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jueves, 4 de julio de 2013

HEMEROTECA 04/09/1990: DIARIO CÓRDOBA (ESPAÑA)

Desde la década de los ochenta, la Asociación de Científicos y Tecnólogos de los Alimentos de Andalucía (ACTA-A) viene trabajando en el sector agroalimentario andaluz (España), buscando mejorar la calidad de las producciones de alimentos y la optimización de los procesos productivos mediante un mayor nivel de cualificación profesional de los recursos humanos de las industrias y la incorporación de nuevas tecnologías, para incrementar la presencia y diversificación de estos productos en el mercado nacional e internacional. 

En esta ocasión se realizan una serie de propuestas por parte de la ACTA-A para mejorar la oferta de alimentos selectos andaluces en los mercados, entre ellos, el aceite de oliva, el jamón curado, los embutidos y otros productos cárnicos crudos y adobados, los quesos, vinos, vinagres, pastelería, etc.

Durante estas tres últimas décadas las empresas agroalimentarias andaluzas han experimentado un enorme avance en materia de calidad de los alimentos tradicionales, sin embargo, no ocurre lo mismo con la diversificación de nuevos productos, que permitan mejorar su posicionamiento en el mercado. Por lo que hay que seguir trabajando, ya que no todo está hecho, queda bastante trabajo por hacer en materia de INNOVACIÓN, la gran asignatura pendiente de la mayor parte de las empresas de este sector.


Fuente: Diario Córdoba (04/09/1990), página 29. Córdoba (España).
José Luis Ares Cea (integrante de la ACTA-A)

HEMEROTECA 15/03/2006: ESCUELA HOSTELERÍA DE ISLANTILLA (LA ANTILLA-LEPE, ESPAÑA)

Los quesos artesanos tienen que estar presentes en las cocinas y en los comedores de los mejores restaurantes y hoteles, por lo que se hace necesario darlos a conocer en los sectores de la gastronomía y el turismo, donde tienen mayores posibilidades de que su calidad diferenciada sea mejor valorada por los consumidores finales. Con este objetivo, la Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA), con la colaboración del IFAPA (centro Alameda de Córdoba) organizó una Jornada Técnica sobre los Quesos Artesanos andaluces, dirigida a los alumnos y profesores del Consorcio Escuela de Hostelería de Islantilla (La Antilla-Lepe, Huelva, España), dentro del marco del proyecto europeo Miredaf.

Esta Jornada se celebró el día 15 de marzo de 2006 en las instalaciones de la Escuela de Hostelería, contando también con la asistencia de jefes de cocina y de salón comedor, procedentes de distintos establecimientos gastronómicos de la provincia de Huelva, siendo la mayoría de ellos antiguos alumnos de esta Escuela.

El programa se desarrolló en horario de mañana y tarde, alternando las sesiones teóricas con varias catas de quesos elaborados en queserías onubenses (La Granada de Río Tinto y Cala), impartidas por Ana María Rey Gómez (AQAA) y José Luis Ares Cea (IFAPA). El evento se caracterizó por una gran implicación por parte de los participantes, desarrollándose un amplio debate final.

Queremos que este breve recuerdo de nuestro paso por la Escuela de Hostelería de Islantilla sirva de sentido homenaje para todo su personal, profesorado y directivos, por la excelente labor realizada durante todos estos años, y que se superen pronto las dificultades actuales, para que este centro vuelva a ser un referente en la enseñanza de la gastronomía en Andalucía.




Fuente: Web Consorcio Escuela de Hostelería de Islantilla (15/03/2006). La Antilla-Lepe (Huelva, España)
José Luis Ares Cea y Ana María Rey Gómez (profesores)

martes, 30 de abril de 2013

PROTAGONISTAS: PREMIADA LA QUESERÍA 'EL CAÑAO' DE ABRUCENA (ESPAÑA)

El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería (España) ha publicado en su Boletín oficial, coordinado por Jerónimo González Zapata, un artículo sobre la empresa quesera artesanal 'El Cañao', ubicada en la localidad almeriense de Abrucena, destacando su trayectoria como modelo de producción láctea tradicional integrada y sostenible, cuya meritoria labor en defensa de la calidad de sus productos ha sido reconocida mediante la concesión del primer premio de la categoría de "queso fresco" en dos ediciones consecutivas del "Concurso de Quesos Artesanos", organizado por la Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA), entidad pionera en esta región.

