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miércoles, 24 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 20-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Diversos trabajos de investigación en nutrición de pequeños rumiantes han puesto de manifiesto el efecto de la adición de grasa en la suplementación de la dieta alimentaria de los animales en relación con el contenido en grasa de la leche obtenida. Asimismo, se ha estudiado la posible interacción entre la ración de forraje y la suplementación lipídica de la ración suministrada al animal.

Algunos autores han hallado un contenido en ácido ruménico en la leche de cabra, más alto en verano, cuando los animales consumían pastos frescos, registrándose además niveles mayores de C18:2. Por otra parte, diferentes dietas utilizadas en invierno, no parecen equivalentes en cuanto a la producción de ácido ruménico, pudiendo interaccionar de manera diferente con la grasa introducida en la dieta, cuando se empleaban heno de alfalfa o ensilado de maíz, junto con aceite de linaza o de girasol alto en oleico. De manera general, se deducía que el aceite de girasol alto en oleico provocaba un incremento en C18:0 y C18:1 en la leche producida, mientras que el aceite de linaza hacía aumentar los contenidos de ácido ruménico y vaccénico, siendo el aumento de este último 2,5 veces mayor que el ácido ruménico. Estos efectos eran aún mayores en el caso de consumo de la dieta con heno de alfalfa. Según los autores de los estudios, estos resultados indican que los efectos potenciales del CLA y de los isómeros trans del C18:1 sobre la salud humana, tienen que ser considerados de manera conjunta con sumo cuidado. De este modo se podrá predecir en cada caso el efecto que la suplementación de la dieta con una grasa, puede determinar sobre la calidad nutritiva de la grasa de la leche de cabra.

Como conclusión general del estudio se resume que la leche de los pequeños rumiantes resulta una alternativa tecnológica interesante para la industria láctea frente al predominio de la especie bovina. La naturaleza y composición de la grasa de la leche de cabra y de oveja presentan características beneficiosas para el ser humano, tanto desde un punto de vista nutritivo como saludable, especialmente para aquellos consumidores con requerimientos específicos. Asimismo, se constata la eficacia de las distintas estrategias alimenticias para optimizar desde el origen (alimentación animal) la composición grasa de estas leches, para la elaboración de productos lácteos de mayor calidad tecnológica, nutritiva o saludable..




Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

martes, 23 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 19-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Diversos estudios han demostrado la interacción existente entre la fracción forraje de la dieta del animal y la suplementación lipídica, y su incidencia en la composición en ácidos grasos de la grasa de la leche producida. En este sentido, se ha constatado que cuando se altera la proporción y el tipo de forraje de la dieta, la composición en ácidos grasos de la grasa de la leche, se altera no sólo en función de la modificación de la propia síntesis de novo, sino también, en razón del contenido y composición de la grasa del forraje suministrado. 

Esta alteración se ha comprobado empleando diversas fuentes alimenticias, entre ellas, el heno de alfalfa, la alfalfa deshidratada o el pasto en verde; en los dos últimos casos, se administra al animal una ración con menos fibra junto a una mayor cantidad de grasa rica en C18:2 y C18:3. Como consecuencia y debido a lo primero, se produce una grasa láctea con un mayor contenido en C18:1 y menos C18:2. En razón del segundo aspecto indicado, se consigue una grasa láctea más insaturada, con un mayor contenido en PUFA, y menos de C14:0 y C16:0, unido a veces, a una menor cantidad de ácidos C6-C10.

En la cabra, diversos estudios ponen de manifiesto que la síntesis de lípidos microbianos resulta muy activa, ya que estos lípidos contienen niveles altos de ácidos grasos de cadena pequeña, particularmente, de la forma 'iso' y 'anteiso', así como ácidos grasos de cadena ramificada, que pueden encontrarse en la leche. La proporción de forraje y el tipo de éste, pueden determinar la composición de los lípidos microbianos, sobre todo la razón C18:0/C18:1, así como la proporción de ácidos grasos de cadena corta.

Estos autores concluyen que el contenido y naturaleza de la grasa de la dieta suministrada resultan ser unos factores que determinan la cantidad y composición de la grasa de la leche de cabra, de manera mucho más intensa que lo hace la cantidad y naturaleza de la fibra de la ración, pudiéndose por medio de la manipulación de estos factores llegar a obtenerse una leche con una determinada calidad nutritiva, incluso más saludable para el organismo humano.
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Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

lunes, 22 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 18-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Se han realizado distintos estudios empleando aceite de pescado en la suplementación de la dieta alimentaria de la cabra, analizándose los efectos sobre el contenido graso de la leche obtenida, así como su perfil de ácidos grasos.

Cuando se empleaba el aceite de pescado sin ninguna protección en la ración suministrada a los animales, se obtenía una leche cuya grasa presentaba un incremento en los trans C18:1, una caída en el C18:0, unas pequeñas transferencias a leche del C20:5 y C22:6, detectándose igualmente, la aparición del ácido 10-hidrosiesteárico junto a un incremento sensible de C18:1, resultado éste último, al parecer debido a la movilización lipídica corporal que podría haber tenido lugar, ya que la ingesta de materia seca caía en un 50%. Las tasas de transferencia del C20:5 y C22:6 resultaban ser de un 4-5%, valores similares a los obtenidos en vacas por diversos autores.

La protección parcial conseguida por una envuelta con caseína tratada con formaldehido, no evitaba el incremento en la concentración de trans C18:1 y 10-hidrosiesteárico, lográndose aumentar levemente, las tasas de transferencia del C20:5 y C22:6. A partir de estos resultados se deduce el modo de obtener leche de cabra con grasa rica en PUFA n-3. Asimismo, para evitar la caída en la ingesta así como la producción en el rumen de ácidos grasos trans, se recomienda que el nivel de inclusión de la grasa en la dieta no sea alto y que el grado de protección de la misma frente al rumen, resulte máximo.

