martes, 7 de mayo de 2013

PROTAGONISTAS: DEHESA Y GANADERÍA ECOLÓGICA

La dehesa es por definición uno de los sistemas de producción ganadera más cercanos al concepto de actividad ecológica, siendo este ecosistema el más importante de todos los existentes en España y, muy especialmente, en Andalucía, tanto por superficie territorial como por la calidad diferenciada de sus producciones. En este sistema “agrosilvopastoral”, único en Europa, han convivido en perfecta armonía con el medio ambiente, durante siglos, las más diversas actividades humanas agrícolas, ganaderas y forestales, manteniendo el desarrollo sostenible de explotación de los recursos del ecosistema natural hasta nuestros días.

La importancia de la dehesa desde el punto de vista medioambiental ha sido reconocida internacionalmente, principalmente como fuente de biodiversidad., y de producciones ganaderas de alta calidad. El territorio ocupado actualmente por la dehesa en la Península Ibérica se aproxima a los 3,6 millones de hectáreas, siendo 2,4 y 1,2 millones ha las superficies española y portuguesa, respectivamente.

En España, la dehesa se extiende principalmente por las zonas centro y suroeste, destacando por su superficie las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, y Madrid. Las regiones portuguesas más extensas según su superficie de dehesa o “montado”(nombre dado en Portugal) son el Alentejo y el norte del Algarve. En este sentido, las dehesas forman parte del patrimonio cultural de un área geográfica extensa que ocupa más del 25% del territorio de la Península Ibérica, contribuyendo a la fijación de la población rural de más de 500 municipios.

El aprovechamiento de la dehesa permite la existencia de un tejido empresarial importante, orientado especialmente a las producciones ganaderas artesanas y tradicionales que constituyen las señas de identidad más apreciadas por la sociedad en su conjunto (productos del cerdo ibérico, carne de vacuno, corderos y cabritos lechales, quesos y derivados lácteos, miel). El carácter multiproductivo y extensivo del ecosistema de la dehesa constituye su principal fortaleza al obtener producciones de calidad diferenciada en condiciones respetuosas con el medio ambiente y la conservación de los recursos naturales autóctonos.

Las especies forestales predominantes en los sistemas de la dehesa son las pertenecientes al género Quercus, principalmente encinas y alcornoques y, en menor proporción, quejigos y otros robles; en algunas zonas pueden encontrarse formando parte del arbolado principal especies como el acebuche, el fresno o la sabina, entre otras. En la mayoría de las dehesas coexisten las superficies de vegetación arbórea, pastos, pastizales y monte mediterráneo, con otras donde se practican actividades agrícolas y ganaderas extensivas. Precisamente ha sido el pastoreo de los animales uno de los aprovechamientos tradicionales de la dehesa y que ha dado lugar a una importante actividad económica en muchas zonas rurales.

Las actividades realizadas durante muchos años en la dehesa han permitido la selección natural de varias razas autóctonas muy adaptadas al medio geográfico, siendo su presencia aún hoy mayoritaria en las explotaciones ganaderas españolas (cerdo Ibérico, vacas Retinta y Morucha, oveja Merina, cabra Blanca Andaluza, etc.).

Andalucía es una de las regiones españolas con mayor superficie de dehesa, repartida principalmente por Sierra Morena y las serranías de Cádiz, con una extensión cercana al millón de hectáreas, que representa más del 10% del territorio regional. En general, las dehesas andaluzas se caracterizan por su ubicación en zonas ligeramente montañosas (sierras, serranías y montes) de suelos poco fértiles no aptos para otros aprovechamientos distintos del ganadero o forestal, aunque ocasionalmente pueden cultivarse bajo régimen de secano extensivo. Las dehesas forman parte esencial de los paisajes de diversos espacios andaluces protegidos, entre ellos, los parques naturales de Cardeña y Montoro y la Sierra de Hornachuelos, ambos en la provincia de Córdoba, Andujar en Jaén, Los Alcornocales en Cádiz, Sierra de Aracena y Picos de Aroche en Huelva y Sierra Norte en Sevilla.

En este sentido, la protección de la dehesa y de su entorno socioeconómico forma parte de las prioridades de desarrollo rural y de conservación de la naturaleza, tanto en el ámbito de la Comunidad Autónoma andaluza como en el nacional e internacional. A propuesta de Andalucía se declaró a las dehesas de Sierra Morena como Reserva de la Biosfera, que con una extensión de unas 424.000 hectáreas se convierte así en el mayor espacio protegido de este tipo en España y uno de los mayores del mundo (UNESCO, 2002).

La realidad actual demuestra que una adecuada planificación permite aprovechar racionalmente los recursos naturales de este espacio protegido y otros ecosistemas del territorio andaluz, con el desarrollo de múltiples actividades agrarias ecológicas, entre ellas, la ganadería lechera de pequeños rumiantes (ovejas y cabras).


José Luis Ares Cea (conferenciante)