Entre las principales características de la empresa El Cañao hay que destacar que se trata de una pequeña quesería artesanal familiar, que funciona en régimen cooperativo, creada por dos jóvenes hermanos de la localidad, Francisco y Ana María, quienes desde el comienzo han apostado por elaborar un queso de calidad diferenciada, empleando las recetas tradicionales de la zona. Precisamente, es esta estrategia su principal fortaleza y un elemento claramente diferenciador respecto a la mayoría de las empresas lácteas de la competencia, que junto con el desarrollo de una doble actividad, ganadera y quesera, le permite controlar de forma completa la trazabilidad del proceso productivo a lo largo de toda la cadena láctea, desde la producción de la leche en su explotación hasta su transformación en la quesería y posterior comercialización propia de los productos terminados, haciendo así realidad el lema “desde el campo hasta la mesa”. Con el manejo integrado de todo el proceso productivo, esta empresa cierra así el ciclo económico, valorizando sus producciones lácteas y alcanzando posiciones muy ventajosas en el mercado.

Por otra parte, el nivel de formación de ambos hermanos ha sido desde el inicio una preocupación constante para poner en marcha su nuevo proyecto empresarial, participando estas dos personas en diversos programas formativos organizados por la Planta Piloto de Lácteos de Hinojosa del Duque (Córdoba), y en las actuaciones de asesoramiento y asistencia técnica realizadas por nuestros técnicos en sus instalaciones queseras, desde el comienzo de su actividad. 

Cada día, una vez que Francisco finaliza el ordeño de sus cabras, lleva la leche fresca, recién obtenida, hasta las instalaciones contiguas de la pequeña quesería donde Ana María elabora los quesos de forma artesanal. El trabajo ganadero y quesero de ambos hermanos se completa con una comercialización directa, a través de canales cortos, realizada por la propia familia lo que les permite controlar diariamente la salida de los quesos frescos al mercado, vigilando en todo momento que se cumplan las condiciones adecuadas de transporte y conservación para asegurar la óptima calidad de sus productos hasta alcanzar los establecimientos de venta y los consumidores finales. Aunque en El Cañao la actividad quesera es más reciente que la ganadera, de amplia tradición familiar, se ha convertido en poco tiempo en el verdadero motor económico de esta pequeña empresa.

En la quesería El Cañao se elaboran exclusivamente quesos frescos de leche pasterizada de cabra, en formatos de 500 y 800 gramos, de coagulación enzimática y pasta prensada, firme, no cocida. Estos quesos se elaboran artesanalmente empleando como únicos ingredientes leche, cuajo y sal. La leche fresca, recién ordeñada, procede de la explotación ganadera familiar de cabras de raza Murciano-Granadina, que son alimentadas con los recursos naturales y forrajes cultivados en la propia finca, lo cual permite la elaboración artesanal de quesos de calidad diferenciada, sin usar aditivos químicos. De esta manera se conservan todas las características naturales del ecosistema o entorno productivo, respetando siempre la trazabilidad del proceso de elaboración, con los correspondientes controles sanitarios para garantizar en todo momento la salubridad del producto final.



Fuente: Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería (España). Boletín Almería Agrícola (Octubre-Noviembre 2008).
José Luis Ares Cea (profesor)

jueves, 25 de abril de 2013

PREMIADOS LOS QUESEROS ARTESANOS DE ANDALUCÍA (ESPAÑA): CONCURSO AQAA 2005

Mediante la presente Circular Informativa de la Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA) se comunica los resultados del Concurso de Quesos Artesanos de Andalucía 2005. Una vez reunidos los miembros del jurado multidisciplinar el pasado día 9 de julio de 2005, en sesión de cata 'ciega', celebrada bajo la modalidad de "puerta cerrada", en la localidad de Baena (Córdoba, España), e integrado por expertos de diferentes sectores económicos, entre ellos, hostelería, industria y distribución alimentaria, asociaciones empresariales, y por técnicos y especialistas de la gastronomía e investigadores y profesores universitarios, resuelven conceder mediante fallo inapelable los premios que se relacionan a continuación, tras la correspondiente valoración cualitativa de los quesos presentados, dentro de las cuatro categorías establecidas en el concurso.