El equipo científico dirigido por Julio Boza (EEZ-Granada, España) han conseguido elaborar una grasa protegida frente al metabolismo ruminal, a base de aceite de pescado, incluida en la dieta en forma de sales cálcicas de los distintos ácidos grasos, con objeto de que la leche obtenida tuviera una composición grasa más saludable. En este sentido, se ha analizado la ingesta, utilización digestiva individual y metabólica de estas dietas para los distintos ácidos grasos, considerándose su efecto sobre la composición de la grasa láctea y de los quesos elaborados con esa leche, en distintos estudios realizados conjuntamente con el equipo humano de la Planta Piloto de Lácteos (IFAPA Hinojosa del Duque).

El proceso de protección y estabilización de la grasa, daba en un principio lugar, a un producto cuya composición reflejaba la del aceite original pero con unas claras diferencias respecto del contenido en los ácidos grasos más significativos (C20:5 y C22:6). En consecuencia, por medio de la inclusión de esta grasa en la dieta, se obtenía una leche cuya grasa presentaba niveles más altos de poliinsaturados, especialmente C18:2 y C18:3, junto a concentraciones más bajas de saturados. Al mismo tiempo, las cantidades de triglicéridos de cadena media (C6-C14), aparecían sin cambios significativos. 

Después de los primeros ensayos y una vez mejorado el proceso de protección y estabilización del aceite de pescado, se lograba una grasa protegida cuyo perfil en ácidos grasos resultaba similar a la del aceite original. El empleo de este producto en la dieta de la cabra daba lugar a una leche con un mayor contenido en ácidos grasos poliinsaturados n-3, especialmente C20:5 y C22:6, obteniéndose como en los casos anteriores, niveles más bajos de ácidos grasos saturados. Asimismo, se registraron resultados indicativos del buen grado de protección conseguido, de acuerdo especialmente, con la utilización de las dietas, tanto a nivel digestivo como metabólico. 

Posteriores resultados pusieron de manifiesto que la transferencia desde la dieta a la leche obtenida, para los ácidos C22:6, C20:5 y C22:5, resultaba ser de un 3.0, 18.4 y 38.5%, respectivamente. Junto a esto, los niveles en la grasa de la leche de CLA y ácidos grasos trans C18:1, resultaban ser para el caso del consumo de la dieta suplementada o no suplementada con la grasa, iguales a 1,68 y 6,72% o, 0,36 y 0,76% respectivamente. 

Respecto del efecto del momento de la lactación, se deducía que cuando esto coincidía con el final de la lactación en vez de con el centro de la misma, los niveles en la grasa láctea tanto de poliinsaturados totales como de C20:5 y C22:6, aumentaban considerablemente. En un trabajo se analizaba la persistencia de los efectos conseguidos una vez suspendida la suplementación al animal, detectándose un mantenimiento tanto en la mayor producción de leche como en el rendimiento de grasa y proteína, después de la suspensión de la dieta modificada. Por el contrario, el cambio en la composición de la grasa de la leche, desparecía una vez suspendida la suplementación.




Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

viernes, 19 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 17-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

En un trabajo de investigación se ha estudiado el empleo de semillas de lino y girasol y sus aceites en la suplementación de la dieta alimentaria de la cabra. Los resultados preliminares indican mayores niveles de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) en la grasa de la leche, esencialmente ácidos grasos trans y ácido ruménico, cuando en la ración se empleaba el aceite directamente. Al parecer la alteración del metabolismo ruminal del animal, determinaría una biohidrogenación menos eficiente, con los consiguientes cambios en la utilización de la dieta por parte de la cabra, que afectarían también a la cantidad y composición de la leche obtenida.

Por otra parte, al comparar igualmente, lo que sucede al emplear semilla de lino, de girasol, altramuz o de soja, se deducía que bajo consumo de la dieta con altramuz, la transferencia a leche de los ácidos grasos poliinsaturados, resultaba menos eficiente, lo que podría deberse a la existencia de algún compuesto presente en el altramuz que provocaría una biohidrogenación más alta. Igualmente y como consecuencia de la biohidrogenación de los ácidos grasos poliinsaturados, y de la consiguiente formación de ácidos grasos saturados, aumentaba la actividad de la D-9 desaturasa mamaria, incrementándose la razón oleico/esteárico en la leche producida. 

De la comparación del comportamiento de estas cuatro semillas, se registraban en la leche mayores concentraciones tanto del ácido vaccénico como ruménico cuando se empleaba semillas de girasol, debido seguramente al modo de la biohidrogenación de los ácidos grasos poliinsaturados correspondientes. En el caso de la semilla de lino y soja, esto ocurriría lentamente, consiguiéndose en consecuencia, una biohidrogenación más completa, originándose los ácidos grasos totalmente saturados, no formándose por tanto, ni los trans C18:1 ni CLA.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

jueves, 18 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 16-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Cuando se suplementa la dieta alimentaria de la cabra mediante la adición de grasa de composición poliinsaturada, se obtiene una leche cuya grasa contiene en mayor o menor cantidad estos ácidos presentes en la ración suministrada al animal, dependiente de la naturaleza y del grado de protección de la grasa incorporada.

Asimismo, se señala un incremento en los niveles de C18:0 y C18:1, a expensas de los ácidos grasos de cadena corta y media, que en opinión de algunos autores se debería a la hidrogenación de los poliinsaturados con 18 átomos de carbono hasta C18:0 y trans C18:1, que tienen un efecto inhibitorio de la síntesis de novo. Los autores destacan cómo la caída en la cantidad de C12:0–C16:0 da lugar a una disminución del índice de aterogenicidad. 

