PUFAs contenidos en el aceite de pescado, registrándose una caída en el contenido graso de la leche, coincidente con lo que sucede en la vaca.

En este trabajo, al suplementar a la cabra lechera, en la mitad de su lactación, con niveles diferentes de aceite de pescado en forma de sales cálcicas de sus ácidos grasos, se obtiene una igual ingesta de materia seca junto a una similar producción de leche así como contenido en grasa de la misma. Por el contrario, al administrar este mismo suplemento al final de la lactación, se obtiene una mayor producción de leche, junto a un mayor contenido en grasa y proteína, prolongándose igualmente, la duración de la lactación.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

jueves, 11 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: EPRINOMECTINA EN CAPRINO CANARIO (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la duración de la actividad de la eprinomectina (Eprinex®) frente a nematodos gastrointestinales en ganado caprino de raza Canaria, mediante la realización de ensayos con Haemonchus contortus.

La Eprinomectina (Eprinex®) pertenece al grupo de las avermectinas, caracterizándose por su elevada actividad endectocida frente a distintas especies parásitas de rumiantes. Esta actividad, así como sus propiedades farmacológicas en cuanto a su eliminación en los animales tratados, han permitido la utilización de este producto para el control de numerosas enfermedades parasitarias en rumiantes en lactación, dada la presencia de residuos en leche por debajo de nivel máximo aceptable de 30 ng/mL. Sin embargo la mayor parte de la información de la que se dispone se refiere a ganado bovino y ovino, mientras que en el ganado caprino, algunas de sus propiedades no son del todo conocidas.

Uno de estos aspectos a investigar podría ser la duración de su actividad antihelmíntica, parámetro cuya información es necesaria a la hora de llevar a cabo protocolos de control de las nematodosis mediante el uso estratégico de estos productos. Con estos antecedentes, el objetivo de este trabajo fue determinar la duración de la actividad de la eprinomectina en su formulación pour on frente a los nematodos gastrointestinales, utilizando como modelo el gusano gástrico Haemonchus contortus, uno de los nematodos más frecuente en caprinos de regiones templadas y subtropicales. Teniendo en cuenta algunos datos previos, que revelan la posibilidad de que la dosis estándar parar el ganado bovino de 0,5 mg/Kpv pudiera ser subóptima en ganado caprino, se utilizó una dosis de 1,0 mg/Kpv.

En este estudio se emplearon diez cabritos de raza Canaria. Los animales se mantuvieron en condiciones libres de helmintos hasta el inicio del estudio (5 meses), momento en el que fueron distribuidos en dos grupos de 5 animales cada uno (Grupo A o Tratado con Eprinex®, y Grupo B o Testigo, sin tratamiento). En el día 0 del experimento, los animales del Grupo A fueron tratados con 1 mg/Kpv de epinomectina (Eprinex®) por vía tópica a lo largo de la línea media de la espalda, mientras que los animales del Grupo B no recibieron ningún tratamiento. Después de la aplicación del producto, ambos grupos fueron inoculados por vía intrarruminal con 300 larvas infectantes de H. contortus cada día durante 40 días consecutivos, con lo que cada animal recibió una dosis infectante de 12.000 L3 a lo largo del estudio. La cepa de H. contortus utilizada fue aislada de una cabra infectada de forma natural, y mantenida mediante pases sucesivos en cabras donantes. Las larvas infectantes fueron obtenidos mediante cultivo fecal y purificación en papel de filtro. A partir del día 14 del experimento y hasta el día 50 se recogieron muestras fecales de todos los animales para realizar recuentos de huevos mediante el método de McMaster modificado, con una sensibilidad de 50 huevos por gramo de heces (hpg). En el día 50, los animales fueron sacrificados, extrayéndose el abomaso para la determinación del número de vermes maduros e inmaduros mediante procedimientos estándar (MAFF, 1989).

Los resultados obtenidos indican que no se produjeron reacciones adversas (generales o locales) en ninguno de los animales tratados. Los recuentos medios de huevos en heces obtenidos en ambos lotes de animales de experimentación muestran que el periodo prepatente obtenido en el lote testigo varió entre los días 22 y 25 p.i., tomándose el día 22 p.i. para la determinación de la duración de la actividad de eprinomectina. Después de la primera detección de huevos, en el lote testigo se apreciaron recuentos de huevos más elevados de forma progresiva hasta el día 44 p.i. (4480 h.p.g.). Por su parte, en el lote de animales tratados empezaron a observarse huevos en heces en los días 32 p.i. (un animal), 33 p.i. (dos animales) y 39 p.i. (dos animales). En este grupo, los recuentos fecales, expresados como valores medios (± error estándar), fueron más bajos que en el lote testigo, salvo en el día 37 p.i. En los análisis realizados post-mortem, el número de vermes recogidos del contenido gástrico fueron similares en ambos grupos de animales. Así, el número de vermes en el lote tratado fue de 1540 ± 972 vermes/animal, y en el lote testigo este parámetro fue de 1468 ± 468 vermes/animal. De forma similar, no se apreciaron diferencias significativas en cuanto al número de larvas en la mucosa gástrica. Este número fue de 2,8 ± 2,1 larvas/gramo y 2.3 ± 1,5 larva/gramo en los grupos tratado y testigo respectivamente.