La metodología empleada por los miembros del Jurado del Concurso consistió en una evaluación sensorial mediante la modalidad de 'cata ciega', empleando diversas fichas técnicas donde se puntuaron individualmente los diversos parámetros de calidad de los quesos presentados a concurso, destacando el aspecto exterior y al corte (interior), su estructura, textura, aroma y sabor, persistencia en la boca y la sensación global al paladar. Esta metodología ha sido desarrollada por José Luis Ares (IFAPA Alameda del Obispo, Córdoba), en base a las investigaciones realizadas en el sector quesero andaluz durante más de veinte años, con más de mil catas de quesos artesanos desarrolladas en todas las comarcas de Andalucía, en las que se recopilaron numerosos datos técnicos de gran utilidad para la caracterización del perfil sensorial de los quesos de la región.

A continuación, se hace pública la relación nominativa de los queseros galardonados en las categorías del Concurso:

Categoría 1: QUESO FRESCO

Primer premio: EL CAÑAO, de la localidad de Abrucena (Almería).
Segundo premio: EL CERRILLO DE LOS PASTORES, de Fuente Carreteros (Córdoba).
Tercer premio: SUR DEL TORCAL, de La Higuera-Antequera (Málaga).


Categoría 2: QUESO MADURADO DE CABRA

Primer premio: SIERRA CRESTELLINA, de la localidad de Casares (Málaga).
Segundo premio: HERMANOS PEÑA, de Baena (Córdoba).
Tercer premio: LAS POCEÑAS, de Pozo Alcón (Jaén).


Categoría 3: QUESO MADURADO DE OVEJA

Primer premio: OLIVA, de la localidad de Villaluenga del Rosario (Cádiz).
Segundo premio: DON GUTIERRE, de Hinojosa del Duque (Córdoba).
Tercer premio: LAS TOBOSAS, de Hinojosa del Duque (Córdoba).


Categoría 4: QUESO EN ACEITE DE OLIVA

Primer premio: MONTEFRIEÑO, de la localidad de Montefrío (Granada).
Segundo premio: LOS BALANCHARES, de Zuheros (Córdoba).
Tercer premio: EL GAZUL, de Alcalá de los Gazules (Cádiz).


La entrega de premios a los queseros galardonados en este Concurso se realizará en Acto oficial y abierto al público, en el marco de la "Feria Mediterránea del Queso y la Gastronomía", que tendrá lugar el sábado 29 de octubre de 2005 a las 14 horas en la Caseta  Municipal de la localidad de Baena.



Fuente: Nota de prensa sobre el Concurso de Quesos Artesanos de Andalucía (10-07-2005). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Manuel Peña Párraga (presidente), y Ana María Rey Gómez (gerente). Sede AQAA: Baena (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)

viernes, 8 de febrero de 2013

2-CÓMO CONSERVAR LOS QUESOS

Las recomendaciones prácticas para la conservación de los productos lácteos de larga vida comercial, entre ellos, los quesos, difieren en algunos aspectos respecto de los alimentos de la gama fresca. En general, muchos quesos madurados pueden almacenarse en lugares no refrigerados o en ambientes naturales, siempre que reúnan unas condiciones mínimas que no alteren su calidad final.

Aunque existen muchos tipos de quesos curados, cuyos procesos de elaboración y maduración requieren distintas condiciones tecnológicas, principalmente en los sistemas productivos de las empresas queseras según las recetas utilizadas, como sucede con las innumerables variedades de pasta blanda, de pasta firme semidura y dura, de coagulación ácida, de pasta verde o azul, de pasta cocida, pasta lavada, entre otras, lo cierto es que una vez comprados y transportados hasta nuestros hogares, su conservación es bastante sencilla, sin que por ello se alteren las características cualitativas de los productos adquiridos.

No obstante, si queremos conservar intactas sus características cualitativas naturales se recomienda tener en cuenta algunos aspectos durante el tiempo que dure la conservación de los quesos en nuestras casas hasta el momento de su consumo. Entre las principales características de los quesos madurados hay que considerar el tiempo de curación o maduración del producto, el aspecto exterior y tipo de corteza (natural, con recubrimientos artificiales, con presencia o no de mohos o de bacterias, con especias, etc.), la consistencia y firmeza de la pasta (interior), la presencia de humedad o 'sudado' exterior (suero sobrante, grasas fundidas), etc.

Cuando el queso se ha comprado entero es conveniente 'picarlo' con un catador especial o un simple palillo de madera para comprobar su aroma, e incluso cortar un pequeño trozo y degustarlo para catar su sabor. Estas sencillas pruebas nos permitirán conocer mejor las características cualitativas del queso, y evaluar si las mismas son las más adecuadas para nuestro paladar, o en caso contrario, almacenaremos el producto en nuestra casa durante un cierto tiempo hasta que consideremos que está "a punto" para degustarlo.