Otro aspecto deducido es cómo la cantidad de CLA (especialmente el llamado ácido ruménico, el cis-9, trans-11 C18:2) o de ácido vaccénicico (principal ácido trans C18:1) depende de la fuente lipídica en cuestión, de su naturaleza y del grado de protección alcanzado.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 17 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 15-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Cuando se suplementa la dieta alimentaria de la cabra mediante la adición de grasa, dicha modificación no sólo tiene un efecto sobre el contenido graso de la leche sino también sobre el perfil de los ácidos grasos de la misma. En este sentido, diversos estudios han puesto de manifiesto cómo la composición de la grasa protegida añadida en la ración influye sobre la composición de la leche e incluso, del queso de cabra, a pesar de los procesos de hidrogenación e isomerización de los ácidos grasos de la dieta en el rumen del animal. 

Respecto de la posibilidad de hacer cambiar el perfil en ácidos grasos de la grasa de la leche de cabra, resultan numerosos los estudios llevados a cabo, habiéndose realizado distintas revisiones sobre el tema. La mayoría de estos estudios se refieren al efecto causado por medio del empleo de diferentes tipos de grasa, analizándose igualmente, la interacción establecida normalmente entre la naturaleza del forraje y el tipo de grasa de la dieta. Sobre el efecto causado por medio de la suplementación de la dieta de la cabra con diferentes tipos de grasa, varios autores han analizado la información disponible actualmente, discutiendo los principales resultados obtenidos en razón del tipo de grasa y composición de la misma. En general, en esos estudios se han empleado ácido palmítico o esteárico, sales cálcicas de aceite de palma, aceites vegetales y semillas oleaginosas, protegidas o no frente al metabolismo ruminal del animal, así como aceite de pescado.

Analizando los resultados de estos estudios se deducen varias cuestiones, que se resumen a continuación. Cuando la fuente de suplementación de la dieta es una grasa saturada protegida o no, la grasa de la leche aparece enriquecida en los ácidos grasos saturados correspondientes, incrementándose también los monoinsaturados de igual número de átomos de carbono, disminuyendo a la vez, los niveles de C10-C14 o C10-C16. Las razones de estos cambios se explican porque la acción de la D-9 desaturasa da lugar a un incremento de los niveles de los ácidos grasos monoinsaturados correspondientes, junto al incremento de los ácidos grasos contenidos en la grasa empleada. En este sentido, estos resultados son semejantes en la vaca, destacando el importante papel que la D-9 desaturasa mamaria desempeña en la regulación de la razón monoinsaturados/saturados de la leche, especialmente, en relación con los ácidos grasos de 18 átomos de carbono.



Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

martes, 16 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 14-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Cuando se suplementa la dieta alimentaria de los pequeños rumiantes mediante la adición de grasa, dicha modificación no sólo tiene un efecto sobre el contenido graso de la leche sino también sobre el perfil de los ácidos grasos de la misma. En este sentido, diversos estudios han puesto de manifiesto la importancia que tienen la cantidad y naturaleza de la fuente de fibra y de lípidos utilizadas en la ración, dado el origen de los ácidos grasos secretados por la glándula mamaria.

En el caso de las ovejas algunos autores han estudiado la importancia de los factores de composición de la ración en la determinación de la grasa de la leche obtenida. En general, con la incorporación de grasa en la ración se pretende que el animal llegue a producir la máxima cantidad de leche con el máximo contenido en grasa. Algunos resultados muestran cómo la naturaleza de la fracción forraje de la dieta es capaz de determinar la composición en ácidos grasos de la grasa de la leche de oveja. Asimismo, se ha estudiado el efecto del tipo de sistema de producción sobre el contenido en ácido linoleico conjugado (CLA) de la leche, deduciéndose que cuando las ovejas estaban en pastoreo, se incrementaba el CLA cuando el pasto atravesaba su fase vegetativa y, al contrario, disminuía considerablemente, durante la fase reproductora. Estos efectos son debidos al distinto contenido del pasto en ácidos grasos poliinsaturados según la fase correspondiente.

Otros autores han estudiado el comportamiento de las ovejas en pastoreo suplementadas o no con maíz machacado, obteniendo una leche con un mayor contenido en CLA en el caso de los animales no suplementados. Igual que en caso anterior, este efecto se debería a la distinta composición de los lípidos contenidos en el forraje consumido por los animales. La información referente al efecto de la suplementación lipídica de la dieta sobre la composición de la grasa de la leche de oveja es bastante escasa. Algunos investigadores han utilizado sales cálcicas de ácidos grasos de cadena larga, especialmente, palmítico y oleico, obteniendo un mayor porcentaje de grasa en la leche unido a una distinta composición de la misma, aumentando los niveles de C16:0 y C18:1 y disminuyendo los ácidos grasos C8–C14, en razón esto último de la caída que la síntesis de novo experimentaba. En total se obtenía una leche con un menor contenido en ácidos grasos saturados y un mayor de monoinsaturados. Los autores concluyen indicando cómo la alimentación parece ser un medio eficaz para modificar de manera relativamente rápida la composición en ácidos grasos de la leche de oveja en una dirección más deseada por el consumidor.