Si se comparan los resultados obtenidos en cuando a la duración de la actividad nematocida frente a H. contortus, que oscila entre 10 y 17 días después del tratamiento, se observa que son inferiores a los observados por otros autores en condiciones de campo, donde se llega a observar una eficacia del 97 % frente a distintos nematodos gástricos después de 2 meses del tratamiento. Los resultados son más parecidos a los observados en cabras infectadas experimentalmente con T. circumcincta y T. colubriformis y tratadas con la misma dosis utilizada en el presente estudio. Estos autores observaron que la eprinomectina confería una protección superior a 1 semana frente a ambos nematodos, reduciéndose su actividad al 17,8 % a las 3 semanas del tratamiento. En cualquier caso, se trata de periodos de actividad inferiores a los observados en otras especies rumiantes como bovinos y ovinos, donde la eprinomectina muestra una elevada actividad en su formulación tópica a una dosis de 0,5 mg/kpv. Estas diferencias interespecíficas se han explicado por el patrón metabólico que presenta el producto en ganado caprino, que hace que su viabilidad sistémica sea mucho más baja que en ganado bovino, lo que justificaría que su vida media y la duración de su eficacia sea menor. Esas diferencias en la duración de la actividad de la eprinomectina entre la cabra y otras especies rumiantes, también se ha observado con otras avermectinas como la doramectina.

Como conclusión general se sugiere la necesidad de ajustar la dosificación adecuada en este grupo de antihelmínticos en ganado caprino, a fin de minimizar el posible desarrollo de resistencias a las avermectinas, a la vez que conocer la relación entre la dosis utilizadas y la persistencia de la actividad inducida en cada caso frente a distintas especies parásitas, para establecer adecuados programas de control. Los resultados coprológicos realizados sobre ambos grupos experimentales mostraron que la aplicación de Eprinex® pour-on a la dosis de 1,0 mg/kg previene la infección por H. contortus durante un periodo comprendido entre 10 y 17 días tras el tratamiento.


Autoría: J.M. Molina y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 10 de junio de 2015

EVENTOS: CONCURSO DE QUESOS CONVOCATORIA 2015 (ESPAÑA)

Mediante la Orden AAA/1055/2015, de 28 de mayo, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España, se convoca el Premio «Alimentos de España al Mejor Queso: año 2015».

La Ley 38/2003 de 17 de noviembre, General de Subvenciones, establece en su artículo 23, que el procedimiento para la concesión de subvenciones se iniciará siempre de oficio, mediante convocatoria aprobada por el órgano competente. La Orden ARM/1915/2008, de 25 de junio, publicada en el Boletín Oficial del Estado número 159, de 2 de julio, modificada por la Orden ARM/2500/2011, de 13 de septiembre y por la Orden AAA/348/2013, de 21 de febrero, establece las bases reguladoras de los Premios Alimentos de España.

Mediante la presente orden, se convoca el Premio Alimentos de España al Mejor Queso, año 2015, con la finalidad de promocionar y dar a conocer los quesos de mayor calidad y propiedades organolépticas, de conformidad con lo previsto en el Capítulo I y Capítulo IV de la Orden ARM/1915/2008, de 25 de junio, y de acuerdo con las denominaciones de queso recogidas en el anexo I de las normas de calidad para quesos y quesos fundidos, Real Decreto 1113/2006, de 29 de septiembre. En su virtud, se acuerda lo siguiente:

Primero. Objeto y ámbito de aplicación.
La presente orden tiene por objeto convocar, en régimen de concurrencia competitiva, el Premio «Alimentos de España al Mejor Queso, año 2015» teniendo en cuenta las denominaciones de queso previstas en el anexo I del Real Decreto 1113/2006, de 29 de septiembre, por el que se aprueban las normas de calidad para quesos y quesos fundidos elaborados en España. Podrán participar en el concurso las empresas españolas elaboradoras de queso de alguna de las modalidades fijadas en la presente convocatoria.