Para almacenar este tipo de quesos madurados, en general, podemos utilizar nuestras viviendas sin grandes complicaciones, eligiendo siempre aquellos lugares o recintos naturales más frescos y ventilados; en este sentido, se pueden utilizar desde los sótanos, bodegas, altillos hasta las despensas o alhacenas de las cocinas, incluidas las tradicionales 'queseras' de madera, cerámica, o cristal, sin olvidar que estos quesos están "vivos" y "respiran" y continuan evolucionando hasta su consumo, por lo que no conviene colocarlos en recipientes o utensilios herméticamente cerrados.

No cabe duda de que cuánto mejores sean las condiciones ambientales de los lugares donde almacenemos los quesos, menos se alterarán sus propiedades y más disfrutaremos durante su degustación.

Fuente: Informe Técnico (2005). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Manuel Peña Párraga (presidente). Sede AQAA: Baena (Córdoba, España).
José Luis Ares y Ana María Rey (autores)

lunes, 26 de noviembre de 2012

CATA DE ALIMENTOS 'SERRANOS': SERRANÍA DE RONDA (ESPAÑA)

Los cambios en los usos y costumbres alimentarios de un porcentaje creciente de la población en muchos de los países económicamente más desarrollados, demandando alimentos genuinos de calidad diferenciada, libres de sustancias químicas y de propiedades más saludables, representa un reto importante para el sector agroalimentario.

En este sentido, las microempresas artesanales y pequeñas industrias asentadas en el territorio rural tienen una excelente oportunidad para responder a estas nuevas demandas de los consumidores, por tener unos sistemas productivos tradicionales interrelacionados con su entorno natural, basados en tecnologías sencillas muy dependientes de los recursos autóctonos, el uso de materias primas frescas, las prácticas artesanales de elaboración, el "saber hacer" de las recetas antiguas, el respecto de las condiciones ambientales propias del lugar, la venta directa al consumidor y los canales cortos de distribución, etc.

Los alimentos elaborados por estas pequeñas empresas rurales presentan diferentes características cualitativas que los diferencian de los elaborados en las grandes industrias mediante sistemas automatizados de mayor complejidad tecnológica y con procesos muy estandarizados destinados a las producciones masivas, que presentan unos atributos uniformes de calidad final.

No obstante, por sí solas las diferencias cualitativas existentes entre ambos modelos productivos no asegura el éxito comercial de las producciones artesanales, sino se explican adecuadamente sus principales características a los consumidores y a los profesionales de sectores directamente relacionados con la actividad agroalimentaria, como el turismo o la gastronomía.

En el caso de los alimentos elaborados en zonas de sierra o montaña, las condiciones ambientales y paisajísticas, los recursos naturales autóctonos, los sistemas productivos extensivos, las recetas tradicionales, etc., confieren unas características de calidad diferenciada contrastable mediante técnicas de evaluación sensorial.

La promoción de la calidad de los alimentos 'serranos', como los elaborados en la Serranía de Ronda(Málaga, España), requiere de actuaciones específicas dirigidas en primer lugar a los colectivos implicados en la zona (productores e industriales, distribuidores, profesionales del turismo y la hostelería, expertos gastronómicos, periodistas, asociaciones de consumidores). 

Durante la Jornada gastronómica organizada en el marco de la Real Feria de Mayo celebrada en la localidad de Ronda, se realizó una presentación y degustación de alimentos y bebidas 'serranos' elaborados en la zona: aceite de oliva, jamones, embutidos, vinos y quesos.


Fuente: I Jornada Gastronómica de la Serranía de Ronda, Real Feria de Mayo (2005). Ronda (Málaga, España).
José Luis Ares Cea (coordinador de la cata)

viernes, 23 de noviembre de 2012

4-CATA DE QUESOS: FASE OLFATO-GUSTATIVA

En la fase olfato-gustativa de la cata de quesos intervienen los sentidos del tacto, oído, olfato y gusto. El conjunto de sensaciones olfato-gustativas constituye la fase más importante de la cata del queso, ya que permite la percepción de olores, texturas, aromas, sabores y otras sensaciones que, junto con el gusto residual y la persistencia final, posibilitan la descripción e identificación correctas de los quesos.