Por otra parte, otros autores han empleado sales cálcicas de los ácidos grasos del aceite de oliva como suplementación de la dieta en ovejas manchegas en lactación, obteniéndose leche con un menor contenido en ácidos grasos de cadena corta y media (C6-C16) y C18:2, junto a mayores cantidades de C18:1 y C18:0. En opinión de los autores, el cambio en el perfil de ácidos grasos de la grasa láctea no parecía ser debido a una más baja producción de acetato, ya que la digestibilidad de la fibra se afectaba muy levemente; tampoco sería debido a un efecto de dilución, ya que el contenido en grasa de la leche no se afectaba. En su opinión, el menor contenido en ácidos grasos de cadena corta y media, se debería a la menor síntesis de los mismos en la glándula mamaria, conociéndose que los ácidos grasos trans del C18:1 son inhibidores de la síntesis de novo, detectándose estos ácidos grasos trans en la leche de los animales suplementados. El aumento en la proporción de C18:0, se debería a su directa incorporación desde la dieta, pudiendo igualmente haber sido producido en el rumen del animal, por medio de la hidrogenación del C18:1, que era el que más directamente se incorporaba.

Teniendo en cuenta que este tipo de grasa no alcanza un grado de protección suficiente, otros autores han empleado en ovejas, una dieta suplementada con una grasa protegida constituida por las sales cálcicas de los ácidos grasos del aceite de oliva, junto a una control no suplementada así como otra en la que la grasa se incluía en forma de aceite emulsionado en leche desnatada, dieta ésta última que se administraba por biberón a animales en los que se había mantenido el funcionamiento reflejo de la gotera esofágica. La leche producida presentaba un contenido en ácidos grasos de cadena corta y media, menor en los casos de empleo de las dos dietas suplementadas con la grasa; mientras que bajo el consumo de la dieta administrada por biberón, se obtenía una leche con el más alto contenido en C18:1. El empleo de la dieta suplementada con las sales cálcicas, daba lugar a una leche con los mayores niveles de C18:0 y trans C18:1 junto a un valor intermedio de C18:1. Los autores concluyen que la grasa protegida utilizada resultaba severamente afectada por el ambiente ruminal, pareciendo que el mantenimiento del funcionamiento de la gotera esofágica, podría ser un modo más efectivo de bypass el rumen en ovejas adultas en lactación. Estos resultados parecen lógicos, ya que la dieta administrada vía biberón elude totalmente el paso a través del rumen. Cuando se escogen como referencia C18:1 y trans C18:1 en la producción en leche, los valores obtenidos resultaron iguales a 16.8 y 1.10, 13.8 y 1.55 y, 6.5 y 0.83 g/día, para el consumo de la dieta suplementada y administrada por biberón, la suplementada con sales cálcicas de los ácidos grasos, y la control, respectivamente; de lo que se deduce que el empleo de las sales cálcicas lograba unos resultados no tan diferentes de los conseguidos bajo consumo de la administrada por biberón. Junto a esto habría igualmente, que tener en cuenta, los aspectos derivados de la complicación que conllevaría el administrar el suplemento lipídico de la forma aconsejada.



Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

lunes, 15 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 13-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

Las diferentes respuestas de las distintas especies de rumiantes cuando se suplementa su dieta alimentaria con adición de grasa, tanto sobre la cantidad de leche producida como el contenido en grasa y proteína, y el momento de la lactación, entre otros, pueden ser ocasionadas por las interacciones entre la actividad digestiva y metabólica del animal, y la naturaleza de las dietas empleadas (tipo de grasa, nivel de inclusión, grado de protección, etc.).

Por otra parte, diversos estudios han puesto de manifiesto que la tasa de paso de la digesta resulta más alta en la cabra que en la vaca, hecho que haría disminuir los efectos que los ácidos grasos contenidos en la grasa, ejercerían a nivel del rumen del animal, de los que podrían depender la síntesis de grasa en la glándula mamaria. Esta mayor tasa de paso de la digesta podría determinar que el estatus energético de la cabra resulte ser, muchas veces, el principal factor determinante de la composición de su grasa, mucho más que las características físico-químicas de su ración.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

viernes, 12 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: 12-GRASA SALUDABLE LECHE DE PEQUEÑOS RUMIANTES

En relación con la suplementación con grasa de la dieta alimentaria suministrada a las cabras y su efecto sobre el contenido graso de la leche de cabra producida, se han realizado diversos estudios ante la escasez de información suficientemente contrastada. 

En la cabra, el contenido en grasa de la leche baja cuando la dieta se empobrece en lípidos; así mismo, presenta un interés particular el hecho de que en esta especie, la suplementación de la dieta con grasa no suele determinar una caída en el contenido en proteína de la leche. Por ello, es posible reducir el riesgo de inversión de ambos porcentajes en la leche de cabra, sobre todo en los casos de empleo de dietas con bajo contenido tanto en fibra como en grasa. Antes del empleo de grasas protegidas, principalmente, en forma de jabones cálcicos, se habían estudiado los efectos del empleo de distintos tipos de grasa: aceites vegetales, grasas animales, semillas de oleaginosas, etc., obteniéndose generalmente, junto a una mayor producción de leche, una más alta concentración de grasa e incluso de proteína.

El interés del empleo en la alimentación de la cabra lechera, de diferentes tipos y niveles de grasa, viene motivado por la necesidad de paliar ciertas limitaciones en cuanto a la disponibilidad de alimento o naturaleza del mismo, debidas en muchas ocasiones al sistema de producción, sobre todo en determinadas zonas áridas y semiáridas de la cuenca mediterránea. La sustitución de parte del concentrado aportado al animal como suplemento en el pesebre, por una grasa en forma de jabones cálcicos, es la vía de intervención más adecuada para lograr los objetivos comentados anteriormente, obteniéndose un mayor contenido de grasa en la leche, incremento que depende del nivel de grasa existente en la dieta, capacidad productora del animal y estado de la lactación.

