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miércoles, 13 de mayo de 2015

INVESTIGACIÓN: EFECTOS ACEITE VEGETAL EN ALIMENTACIÓN OVEJA CHURRA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha ensayado la incorporación de aceites vegetales en la ración alimentaria de ovejas de raza Churra durante el inicio de la lactación, estudiándose su posible efecto sobre la composición de la leche y el crecimiento de los corderos 'lechazos' (España).

La utilización de grasas en las raciones de rumiantes permite modificar el perfil lipídico de los productos obtenidos (carne y leche) y ofrece la posibilidad de aumentar el nivel de algunos ácidos grasos poliinsaturados (CLA, y ácidos grasos de la serie n-3) con efectos beneficiosos para la salud humana. Estudios realizados en ovejas lecheras durante la fase intermedia de la lactación, han señalado que una de las formas más eficientes de aumentar los niveles de CLA y reducir la relación de los ácidos grasos n6/n3 de la leche es la utilización de aceites vegetales en la ración alimentaria suministrada a los animales. Los trabajos publicados sobre la incorporación de aceites vegetales en ovejas lecheras durante el inicio de la lactación son limitados y, sin embargo, presentan un gran interés en razas de aptitud mixta, como la raza Churra, por su posible influencia en la calidad de la leche y de la carne de lechazo. Por lo que el objeto de este trabajo fue comparar el efecto de la incorporación de aceites vegetales con distinto grado de saturación, sobre la producción y composición de la leche de las ovejas durante el inicio de lactación y sobre el crecimiento de los corderos durante la fase de lactancia.

Este estudio se ha realizado en 48 ovejas adultas de raza Churra, con un peso vivo medio de 64,3 ± 0,92 kg y una condición corporal de 2,5. Dos días después del parto las ovejas se asignaron, de forma equilibrada según la producción de leche en la lactación anterior, la prolificidad y el peso, a cuatro tratamientos experimentales de acuerdo con el aceite que recibieron en la ración: aceite de palma hidrogenado (Control), aceite de oliva, aceite de soja o aceite de linaza. Las ovejas se alimentaron con una ración total mezclada (16% PB, 5,4% GB, 31% FND) compuesta por: alfalfa (40%), maíz (15%), cebada (17%), soja 44 (12%), pulpa de remolacha (9%), melaza (4%), el aceite correspondiente (3%) y corrector (1%). Cada oveja recibió 2,1 kg de MS/día de la ración mezclada correspondiente y un 10% de paja de cereales. La ración diaria se suministró repartida en dos veces. Los corderos, que permanecieron con sus madres desde el parto hasta que alcanzaron el peso al sacrificio, se pesaron dos veces por semana y se estimó la ganancia de peso diaria mediante regresión lineal del peso vivo frente al tiempo. Las ovejas se ordeñaron una vez al día durante todo el periodo de lactancia de los corderos. La producción de leche se controló semanalmente y se tomaron muestras de leche para su posterior análisis en laboratorio. El contenido en proteína y grasa de la leche se determino mediante un equipo MILKOSCAN. El perfil de ácidos grasos se determinó a partir de las muestras correspondientes a la segunda y cuarta semana de lactación. Para ello se utilizó un cromatógrafo de gases Hewlett Packard 6890 Series GC System, provisto de una columna HP-88, 100 m de longitud, 0,25 mm de diámetro interno y 0,2 um de espesor de película. Los resultados obtenidos se analizaron utilizando el procedimiento GLM del paquete estadístico SAS System.

Los resultados obtenidos indican que el tipo de aceite incorporado a la ración no mostraba diferencias estadísticamente significativas (P>0,05) en la producción y composición (grasa y proteína) de la leche (superíndices distintos indican diferencias significativas: P<0,05), si bien algunos autores han señalado reducciones en el nivel de grasa de la leche cuando se incorporan grasas insaturadas debido a alteraciones en la fermentación ruminal y a la producción de compuestos que inhiben la producción de grasa. Por otra parte, esta falta de diferencias entre tratamientos experimentales tanto en la producción de leche como en el contenido en grasa y proteína de la misma podría explicar la ausencia de un efecto sobre el crecimiento de los corderos. 