Para evaluar la textura del queso se emplean los elementos mecanoreceptores de la boca (lengua, muelas y dientes). La textura tiene un importante papel en la percepción de los sabores del queso. Al morder el queso, se comienza a percibir las diversas características mecánicas, tales como la firmeza o el grado de dureza, deformabilidad, adhesividad, cohesividad y su friabilidad o facilidad para desmenuzarse en muchos pedazos, etc. 

Desde el comienzo hasta el final de la masticación se percibe la granulosidad de la pasta, una sensación que puede ser de tipo: fino (harina fina, azúcar 'glassé') como en las 'tortas' y otros quesos blandos, arenoso (pera tierna) típico de ciertos azules, granuloso (sémola). Asimismo, existen otros aspectos de la textura en boca que aportan una valiosa información sobre el queso catado, como por ejemplo, la solubilidad, es decir, cuando una muestra funde más o menos rápido en la boca. En este sentido, los quesos tipo 'torta' tienen una alta solubilidad en boca.

El grado de humedad del queso puede ser muy bajo cuando necesitamos producir mucha saliva mientras masticamos la muestra para poder tragarla. Por el contrario existen quesos con una impresión de humedad alta (liberan mucha humedad) tales como los frescos muy jugosos. La gomosidad se manifiesta en aquellos quesos cuya consistencia plástica se hace deformable o 'maleable' después de un cierto esfuerzo bucal. Otra característica es la pastosidad, presente en quesos que tienen simultáneamente un carácter adherente y harinoso.

Con el sentido del oído se puede percibir una sensación crujiente cuando masticamos un queso con pequeños 'cristales', atributo típico de quesos de larga curación. Aunque hay discrepancias entre los expertos, muchos catadores no consideran un defecto la presencia de pequeños 'cristales' en determinados tipos de quesos añejos, sino más bien un atributo característico de su proceso de larga maduración, interpretado como una prueba de autenticidad del producto catado.

El tipo de olor y su intensidad se percibe cuando acercamos el queso a la nariz. Dicha intensidad puede ser baja como en los quesos frescos o tiernos de vaca o muy alta en los quesos azules y otros muy fermentados (proteolizados). Una vez que hayamos olido el queso y apreciado su intensidad, pasamos a identificar dicho olor con la familia correspondiente: Lácticos (yogur, mantequilla, leche cocida, nata, suero, etc.), Vegetales(hierba, heno, madera verde, verduras, etc.), Florales (miel, rosa, violeta, etc.), Afrutados (cítricos, frutas tropicales, manzana, albaricoque, frutos secos crudos, etc.), Torrefactos (caramelo oscuro, vainilla, frutos secos tostados, café, chocolate, etc.), Especias (clavo, nuez moscada, menta, pimienta, etc.), Animales (establo, estiércol, cuajo, etc.), Olores agresivos (rancio, amoniacal, butírico, acético, agrio, jabón, pútrido, propiónico, sulfuroso, picante en nariz, mohoso, etc.).

El aroma del queso es definido como un conjunto de sensaciones que detectamos por vía retronasal durante la degustación. Para captarlo hay que masticar el queso durante algunos segundos manteniendo la respiración, a continuación se libera el aire por la nariz en varias veces ("a rachas"), con la boca cerrada, con el fin de que se manifiesten los diferentes aromas y su intensidad. La intensidad del aroma es muy variable, desde ligera o débil en los quesos tiernos y pasterizados de media curación hasta muy alta en los de leche cruda de larga curación. Los aromas se identifican por familias de la misma manera que para el caso de los olores.

Los sabores básicos o elementales de los quesos los percibimos en la lengua. El dulce y salado en la parte baja (adelante), el sabor ácido en los laterales y el amargo en la parte alta (atrás) y hacia el centro. En la cavidad bucal también se pueden percibir otras sensaciones extrañas denominadas habitualmente "sensaciones trigéminales”, caracterizadas por sabores irritantes (picante, astringente, ardiente, etc.) y agresivos (acre, metálico, medicamentoso, etc.).

El gusto residual (regusto o retrogusto) es una sensación olfato-gustativa que aparece al final de la degustación del queso y que difiere de las sensaciones percibidas durante su permanencia en boca. En el gusto residual pueden aparecer aromas, sabores elementales y otras sensaciones intrabucales y se procede de la misma manera que en la evaluación del olor y el aroma.