En relación con el efecto del período de lactación cuando la dieta de la cabra lechera es suplementada con una grasa, se ha constatado que al comienzo se obtiene una mayor producción de leche, con un contenido en grasa más alto resultando, en cambio, variable el efecto conseguido sobre el contenido en proteína. Hacia la mitad o el final de la lactación, normalmente no suele afectarse la producción de leche, observándose siempre un incremento sensible en su contenido en grasa, resultando igualmente variable, el efecto sobre el contenido en proteína. Este aspecto no parece depender del tipo de grasa empleado, no obteniéndose incluso, a diferencia de lo que sucede en la vaca, una caída en el contenido en grasa de la leche, cuando la dieta se suplementa con aceites vegetales, altos en ácidos grasos poliinsaturados (PUFA)

Estudios realizados en vacas en relación con las causas que a nivel metabólico determinan en esta especie que se obtenga al comienzo de la lactación un incremento del contenido en grasa de su leche mayor, al suplementar su dieta con grasa, que el conseguido a la mitad o al final de la misma, mientras que en la cabra ocurre lo contrario. Sin embargo, algunos autores informan de la existencia de una mayor transferencia de los lípidos de la dieta a la leche al inicio de la lactación siempre que se trate de una dieta rica en forraje. Por el contrario, un aporte elevado de concentrado favorecería más la actividad anabólica del tejido adiposo, en detrimento del contenido en grasa de la leche.

Algunos autores han realizado estudios sobre la respuesta de la cabra lechera a la suplementación de su dieta alimentaria con aceite de pescado, que parece ser diferente a la conseguida por otras grasas. Cuando este aceite se administra sin proteger, se produce una caída en la ingesta de materia seca junto a una menor producción de leche, presentando ésta un mayor contenido en grasa, resultados contrarios a lo que sucede en la vaca, en la que se deriva primeramente, una caída en la ingesta, obteniéndose a pesar de esto, una mayor producción de leche aunque con un contenido de grasa más bajo. Sin embargo, cuando el aceite de pescado se introduce parcialmente protegido, no cambia ni la ingesta, ni la producción de leche ni su contenido en grasa; otros autores, por el contrario, obtienen resultados contrarios, al infundir en el duodeno de la cabra 4 g/d de EPA (C20:5) + DHA (C22:6), que son los principales PUFAs contenidos en el aceite de pescado, registrándose una caída en el contenido graso de la leche, coincidente con lo que sucede en la vaca.

En este trabajo, al suplementar a la cabra lechera, en la mitad de su lactación, con niveles diferentes de aceite de pescado en forma de sales cálcicas de sus ácidos grasos, se obtiene una igual ingesta de materia seca junto a una similar producción de leche así como contenido en grasa de la misma. Por el contrario, al administrar este mismo suplemento al final de la lactación, se obtiene una mayor producción de leche, junto a un mayor contenido en grasa y proteína, prolongándose igualmente, la duración de la lactación.





Autoría: M.R Sanz Sampelayo y J. Boza (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

jueves, 30 de abril de 2015

INVESTIGACIÓN: MAPAS AUTOORGANIZADOS PARA ESTUDIAR LA ALIMENTACIÓN CAPRINA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado el manejo de la alimentación en explotaciones caprinas de raza Murciano-Granadina en la región de Murcia (España). 

Tras la realización de un sondeo sobre el número de explotaciones caprinas en la provincia de Murcia se seleccionaron 94 ganaderías repartidas homogéneamente por cada una de las 6 comarcas de la región. El estudio de las ganaderías se realizó mediante encuestas a los ganaderos, con un total de 11 variables relacionadas con el manejo de la nutrición y las tendencias productivas de los rebaños. Para estudiar los datos y las relaciones cualitativas entre ellos se han utilizado Mapas Autoorganizados, un tipo de red neuronal muy extendido para extraer conocimiento de un conjunto de datos.

Dentro de la Unión Europea, España ocupa un lugar muy destacado en la especie caprina, siendo el segundo país en importancia censal y en producción de carne detrás de Grecia, y el tercero en cuanto a la producción de leche después de Francia y Grecia. Los sistemas de producción caprina en la Región de Murcia se caracterizan por suplementar la dieta base, debido a la escasez de pastos en esta zona semiárida de España, por lo que la finalidad de este estudio es describir cuál es el manejo de la alimentación por parte de ganaderos con diferentes tendencias productivas. 

La utilización de mapas autoorganizados, tipo de sistema neuronal muy usado en otras disciplinas, permite obtener un conocimiento cualitativo del problema. En este tipo instrumentos se disponen los elementos de cálculo (neuronas) en una red bidimensional; cada una de estos elementos de cálculo serán, al final del proceso de aprendizaje de la red, los representantes de una serie de ganaderías. El objetivo de este tipo de red es determinar relaciones intrínsecas de los datos agrupando dichos datos de acuerdo a esas relaciones. Así pues, su objetivo es determinar de una manera visual las relaciones que existen entre las diferentes variables de interés dentro de nuestro estudio. Los mapas se han hecho utilizando la librería de Mapas Autoorganizados ejecutada bajo el entorno Matlab.

A los ganaderos encuestados se les formularon preguntas relacionadas con el manejo de la alimentación en cada fase del ciclo productivo (pico de lactación, ordeño, fin de gestación, reposición). Además se tuvo en cuenta si el ganadero hacía su propia ración, si empleaba subproductos, si compraba a alguna empresa del sector (pienso compuesto y/o raciones completas) y, si tenían algún tipo de asesoramiento técnico. También se tuvieron en cuenta los ingresos obtenidos por la venta de leche. 