El perfil de ácidos grasos de la leche estuvo directamente relacionado con el tipo de aceite incorporado en la ración. Así, las ovejas que recibieron aceite de palma hidrogenado produjeron leche con mayor contenido (P<0,001) en C16:0 y ácidos grasos saturados (SFA). Por otra parte, el aceite de oliva dio lugar a mayor contenido (P<0,001) en C18:1 cis-9 y ácidos grasos monoinsaturados (MUFA). El mayor contenido (P<0,001) en C18:2 cis-9, cis-12, C18:2 cis-9, trans-11 (RA), C18:1 trans-11 (VA), ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) y relación PUFA/SFA en la leche se observó en las ovejas que consumieron el aceite de soja, mientras que la leche de aquellas que recibieron aceite de linaza presentó el mayor porcentaje (P<0,001) de C18:3-n3 y la menor relación n6/n3 (P<0,001). 

Los niveles de VA y PUFA observados en las ovejas que recibieron el aceite de linaza fueron superiores (P<0,001) a los obtenidos con palma y oliva, pero no fueron estadísticamente diferentes a los obtenidos con el aceite de soja. El ácido ruménico (RA), al que se han atribuido numerosos efectos beneficiosos para la salud humana, se sintetiza en el rumen como producto intermediario en la biohidrogenación del ácido linoleico. El VA se produce durante la biohidrogenación del ácido linoleico y también del linolénico. La mayor parte del RA presente en la leche proviene de la desaturación del VA en la glándula mamaria, lo que podría explicar la ausencia de diferencias en las proporciones de CLA y VA en la leche de ovejas alimentadas con aceite de soja y linaza.

Como conclusión general se puede resumir que las ovejas Churras alimentadas con aceites de soja y linaza durante el inicio de lactación producen leche con mayor contenido en ácidos grasos poliinsaturados y CLA respecto a cuando se incorpora aceite de palma hidrogenado o aceite de oliva. La mayor relación n6/n3 se produjo con el aceite de soja y la menor con el aceite de linaza. Asimismo, queda constatado que la utilización de aceites vegetales ofrece la posibilidad de modificar el perfil lipídico de la carne de lechazo sin afectar su crecimiento.


Autoría: R. Bodas y colaboradores (2009)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

martes, 17 de marzo de 2015

INVESTIGACIÓN: MASTITIS Y CRECIMIENTO DE CORDEROS RASA ARAGONESA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la influencia de la calidad sanitaria de la leche procedente de animales con mastitis o mamitis subclínica sobre el crecimiento de los corderos de la raza 'Rasa Aragonesa' (Zaragoza, España). 

En este estudio se determinó la relación entre la presencia de mamitis subclínica, detectada mediante el Test de California (CMT, por sus siglas en inglés) en ovejas Rasa Aragonesa y el crecimiento de sus corderos, teniendo en cuenta el tipo de parto y los datos de la prueba CMT en el ordeño de sus madres durante el destete. Se han utilizado 97 corderos distribuidos en cuatro grupos: CMT + simple (n=18), CMT – simple (n=15), CMT + doble (n=41) y CMT – doble (n=23), anotándose los pesos de los corderos al nacimiento y al destete; se ha calculado la ganancia media de peso (g/día), y los datos obtenidos fueron comparados estadísticamente entre grupos mediante ANOVA. 

Los resultados obtenidos muestran una ganancia de peso superior en los corderos de madres CMT - (simples: 208,7 vs. 189,7 –p>0,05-; dobles: 178,6 vs. 153,4 –p<0,05-, para CMT – y CMT +, respectivamente). La mamitis subclínica dio lugar a una reducción del crecimiento de los corderos entre el 9,11% (partos simples) y 14,1% (partos dobles). Asimismo, esta patología repercute negativamente en la producción láctea de las ovejas traduciéndose en el ganado de aptitud cárnica en una disminución del crecimiento de los corderos (del 9 al 14%), y en un aumento del número de días para alcanzar el peso de sacrificio, así como un mayor nivel de riesgo de posibles descalificaciones de la canal; también se incrementa el número de días de lactación de las madres lo cual representa un mayor gasto en alimentación. 


Como conclusión general se pone de manifiesto la necesidad de iniciar programas de control de las infecciones que ocasionan mamitis subclínicas en el ganado ovino de aptitud cárnica, igual que se ha hecho anteriormente en el ovino lechero. Aunque de la simple observación visual el estado de la ubre o los pezones de las ovejas pueden parecer normales, sin presentar alteraciones clínicas, sin embargo, los animales pueden estar infectados y padecer un cuadro de mamitis subclínica, que en muchos casos repercute más negativamente en la producción láctea que los casos clínicos. La menor producción de leche es más acusada en las madres que tienen partos dobles. 


Autoría: S.I. De Santa Pau y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)