Finalmente, la persistencia global es la duración de la sensación olfato-gustativa, es decir, el tiempo que permanece el sabor en boca y que puede ser breve si dura menos de 3 segundos, media entre 10 y 15 segundos y larga si persiste más de 30 segundos.


Fuente: Docencia en la Universidad de Córdoba (España).
José Luis Ares Cea (autor)

3-CATA DE QUESOS: FASE VISUAL

Toda cata de quesos comienza con la evaluación de las características organolépticas de las muestras mediante el sentido de la vista (fase visual).

En primer lugar se debe evaluar el aspecto exterior del queso, es decir, qué forma tiene el queso entero cilíndrico, tubular, discoidal, etc); cómo es la corteza o superficie (lisa, rugosa, con marcas, lavada con vino, untada de aceite, etc.); el color de la corteza; el tamaño del producto entero, que puede ser muy variable de unos quesos a otros (desde 50 gramos hasta 10-12 kilogramos, entre los de consumo más habitual).

A continuación, se procede a cortar o preparar el queso para evaluar su aspecto interior. En esta etapa se debe valorar el color de la pasta que, en general, suele ser blanquecino en los quesos de cabra aunque los muy maduros pueden llegar a tener tonalidades "marfil" o "hueso"; los quesos de oveja son de color blanco-anarillento hasta un color amarillo tenue o pajizo en los madurados; el color en los quesos de vaca varía del blanco-amarillento en los más tiernos al amarillo-anaranjado en los más curados. La intensidad del color  amarillo es más fuerte cuando el queso está elaborado con leche de animales en pastroreo, que se alimentan con pastos y forrajes frescos.

En los quesos denominados “azules” (pasta azul), por acción de los mohos (quesos enmohecidos), predomina la pasta de color blanco a blanco-marfil con vetas verde-azuladas más o menos oscuras y abundantes dependiendo del tipo de receta y condiciones de maduración.

El tamaño, la forma, la cantidad y la distribución de los ojos o agujeros indican si el queso ha tenido o no una correcta fermentación. Los buenos quesos de leche cruda poseen ojos pequeños (1-2 mm), redondos o ligeramente aplastados, brillantes, repartidos de forma uniforme en toda la pasta y en cantidad limitada. La existencia de aberturas o cavidades en la pasta indican una calidad defectuosa; lo mismo ocurre cuando el queso está "hinchado" o "abombado" y cuando, incluso, se aprecian olores desagradables al cortarlo o prepararlo para su degustación. Los quesos sin ojos o agujeros, también se denominan de textura cerrada o de pasta "lisa".

En quesos muy curados es frecuente la presencia de puntos blancos (cristales de tirosina), que para muchos consumidores no deprecia la calidad del queso.

En esta fase visual de la cata se pueden apreciar tanto las cualidades positivas de los quesos como las anomalías debidas a la presencia de defectos y alteraciones en los estándares de calidad de los productos catados. Los defectos más habituales en los quesos se pueden clasificar en dos grupos: las alteraciones de la superficie o corteza, y las del interior o pasta.

Entre las primeras son frecuentes las coloraciones heterogéneas, manchas multicolores, grietas o aberturas extrañas, ojos o agujeros irregulares, corteza pegajosa, deformaciones, etc. Las alteraciones de la pasta más habituales son: deformaciones (abombamiento), grietas o aberturas extrañas,  coloraciones heterogéneas, manchas multicolores, pasta adhesiva, suero sobrenadante, reblandecimiento, "cerco" pronunciado (zona próxima a la corteza), "desmoramiento" al corte (pasta no cohesiva), etc.


Fuente: Docencia en la Universidad de Córdoba (España).
José Luis Ares Cea (autor).

jueves, 22 de noviembre de 2012

ANÁLISIS SENSORIAL DE QUESOS: TÉCNICA DE CATA

El análisis sensorial consiste en evaluar a través de los sentidos las características o atributos de un determinado producto agroalimentario. En general, el análisis sensorial está aún poco presente en los planes de control de calidad desarrollados en la industria quesera, a diferencia de lo que ocurre con otros alimentos. Sin embargo, durante los últimos años, el análisis sensorial va cobrando mayor importancia, especialmente, en los quesos protegidos por denominaciones de origen y otras menciones de calidad diferenciada.

En primer lugar, hay que señalar que aunque la cata es una actividad eminentemente subjetiva, a diferencia de lo que ocurre con otras técnicas analíticas de alimentos, no obstante, mediante el entrenamiento previo se consigue formar paneles de catadores expertos, capaces de valorar los productos catados dentro de rangos de puntuación bastante acotados.