El mapa autoorganizado desarrollado en este trabajo consta de 48 neuronas dispuestas en una estructura bidimensional (6x8) hexagonal (cada neurona tiene 6 vecinos). Cada neurona tiene un vector que tiene tantas componentes como preguntas hay en la encuesta a los ganaderos. Una representación gráfica de las diferentes componentes siguiendo una escala de grises vendría dada por las zonas claras/oscuras que se corresponden con valores altos/bajos, respectivamente; evidentemente estos valores altos/bajos responden a la diferente codificación de las preguntas escogida previamente. Estos mapas permiten ver de una forma rápida la situación de las ganaderías estudiadas. Por ejemplo, en las variables donde se suplementa al ganado de reposición y animales en lactación, se corresponde con la parte inferior de los mapas (color claro). Esta parte más clara que se encuentra en la parte inferior se corresponde en la variable tipo de alimentación con aquellas ganaderías que utilizan pienso compuesto (color gris y zona intermedia) y raciones completas (color claro y zona inferior del mapa), frente a la parte más oscura (superior del mapa) que se corresponde con aquellos ganaderos que hacen su propia dieta. Esta zona inferior más clara también la encontramos para la variable de asesoramiento de la nutrición. Además, en la zona inferior derecha encontramos un incremento de la escala de grises hacia el color blanco para la variable ingresos por leche (más ingresos cuanto más claro es el color) y también más claro el color cuando la tendencia es a utilizar subproductos en la alimentación. Por tanto estos mapas, describen una situación positiva en la que se muestra las ganaderías que tienen animales lecheros y se asesoran técnicamente para alimentar a sus animales y además suplementan cada estado fisiológico, obtienen mayores ingresos por la leche.


Autoría: C. Fernández y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

martes, 31 de marzo de 2015

INVESTIGACIÓN: GRASA PROTEGIDAS Y CAPACIDAD REPRODUCTORA EN CABRAS MALAGUEÑAS (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado el efecto de la utilización de un concentrado suplementado con una grasa rica en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 sobre la capacidad reproductora de la cabra de raza Malagueña. 

Con objeto de determinar los efectos que la suplementación de la dieta con una grasa protegida rica en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPw-3) tiene sobre la capacidad reproductiva de la cabra, se llevaron a cabo unos ensayos en hembras de la raza malagueña, las cuales eran mantenidas en condiciones de explotación semiextensiva, alimentándose en 'pesebre' con un concentrado suplementado o no con un 6% de la grasa indicada desde un mes antes de la cubrición hasta el parto. 

Los resultados obtenidos indican que junto a una tasa de fertilidad igual (86,7%), los animales suplementados mostraron una tasa de prolificidad bastante mayor (2,17 frente a 1,77), observándose además, un posible efecto de sincronización del parto. Al mismo tiempo se deducía que la composición de la grasa utilizada establecía el perfil en ácidos grasos del plasma de los animales, lo que hacía suponer que los efectos logrados a nivel reproductivo dependían de la composición específica de la grasa, aunque no podía descartarse la existencia de un efecto producido por un distinto estatus energético.

Como conclusión general se puede suponer un comportamiento nutritivo no muy diferente de los animales según tipo de concentrado consumido. Teniendo en cuenta esto y los resultados obtenidos respecto de la composición de la grasa del perfil en ácidos grasos del plasma de las cabras, así como de la respuesta reproductora, resulta lógico concluir que los resultados obtenidos son consecuencia de la naturaleza de la grasa empleada en la suplementación.




Autoría: J.R Fernández y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

INVESTIGACIÓN: ÁCIDOS POLIINSATURADOS Y COMPOSICIÓN DEL CABRITO (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado la composición al nacimiento de cabritos cuyas madres fueron alimentadas con un concentrado suplementado con una grasa protegida rica en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPw-3).

Este estudio se realizó en cabras de raza Malagueña que se alimentaron durante toda la gestación con un concentrado suplementado con sales cálcicas de aceite de pescado ricas en AGPw-3; los cabritos se sacrificaron al nacimiento con el objeto de conocer si dicha suplementación quedaba reflejada en el perfil en ácidos grasos de los diferentes tejidos de los neonatos. 

Los resultados comparativos con el grupo control muestran un enriquecimiento en AGPw-3 en determinados órganos de los cabritos sacrificados (cerebro, timo, bazo, testículos, hígado y corazón), así como de los depósitos de grasa mesentérica, epiplónica y riñonada. Asimismo, se ponen de manifiesto la existencia de un paso selectivo a través de la placenta favorable a estos ácidos grasos y que su suplementación durante le gestación puede suplir deficiencias y mejorar la composición al nacimiento de los cabritos.

Se confirma una vez más que la alimentación de las madres es capaz de influir en la composición de los distintos tejidos y órganos del animal al nacimiento. La suplementación durante la gestación con sales cálcicas de aceite de pescado es positiva no solo por el incremento energético que supone para el animal gestante, sino también por determinar la composición de los depósitos grasos mejorando igualmente el cerebro, timo, bazo, hígado y corazón, resultando beneficiadas las funciones fisiológicas en las que intervienen dichos órganos.




Autoría: J.R Fernández y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)


lunes, 30 de marzo de 2015

INVESTIGACIÓN: BETAÍNA EN ALIMENTACIÓN DE CABRAS MURCIANO-GRANADINA (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha estudiado el efecto de la suplementación con betaína en la alimentación de cabras en lactación de la raza Murciano-Granadina. 

La trimetilglicina, conocida como betaína, es un compuesto natural extraído de la remolacha azucarera, interviniendo en reacciones metabólicas relacionadas con el crecimiento de tejidos y el sistema inmune. En este trabajo se emplearon dos piensos compuestos en la alimentación de las cabras para el estudio de la producción, composición química de la leche y el estado sanitario de las mismas durante el periodo de lactación. Se seleccionaron 60 cabras (lotes de 30 animales) homogéneos en cuanto a su estado de lactación, paridera de invierno, peso vivo; ambos lotes de cabras se sometieron al régimen de control lechero. La producción lechera obtenida se ha estudiado con medidores electrónicos SG FAT SAMPLER CPL y la composición en grasa bruta, proteína bruta, lactosa, extracto seco y recuento de células somáticas como parámetros químicos analizados con MILKOSCAN. El diseño experimental, basado en el control semanal de la producción y composición de leche, ha permitido conocer el efecto de este compuesto natural.