Segundo. Quesos admitidos a concurso.
1. Sólo se admitirán a concurso los quesos que cumplan la legislación vigente.
2. Atendiendo al tiempo de maduración y según la especie animal de la que procede la leche, se establecen las siguientes modalidades de queso a efectos de su participación en el concurso:
a) Queso madurado de vaca.
b) Queso madurado de oveja.
c) Queso madurado de cabra.
d) Queso madurado de mezcla.
e) Queso madurado con mohos o queso azul.
3. Los quesos presentados al concurso serán de elaboración propia del concursante, debiendo justificar la elaboración anual de un número mínimo de 2.000 piezas o 3.000 kilos. En los quesos de producción ecológica se deberá justificar la elaboración anual de un mínimo de 1.000 piezas o 1.500 kilos.
4. Los elaboradores podrán concursar a una o varias modalidades de queso. Solamente podrán participar con una muestra por modalidad.

Tercero. Solicitud, forma y plazo de presentación.
1. Cada concursante deberá cumplimentar la correspondiente solicitud y las declaraciones juradas, con la totalidad de los datos que en ellas se requieren, según modelos que se adjuntan como anexos I, II y III. Además, se acompañará una fotocopia del Registro Sanitario de Alimentos.
2. Los quesos de producción ecológica se acompañarán del certificado en vigor y válido que acredite que el operador que los elabora cumple con la normativa sobre producción ecológica.
3. La solicitud y la documentación señalada en los apartados 1 y 2, se dirigirán a la Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y se presentaran en el Registro General del Departamento, o en alguno de los lugares previstos en el artículo 38.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, haciendo constar en el exterior del envío y con caracteres legibles y destacados la siguiente leyenda: Premio «Alimentos de España al Mejor Queso, año 2015».
4. Los elaboradores que participen en varias modalidades de queso presentarán una única solicitud, completando los datos recogidos en el anexo I.
5. El plazo de presentación de solicitudes será desde el día siguiente al de la publicación de esta resolución hasta el 30 de junio de 2015, incluido éste.

Cuarto. Entrega de las muestras de queso.
1. Para cada modalidad de queso se remitirá una muestra de al menos 3 kilogramos de queso en piezas enteras, aportando siempre un mínimo de 2 piezas.
2. Las muestras estarán desprovistas de su etiquetado o marca comercial, de forma que pueda asegurarse su anonimato.
3. Cada muestra, con las piezas correspondientes, se embalará en un único paquete identificado con el nombre de la quesería y la modalidad de queso a la que se presenta. Además, dentro del paquete se introducirá en un sobre cerrado una fotocopia de la solicitud debidamente cumplimentada y la etiqueta comercial que identifica al queso objeto de concurso. El exterior de este sobre irá identificado con la modalidad de queso a la que se concursa.
4. Las muestras de quesos se remitirán, a portes pagados, al Laboratorio Agroalimentario de Santander, c/ Concejo, s/n, 39011. Santander.
5. Las fechas de entrega de las muestras serán del 21 al 25 de septiembre, en horario de 9.30 h a 13.30 h.
6. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente no se responsabiliza del deterioro que puedan sufrir los quesos presentados al concurso durante el transporte.

Quinto. Selección.
La selección de los quesos y queserías galardonadas se realizará según lo establecido en las normas reguladoras. Su valoración sensorial se llevará a cabo de acuerdo con las fichas de cata que figuran en el Anexo IV. El Laboratorio Agroalimentario de Santander, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, será el encargado de realizar los análisis físico-químicos y microbiológicos y emitirá un informe con el resultado de las pruebas.

Sexto. Órganos competentes para la instrucción y resolución del procedimiento.
Los órganos competentes para la instrucción y resolución del procedimiento serán los previstos en el artículo 20 de las bases reguladoras.

Séptimo. Plazo máximo para resolver y notificar la resolución.
1. La resolución se dictará en el plazo de seis meses desde la publicación de esta convocatoria, según lo previsto en la Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones.
2. La resolución, que pone fin a la vía administrativa, se notificará a los interesados con indicación del recurso procedente, plazo y órgano ante el que pueda interponerse. Igualmente se insertará en el tablón de anuncios del Departamento y se publicará en el «Boletín Oficial del Estado».

Octavo. Efectos.
La presente orden producirá efectos a partir del día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Firmada en Madrid, a 28 de mayo de 2015, por la Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina.

Más información: Boletín Oficial del Estado (BOE) nº 134, de 5/06/2015 (apartado III Otras disposiciones, Sec. III, ref. 6268, páginas 48253-48260).