Existen muchos tipos de catas de quesos, entre las modalidades más comunes, destacan las descriptivas, las promocionales, los concursos, las degustaciones informativas, debiendo elegirse la técnica adecuada en cada caso. Empleando la técnica elegida, el panel de catadores procede a evaluar los quesos de la sesión de cata correspondiente, realizando un "escaneo" o "radiografía" de los atributos presentes en las muestras catadas. Esta información puede ser comparada con referencias de calidad facilitadas en la propia sesión de cata (carta de colores, escalas de texturas, colección de aromas, etc.), o de forma empírica mediante las impresiones sensoriales basadas en los conocimientos adquiridos previamente.

Los resultados de la cata se recopilan en diferentes tipos de fichas técnicas utilizando modelos adaptados a cada caso. La cumplimentación de las fichas técnicas se realiza individualmente por parte de cada catador, con el fin de que la evaluación sensorial resulte lo más imparcial posible. La valoración de los atributos del queso se realiza mediante sistemas de puntuación comprendidos entre valores prefijados según los tipos de productos catados. Con frecuencia se emplean valores comprendidos en una escala de 0-9 puntos, aunque este rango puede ser inferior o superior.

En el caso de la cata de quesos, se distinguen dos fases claramente diferenciadas. En una primera, la fase visual, los catadores evalúan la presentación de los quesos, puntuando primero el aspecto externo (corteza, formato, tamaño, color, posibles defectos, etc.); a continuación, se evalúan los atributos del queso “al corte” (color, firmeza, cerco, defectos, etc.). La segunda fase se denomina olfato-gustativa, que es en general, la que incluye los atributos principales en la evaluación de la calidad global del queso (aroma, textura en boca, olor, sabor, retrogusto).

Un catador experto debe tener entre sus principales cualidades, la disciplina, la percepción sensorial, la concentración y la reflexión comparativa, y una buena memoria. El tabaco, las especias, el alcohol, el picante y la sal ocultan sabores y enmascaran aromas sutiles, por lo que es preciso evitar su consumo en las horas previas a la sesión de cata. Es importante que los miembros de los paneles de cata utilicen un vocabulario común que permita utilizar criterios uniformes en las valoraciones sensoriales.


Fuente: Docencia en la Universidad de Córdoba (España).
José Luis Ares Cea (autor).

2-CATA DE QUESOS: PREPARACIÓN SESIÓN

En la preparación de una sesión de cata de quesos intervienen un conjunto de elementos fundamentales para el correcto desarrollo de la actividad, entre ellos, es muy importante la elección de un lugar o recinto adecuados para su realización, así como las condiciones ambientales interiores (luz, temperatura, humedad relativa, ventilación).

El lugar de realización de la sesión de cata de quesos será preferentemente un recinto cubierto, sin ruidos ni olores extraños, provisto de agua potable, con buena iluminación (natural mejor que artificial), y unas condiciones de temperatura de 20-22ºC, humedad relativa de 60-70%, y óptima ventilación. Existen salas de cata diseñadas específicamente para la realización de esta actividad, con compartimentos individuales para los catadores, que incluyen los elementos necesarios y el control de las condiciones ambientales. 

La preparación de una cata requiere también disponer de una serie de materiales y utensilios adecuados según los distintos tipos de quesos (cuchillo, hilo cortante, tenedor, cuchara, platos, vaso o copa, servilletas).

Cada catador debe tener a su disposición suficiente cantidad de pan o palillos de bajo contenido en sal, manzanas ligeramente ácidas y agua de mineralización débil. Entre queso y queso se come un poco de pan o manzana para eliminar los posibles "recuerdos" de la cata anterior, y se bebe agua mineral para "limpiar" la boca antes de realizar la cata siguiente. 

Los quesos enteros se mantienen refrigerados a 4-8ºC, y unas 2-4 horas antes de su preparación se ponen a temperatura ambiente para que se atemperen antes de inciar la sesión de cata. 

En la modalidad de cata denominada "ciega", la preparación previa de los quesos consiste en eliminar las etiquetas y cualquier signo o marca comercial para garantizar el anonimato de la procedencia de las muestras. En otros modos de cata (promocionales, exposiciones, ferias, degustaciones informativas, etc.) se presentan los quesos con sus etiquetas originales.