Como conclusión general parece repetirse la tendencia observada en otras pruebas realizadas con betaína en el ganado caprino lechero; cuando las condiciones de la explotación ganadera (manejo, dieta, climatología, etc.) y de las cabras son óptimas, no se observan efectos de la incorporación de betaína.


Autoría: P. Sánchez-Seiquer y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)


miércoles, 28 de enero de 2015

INVESTIGACIÓN: VITAMINAS, HIERRO Y FOLATO EN LECHES DE NUTRICIÓN INFANTIL (MURCIA, ESPAÑA)

En un trabajo de investigación realizado en la región de Murcia (España) sobre la calidad de diversas fórmulas lácteas alimentarias de continuación y crecimiento destinadas a la nutrición infantil, se ha estudiado la estabilidad de las vitaminas y la bioaccesibilidad de hierro y folato.

Las leches de crecimiento, 'junior' o 'leches 3' son fórmulas de continuación modificadas parcialmente. No existen unas recomendaciones exclusivas para la formulación de estas leches ni tampoco una legislación específica, por lo que la industria alimentaria se ajusta a las recomendaciones existentes para las fórmulas de continuación y a los estudios sobre nuevos factores nutricionales que se van realizando y de los que se infieren recomendaciones del producto. 

Dos de los desórdenes nutricionales más comunes en todo el mundo, y que a menudo ocurren simultáneamente, son la deficiencia en hierro y folato. Este trabajo se centra en el estudio de la estabilidad, biodisponibilidad y funcionalidad del bisglicinato ferroso y del [6S]-5-MTHF o Metafolin®, usados como suplementos en la alimentación infantil. 

Por otra parte, el procesado de los alimentos y los largos periodos de almacenamiento de los mismos pueden conducir a las pérdidas de sus vitaminas, de ahí que el primer objetivo de este  trabajo haya sido la valoración de la estabilidad de las vitaminas presentes en una leche de crecimiento líquida durante su vida comercial y almacenada a diferentes temperaturas (23, 30 y 37º C). Tras 9 meses de almacenamiento, las vitaminas B5 y B9 fueron las únicas que permanecieron estables independientemente de la temperatura de almacenamiento. El resto de las vitaminas hidrosolubles mostraron pérdidas a lo largo de tiempo, siendo éstas mayores a 37º C, a excepción de la vitamina B6, que presentó las mayores pérdidas a los 23º C. Las vitaminas liposolubles (A, D y E) se mantuvieron estables entre el segundo y tercer mes de almacenamiento, descendiendo posteriormente su concentración, especialmente a los nueve meses y 37º C. 

Seguidamente, las vitaminas C, B8, A, D y E fueron seleccionadas para conocer sus parámetros cinéticos de degradación. La velocidad de reacción era más elevada a medida que aumentaba la temperatura de almacenamiento, observándose las mayores pérdidas a los 37º C. Una mayor vida media de degradación en cada una de las vitaminas analizadas se alcanzó durante el almacenamiento de las leches a 23º C. Se han desarrollado modelos cinéticos tanto de orden cero como de orden uno, que representan la evolución de las vitaminas C, B8, A, D y E en las diferentes temperaturas de almacenamiento, así como sus correspondientes coeficientes de correlación. Del mismo modo, se ha establecido una expresión que representa el contenido de las vitaminas como una función del tiempo y de la temperatura de almacenamiento. La cinética de degradación de las vitaminas estudiadas en la leche de crecimiento líquida se ajustan a modelos tanto de orden cero como de orden uno. El elemento clave en estas ecuaciones es la energía de activación (Ea), siendo la vitamina D la más lábil, seguida por la vitamina E, Biotina, A y C. Se han desarrollado ecuaciones simplificadas que permiten
la misma evaluación y que se relacionan correctamente con la ecuación de Arrhenius para cada vitamina. Estas ecuaciones permiten predecir el tiempo en el cual se produce una pérdida del 50% de la concentración inicial de las vitaminas en función de la temperatura de almacenamiento.

Otro objetivo fue estudiar la bioaccesibilidad de la forma sintética Metafolin® frente al ácido fólico comúnmente empleado en la suplementación y enriquecimiento de los alimentos. Para ello se empleó un modelo gastrointestinal dinámico in vitro controlado por ordenador, conocido como (TIM® Model). La bioaccesibilidad de folato corresponde a la fracción del mismo que liberada de la matriz del alimento y está disponible para la absorción en el intestino delgado. Los resultados indicaron que la fracción bioaccesible de la leche líquida de crecimiento enriquecida con Metafolin® (66,78 %) fue significativamente inferior (p<0,05) a la del ácido fólico (73,86%). Respecto a la maduración metabólica del niño de corta edad, el uso del [6S]-5-MTHF frente al ácido fólico favorece la expresión de las enzimas necesarias para la obtención de grupos metilados en el ciclo de la síntesis de bases púricas y pirimidínicas. Sin embargo, numerosos estudios avalan al Metafolin® como una alternativa al uso del ácido fólico en el enriquecimiento o suplementación alimentaria.  

