En un trabajo de investigación se ha estudiado el empleo de semillas de lino y girasol y sus aceites en la suplementación de la dieta alimentaria de la cabra. Los resultados preliminares indican mayores niveles de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) en la grasa de la leche, esencialmente ácidos grasos trans y ácido ruménico, cuando en la ración se empleaba el aceite directamente. Al parecer la alteración del metabolismo ruminal del animal, determinaría una biohidrogenación menos eficiente, con los consiguientes cambios en la utilización de la dieta por parte de la cabra, que afectarían también a la cantidad y composición de la leche obtenida.
Por otra parte, al comparar igualmente, lo que sucede al emplear semilla de lino, de girasol, altramuz o de soja, se deducía que bajo consumo de la dieta con altramuz, la transferencia a leche de los ácidos grasos poliinsaturados, resultaba menos eficiente, lo que podría deberse a la existencia de algún compuesto presente en el altramuz que provocaría una biohidrogenación más alta. Igualmente y como consecuencia de la biohidrogenación de los ácidos grasos poliinsaturados, y de la consiguiente formación de ácidos grasos saturados, aumentaba la actividad de la D-9 desaturasa mamaria, incrementándose la razón oleico/esteárico en la leche producida.
De la comparación del comportamiento de estas cuatro semillas, se registraban en la leche mayores concentraciones tanto del ácido vaccénico como ruménico cuando se empleaba semillas de girasol, debido seguramente al modo de la biohidrogenación de los ácidos grasos poliinsaturados correspondientes. En el caso de la semilla de lino y soja, esto ocurriría lentamente, consiguiéndose en consecuencia, una biohidrogenación más completa, originándose los ácidos grasos totalmente saturados, no formándose por tanto, ni los trans C18:1 ni CLA.
Por otra parte, al comparar igualmente, lo que sucede al emplear semilla de lino, de girasol, altramuz o de soja, se deducía que bajo consumo de la dieta con altramuz, la transferencia a leche de los ácidos grasos poliinsaturados, resultaba menos eficiente, lo que podría deberse a la existencia de algún compuesto presente en el altramuz que provocaría una biohidrogenación más alta. Igualmente y como consecuencia de la biohidrogenación de los ácidos grasos poliinsaturados, y de la consiguiente formación de ácidos grasos saturados, aumentaba la actividad de la D-9 desaturasa mamaria, incrementándose la razón oleico/esteárico en la leche producida.
De la comparación del comportamiento de estas cuatro semillas, se registraban en la leche mayores concentraciones tanto del ácido vaccénico como ruménico cuando se empleaba semillas de girasol, debido seguramente al modo de la biohidrogenación de los ácidos grasos poliinsaturados correspondientes. En el caso de la semilla de lino y soja, esto ocurriría lentamente, consiguiéndose en consecuencia, una biohidrogenación más completa, originándose los ácidos grasos totalmente saturados, no formándose por tanto, ni los trans C18:1 ni CLA.