La persona responsable de la organización de la cata debe establecer el orden de presentación de los quesos, teniendo en cuenta las características sensoriales de los mismos, principalmente, la intensidad del olor y sabor. Se recomienda comenzar la sesión de cata con los quesos más suaves y terminar con los más fuertes.

En el caso de que se desee catar un elevado número de quesos, conviene realizar una clasificación previa de las muestras en grupos y categorías, de manera que nunca se organicen sesiones muy intensivas. El número óptimo de quesos por catador es de 6-8 muestras por grupo o categoría. En las catas técnicas no debe superarse las 20-24 muestras por sesión o jornada diaria. 

Atendiendo al tipo de leche empleada según la especie animal de procedencia, las muestras a catar se pueden clasificar como quesos de vaca, cabra, oveja, búfala, otras, y sus respectivas mezclas. Otro modo de clasificación utilizada frecuentemente en la cata tiene en cuenta la consistencia de la pasta del queso: blanda, semidura, dura; también se pueden clasificar los quesos por su grado de maduración como frescos, tiernos, semicurados, curados, viejos, añejos; de textura abierta o cerrada; de pasta lavada, cocida, filante, fundida; quesos de coagulación láctica, enzimática o mixta; quesos enmohecidos en corteza, pasta azul, etc.

Los quesos deben cortarse o prepararse con los elementos adecuados a los distintos tipos de muestras (cuchillos, hilos cortantes, raspadores, cucharas, etc.) en el momento previo al inicio de la cata (30-45 minutos antes) para evitar su oxidación y la modificación de sus características organolépticas.

Fuente: Docencia en la Universidad de Córdoba (España).
José Luis Ares Cea (autor).

lunes, 12 de noviembre de 2012

1-CATA DE QUESOS: ORGANIZACIÓN

A la hora de organizar una cata o una degustación de quesos hay que tener en cuenta una serie de aspectos fundamentales que condicionan, en gran medida, el éxito de estas actividades. Conviene hacer siempre un programa previo de la actividad que se va a realizar, incluyendo la metodología según la naturaleza de la misma (cata técnica o degustación informal), el lugar o recinto, los materiales y utensilios a utilizar, el personal necesario, el tipo de colectivo al que se dirige, el número de personas participantes, el horario de la sesión, los tipos de quesos y número de variedades previstas, los modelos de fichas técnicas a cumplimentar, la preparación y orden de presentación de los quesos, los tiempos de cada sesión, entre otros. 

Una vez redactado el programa y realizados todos los preparativos iniciales, es imprescindible comenzar con una explicación de la actividad y las instrucciones y las normas a seguir, dirigida a todos los participantes, con una mayor o menor extensión y profundidad según las características del evento. Según mi experiencia personal, con más de mil catas de quesos organizadas durante mi actividad profesional hasta la fecha, las charlas previas a los participantes no deben alargarse demasiado (máximo: 15-20 minutos), empleando un lenguaje claro, con unos contenidos seleccionados en función del tipo de evento y del colectivo participante. 

Durante las dos últimas décadas, el análisis sensorial ha incrementado su importancia dentro de los sistemas de control de calidad de alimentos, empleándose habitualmente en muchos sectores productivos (vinos, aceites, jamones, etc.). La evaluación de un alimento a través de nuestros cinco sentidos (vista, oído, tacto, olfato y gusto), aunque de carácter subjetivo, nos aporta una información valiosa sobre las características o atributos organolépticos del producto final, e incluso, de las materias primas e ingredientes utilizados en el proceso de elaboración.

En general, si bien el análisis sensorial está aún poco desarrollado en la industria láctea, no obstante su empleo se va extendiendo progresivamente, durante los últimos años, en el control de calidad de los quesos amparados por denominaciones de origen, muchas de las cuales han formado y puesto en marcha sus propios paneles de catadores expertos (consejos reguladores).

Existen diversas formas de presentar los resultados de la actividad realizada, según sean los criterios establecidos inicialmente (nominativos, anónimos, valores absolutos, valores relativos, análisis comparados, etc.). En cualquier caso los resultados obtenidos en las catas y degustaciones, se hayan presentado sólos o acompañados de otra información complementaria, deberían utilizarse como instrumentos para mejorar la calidad de los quesos evaluados sensorialmente y, en general, para elevar el nivel de formación de los consumidores.


Fuente: Docencia en la Universidad de Córdoba (España).
José Luis Ares Cea (autor)