Asimismo, se evaluó el comportamiento del bisglicinato ferroso añadido a la leche de crecimiento líquida, mediante un modelo de repleción de la hemoglobina en ratas anémicas. Diversos parámetros hematológicos y bioquímicos fueron evaluados con el objetivo de confirmar la recuperación del estado de anemia por deficiencia en hierro. Los resultados confirman que el bisglicinato ferroso mostró una absorción y biodisponibilidad similar a la del sulfato ferroso, compuesto de hierro de referencia. Además, los valores de los parámetros hematológicos y bioquímicos confirmaron una clara recuperación de una anemia deficiente en hierro en ratas, siendo el bisglicinato ferroso un compuesto de hierro ideal para el enriquecimiento de la leche de crecimiento líquida.

Finalmente, se desarrolló un estudio de depleción-repleción en ratas deficientes en hierro y folato con el fin de investigar una posible interrelación entre ambos compuestos. Además, se evaluó la biodisponibilidad de las dos formas de folato (Metafolin® y Ácido Fólico) mediante la concentración de folatos en plasma, eritrocitos e hígado. Los resultados indicaron que la biodisponibilidad del Metafolin® fue significativamente superior a la del ácido fólico. Sin embargo, la absorción del hierro se vio afectada tanto por el tipo de compuesto de hierro empleado (Bisglicinato Ferroso o Sulfato Ferroso) como por el tipo de folato, siendo la combinación Bisglicinato Ferroso + Metafolin® la que mostró una absorción más baja frente al resto de los grupos analizados. En cuanto a la biodisponibilidad del hierro, se constató que ésta no estuvo afectada ni por el tipo de hierro ni por el tipo de folato. Los parámetros hematológicos (Hemoglobina, Volumen corpuscular medio y Hemoglobina corpuscular media) decrecieron por el empleo de Metafolin®; mientras que los parámetros relacionados con el transporte y almacenamiento del hierro (Hierro sérico, Capacidad total de fijación del hierro, Saturación de la transferrina y Ferritina) no se vieron afectados por ninguno de los tipos de compuestos de hierro ni de folato.
En resumen, desde el punto metabólico, el Bisglicinato Ferroso fue equivalente al Sulfato ferroso, no estando afectado por la presencia de Metafolin® o Ácido Fólico en la leche de crecimiento. Sin embargo, desde el punto de vista hematológico, el Bisglicinato Ferroso en combinación con el ácido fólico favoreció la formación de los glóbulos rojos normales, tras someter a las ratas a un ensayo de depleción-repleción de hierro y folato.

Autoría: F. Romero (2008)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

jueves, 21 de noviembre de 2013

5-GANADERÍA INTEGRADA: ALIMENTACIÓN ANIMAL (ANDALUCÍA, ESPAÑA)

En el apartado 3.3 del Anexo del Reglamento Específico de Ganadería Integrada, aprobado mediante la Orden de 29 de noviembre de 2005, de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía (España), se incluye la alimentación de los animalesdentro del punto 3 relativo a los Principios de la ganadería integrada.

3.3. Alimentación de los animales.

1. Los animales se alimentarán de manera sana y equilibrada, de acuerdo con sus necesidades fisiológicas.

2. Se observarán todas las medidas contempladas en la legislación vigente en materia de sanidad, seguridad e higiene de los alimentos incorporados al proceso de producción.

3. Se prohibe el uso sistemático de antibióticos, coccidiostáticos, y otros medicamentos como promotores del crecimiento en la alimentación de todas las especies animales.

4. La alimentación suplementaria que reciban los animales, en caso de no ser de producción o fabricación propia, procederá únicamente de distribuidores y fabricantes registrados y/o autorizados de acuerdo con lo establecido en el Reglamento (CE) nº 183/2005 del Parlamento Europeo y del Consejo de 12 de enero de 2005 por el que se fijan requisitos en materia de higiene de los piensos. Se archivarán y conservarán, durante al menos 3 años, los albaranes y/o las facturas correspondientes a la compra de forrajes, materias primas y piensos, junto con las etiquetas identificativas que los acompañen.

5. Se elaborará y anotará en el Cuaderno de Manejo un programa de alimentación, que establezca una diferenciación entre aquellas materias primas, piensos, mezclas y forrajes producidos o elaborados en la  explotación y aquellos otros adquiridos fuera de ella. Se especificarán los porcentajes de las diferentes materias primas, raciones o cantidades aportadas a los animales, así como las fechas de los cambios de dieta.

6. Se asegurará la presencia constante de alimentos fibrosos en la ración de los animales, de acuerdo con un porcentaje mínimo que se especificará para cada especie.

7. La alimentación de los mamíferos lactantes se basará en la leche natural, preferentemente la materna, con unos períodos mínimos de lactación que se establecerán por especies.

8. Se prohíbe la alimentación forzada.

9. Las explotaciones dispondrán de silos o locales exclusivos para el almacenamiento y conservación de todas las materias primas y piensos, que eviten cualquier alteración o contaminación de las mismas. Se  programará de forma regular, y al menos una vez al año, su limpieza y desinfección, en función de las características de los mismos.

10. Se asegurará la calidad del agua de bebida suministrada a los animales. Cuando ésta no proceda en su totalidad de la red pública de agua potable se analizará microbiológicamente una vez al año como mínimo, en un laboratorio oficial o autorizado de acuerdo con el Decreto 444/1996, de ordenación de los Laboratorios de Salud Pública de Andalucía. Se programará regularmente la limpieza y desinfección de los depósitos y circuitos de conducción de agua.

11. Se hará un uso racional del agua, regulando el gasto, habilitando abrevaderos y bebederos, y limitando el acceso de los animales a las aguas estancadas en mal estado.

Más información:  Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), nº 5, de 10/01/2006 (páginas 14-18).


Fuente: Circular informativa (2006). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Manuel Peña Párraga (presidente). Sede AQAA: Baena (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)