Fuente: Circular informativa (2015). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). María Jesús Jiménez Horwitz (presidenta). Sede AQAA: Jayena (Granada, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)

martes, 9 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 10-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

A continuación, se exponen algunas consideraciones generales sobre la suplementación de la dieta alimentaria suministrada a los pequeños rumiantes y su efecto sobre el contenido en grasa de la leche producida.

La estrategia alimenticia con la que se consigue hacer cambiar de manera más sensible tanto la cantidad como la composición de la grasa de la leche de oveja y cabra, es la del empleo de diferentes tipos y niveles de grasa en la dieta. Por otra parte, diversos estudios ponen de manifiesto una mayor secreción de ácidos grasos en la leche de vaca cuando se suministra a los animales una grasa protegida en su dieta alimentaria, hecho que refleja la capacidad de la vaca en lactación para transportar y utilizar en la formación de grasa láctea, cantidades de grasa mucho mayores que las que normalmente se suministran en la dieta.

Desde hace años, diversos autores vienen recomendando la utilización de estas mismas estrategias alimenticias en los pequeños rumiantes, que puede ser de gran interés en zonas desfavorecidas, áridas y semiáridas, donde las explotaciones ganaderas se encuentran muy condicionadas por la alternancia de épocas de escasez de alimento en el campo con otras en las que la producción de forrajes resulta más adecuada, pudiendo entonces los animales acumular reservas corporales que serán movilizadas en los períodos de carencia. En estos casos, cuando la disponibilidad alimenticia es más escasa y debido a que, generalmente, el animal es suplementado en pesebre con un concentrado con objeto de mantener su producción, la razón forraje/concentrado puede llegar a alcanzar valores relativamente bajos, lo que originaría como ya hemos comentado, una caída sensible en el contenido en grasa de la leche, que resulta ser un factor determinante a la hora de fijar los precios de la leche en función de su influencia directa en la calidad de los quesos y en el rendimiento quesero.

En estas circunstancias la sustitución de parte de los cereales del concentrado por lípidos, resulta ser una estrategia alimentaria digna de tener en cuenta, al aumentar la densidad energética de la ración, lo que permite reducir el aporte de concentrado, lográndose en consecuencia, una relación forraje/concentrado más adecuada. Al mismo tiempo que se logra evitar la producción de una leche de bajo contenido en grasa, se podría obtener incluso una mayor cantidad de grasa láctea.

No obstante, como efecto negativo, hay que señalar que la suplementación de la dieta del rumiante con grasa, puede dar lugar a la caída en la ingesta junto a la producción de una leche con un menor contenido en proteína. Esta caída de la ingesta de alimento, por parte del animal, podría ser debida a la mayor densidad energética de la dieta suministrada o a la alteración que la función ruminal puede experimentar, dependiendo de la cantidad de grasa y del grado de protección de la misma.

En cuanto a la caída en el contenido en proteína de la leche, se constata que este hecho presenta una menor intensidad en el pequeño rumiante, sobre todo en la cabra. En efecto, en la oveja y durante la fase inicial de la lactación, se ha comprobado que la suplementación con grasa produce una leve caída en el contenido en proteína de la leche, o bien ningún cambio al respecto, e incluso algunos autores han registrado la existencia de un pequeño incremento en dicho contenido. Por el contrario, sí parece existir un efecto negativo y pronunciado, en etapas más avanzadas de la lactación. En la cabra se ha deducido no sólo que la adición de grasa a la dieta no determina una caída en el contenido en proteína de la leche, sino que éste contenido puede incluso incrementarse, siempre que se trate del empleo de grasas saturadas o bien protegidas, incluidas en la dieta del animal en niveles no elevados.



Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 3 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 9-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Resulta recomendable evitar que la ración alimentaria suministrada a las cabras sea deficitaria en fibra, con objeto de evitar la producción de leche de bajo contenido graso, independientemente del sistema practicado y de los efectos ejercidos al mismo tiempo por otros factores. Relacionado con este aspecto está el riesgo de la llamada inversión en el porcentaje composicional, es decir, una tasa de proteína más alta que el de grasa.

Diversos estudios confirman que las cabras mantenidas en pastizales mediterráneos pueden producir leche con un porcentaje de grasa más bajo que el de la proteína, debido a la baja disponibilidad de la vegetación existente en dichas zonas, sobre todo en verano, lo que además va unido a que una ingesta de carbohidratos rápidamente degradables puede aumentar en algunas épocas del año, por ejemplo en primavera. Otros autores han estudiado la respuesta de la cabra al consumo de alimentos concentrados, y su posible influencia en la producción y composición de su leche, derivando una ecuación por la que se estima el contenido en grasa de la misma según el aporte de concentrado; en dicha ecuación se deduce que cada kilogramo de concentrado de aumento en la ingesta provoca una caída en el contenido en grasa de la leche de 2,8 g/kg. Asimismo, se ha constatado que en las cabras la tasa de paso de la digesta es mayor que en otros rumiantes, lo que estaría relacionado con la superior sensibilidad de este animal frente al síndrome de producción de leche de bajo contenido en grasa.

