jueves, 9 de mayo de 2013

PROTAGONISTAS: ¿PRODUCCIÓN ECOLÓGICA O INTENSIVA EN LA UNIÓN EUROPEA?

Durante las dos últimas décadas la Política Agraria Europea (PAC) ha experimentado cambios importantes en sus líneas prioritarias, destacando la mayor relevancia de los programas dirigidos a fomentar un desarrollo rural más sostenible en base a sistemas productivos más respetuosos con el medio ambiente. En este sentido, se da un paso importante en las políticas agrarias implantadas hasta entonces, ya no se trata únicamente de producir alimentos para el abastecimiento cuantitativo de la población, sino de atender las nuevas exigencias de los consumidores en materia de calidad y seguridad alimentaria. 

Por otra parte, las anteriores políticas agrarias comunitarias habían sido tan "eficaces" en sus modelos productivos intensivos que se habían generado importantes excedentes de alimentos, de difícil colocación en el mercado internacional, y cuyos costes de almacenamiento y financiación suponían unas cargas económicas muy elevadas para el presupuesto de la Unión Europea. 

Esta mayor intensificación de los sistemas productivos comunitarios estaba además incidiendo negativamente en las condiciones medioambientales de muchas zonas rurales e incluso urbanas, tal como demostraban los distintos estudios realizados sobre indicadores de contaminación en ambas áreas territoriales. No podemos olvidar que el impacto real de esta progresiva incorporación de innovaciones tecnológicas más intensivas en la agricultura y la ganadería tradicionales, principalmente en aquellas áreas de montaña, dehesas, zonas áridas y semiáridas y otros ecosistemas frágiles, debe evaluarse no sólo desde el punto de vista de la eficiencia en la propia intensificación de los nuevos sistemas productivos y en la mejora de la productividad de las explotaciones agrarias, sino que es muy importante tener también en cuenta la sostenibilidad medioambiental de dichas estrategias a corto y medio plazo. La contaminación ambiental, en la que actividad agraria contribuye de modo relevante, constituye un grave problema tanto en las grandes ciudades y zonas industriales urbanas como en el propio medio rural, donde la calidad de vida de sus habitantes puede verse afectada por este problema.

Afortunadamente, en las últimas reformas de la PAC se establecieron nuevas estrategias dirigidas a fomentar una actividad agroalimentaria moderna y eficiente mediante el apoyo a la incorporación de aquellas tecnologías suficientemente contrastadas y exentas de riesgos ecológicos, dirigidas a potenciar un modelo empresarial más respetuoso con conservación de la naturaleza; es decir, se trata de hacer compatibles la productividad y rentabilidad de las explotaciones agrarias mediante un aprovechamiento más racional de los recursos naturales. Al mismo tiempo, esta menor intensificación de los sistemas productivos permitirá reducir los importantes excedentes agrarios en la Unión Europea (cereales, leche, carne, etc.), disminuyendo los gastos generales (financiación, subvenciones, costes de almacenamiento, etc.), de repercusiones muy negativas para el conjunto de la sociedad.

En este contexto, resulta de vital importancia el desarrollo de nuevos sistemas de producción adaptados a las condiciones locales que permitan mejorar el aprovechamiento de numerosas zonas rurales potencialmente productivas (montes, dehesas, pastos comunales, etc.), generando rentas complementarias con un indudable valor socioeconómico. De esta manera se contribuye decisivamente a elevar el nivel de vida de la población agraria, evitando en gran medida el abandono de muchas zonas rurales.



José Luis Ares Cea (conferenciante)