Por otra parte, en los pequeños rumiantes, se ha encontrado una relación entre el turnover ruminal y el peso del animal elevado al exponente 0,25; el contenido ruminal se reemplaza por uno nuevo con mayor frecuencia que lo hace en los animales de más peso, lo que conlleva a que lleguen a disponer de menos tiempo para retener y digerir en el rumen los constituyentes dietéticos de digestión más lenta. En consecuencia, estos animales satisfacen una cuantía menor de sus requerimientos energéticos a partir de los ácidos grasos volátiles, siendo más parecidos a los no rumiantes, ya que cantidades más altas de su ingesta escapan del rumen sin ser alteradas, siendo directamente digeridas bien en el estómago o en el intestino delgado. Por ello, se pone de manifiesto que el estatus energético del animal adquiere un protagonismo especial en cuanto a la cantidad y composición de la leche producida.



Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

martes, 2 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 8-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Existen diversos estudios de los niveles de ingesta energética en la dieta alimentaria de las cabras y su efecto sobre el contenido en grasa de la leche obtenida, que ponen de manifiesto una interacción entre dicha ingestión y la naturaleza físico-química de la ración suministrada, con la implicación de la capacidad productora del animal.

Desde hace tiempo se conoce cómo algunas dietas suministradas a las vacas producen en este animal el llamado síndrome de leche de bajo contenido en grasa, lo que llevó a pensar a algunos investigadores que las cabras tendrían un comportamiento similar. Sin embargo, los distintos resultados obtenidos en cabras alimentadas con dietas de diferentes proporciones forraje/concentrado, manteniéndose la ingesta energética, revelan cambios pequeños o insignificantes en el contenido en grasa de la leche, lo que indica que este animal parece ser menos sensible que la vaca a la deficiencia en fibra de su ración. En este sentido, otros autores manifiestan que siempre que la razón forraje/concentrado de la ración se sitúe por encima del valor 20/80, el estatus energético de la cabra es más importante que la proporción relativa de los dos constituyentes de la dieta. 

Por otra parte, estudios realizados en cabras empleando concentrados, cuyos hidratos de carbono son de distinta naturaleza, concluyen en que ésta no llega a tener efecto sobre la concentración en grasa y proteína de la leche producida, quedando estas cantidades determinadas por el balance energético del animal. Igualmente, en cabras en lactación, se ha registrado la misma producción de leche cuando se empleaba una dieta en la que la fracción forraje se administraba indistintamente en forma de un heno de alfalfa de fibra larga, o en forma granulada, con una concentración de grasa no diferente, como consecuencia de la prácticamente igual ingesta energética alcanzada. Estos resultados ponen de manifiesto que las raciones suministradas a las cabras sólo tienen un efecto indirecto sobre la composición de la leche producida, en relación con la propia ingesta energética, siempre que no se alteren desmesuradamente las características de composición físico-química de la ración.

En cabras en pastoreo, la administración de un concentrado tiene pocos efectos sobre la composición de la leche producida, siempre que la ingesta de concentrado no resulte mayor del 50% de la ingesta de materia seca. En este caso, el porcentaje de grasa y proteína de la leche puede incluso aumentar, siempre que se haya ya alcanzado el límite en la capacidad productora del animal. Son varios los autores que opinan que el efecto de la naturaleza físico-química de la ración resulta mayor en los animales de más alta capacidad productora que en los de capacidad media. Esto mismo es lo que parece advertirse respecto del efecto ejercido normalmente por el nivel de ingesta energética. 

Aunque la mayor ingesta energética da lugar, normalmente, a una mayor producción de leche, con un menor contenido en grasa; sin embargo, algunos autores indican cómo en animales de más baja capacidad de producción, un aumento en la ingesta energética puede dar lugar, algunas veces, a una mayor producción de leche y, en otras, a leche con porcentajes de grasa y proteína más altos, asumiéndose que la capacidad productiva del animal ha sido alcanzada cuando una mayor ingesta energética determina la producción de leche con un porcentaje de grasa más alto, y que dicha capacidad no ha sido alcanzada cuando la mayor ingesta energética lo que consigue es una producción de leche más alta.




Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)