jueves, 8 de noviembre de 2012

ELABORACIÓN QUESOS DE OVEJA CHUBUT (ARGENTINA)

En la mayoría de los países del mundo la leche de oveja se destina principalmente a la elaboración de quesos, siendo amplio el número de variedades presentes en el mercado internacional. En el caso de Argentina, según un estudio realizado por Ingrid Bain (INTA-Trelew) en el Valle Inferior del río Chubut (Patagonia), la leche de oveja se utiliza mayoritariamente para la elaboración de cuatro tipos de quesos (16 variedades comerciales) y, en menor medida, como materia prima de otros productos lácteos, entre ellos, el dulce de leche, la ricota, yogur, helados, y diversos postres. Un pequeño porcentaje de la leche se envasa y se comercializa para el cosumo en forma líquida (fluída). 

Según los datos recopilados, la producción de quesos de oveja en Argentina es aún poco importante, superando ligeramente las 75 toneladas en la campaña 2001-2002; sin embargo, dicha producción ha venido aumentando progresivamente durante los últimos años. 

En el Valle Inferior del río Chubut existen tres pequeñas industrias que elaboran quesos puros de oveja y otra que se dedica a la fabricación de quesos de vaca, y que esporádicamente, elabora quesos puros de oveja y quesos de mezcla (60% vaca-40 % oveja).

En esta zona existen empresas queseras bajo tres tipos de modelos de integración (sectores primario y secundario):

1.Productor individual: participa de varios eslabones de la cadena agroalimentaria al encargarse de la producción de leche, la elaboración de quesos, distribución y, en algunos casos, la venta directa al consumidor final (ferias, exposiciones).

2.Productores asociados: elaboran los quesos y se encargan de la distribución y venta directa, entregando una parte de la producción a un distribuidor.

3.Productores que comparten las instalaciones: elaboran conjuntamente los quesos y otros derivados lácteos en una única planta industrial, pero los comercializan en forma separada.

En la zona estudiada, la producción de quesos de oveja se realiza a una escala artesanal, predominando las queserías de pequeña dimensión, con una capacidad de 200-350 litros diarios. Las instalaciones constan de una sala de elaboración con una cuba de cuajado (tina) provista de liras de corte e instrumentos de agitación, mesa de moldeo, prensa, saladero, cámara de maduración de quesos, etc.; también disponen de un pequeño laboratorio para el control de calidad (determinaciones analíticas básicas).

Los cuatro tipos de quesos elaborados con leche de oveja son los siguientes: frescos, blandos, semiduros y duros, siendo los dos últimos los de mayor comercialización. Los quesos frescos se comercializan inmediatamente tras su elaboración, manteniéndose bajo condiciones de refrigeración hasta el momento de su consumo.

El queso de pasta blanda es un queso joven, con unos 15 días de maduración y pasta de color blanco; predomina el sabor a leche de oveja dado su escaso período de maduración. Se comercializa en piezas (hormas) de 250 gramos, etiquetados, envasados al vacío, con presentación natural o con diversas especias. También se comercializan en piezas de 1,4 kg.

El queso de pasta semidura tiene una textura cerrada (sin agujeros u ojos), de color blanco marfil, con un período de maduración de 45 a 75 días. Estos quesos presentan un sabor y aroma más intensos; se comercializan en piezas de 250 gr etiquetadas y envasadas al vacío, y de 500 gr recubiertos con cera de abeja. 

El queso de pasta dura presenta una textura cerrada y elástica, con un período de maduración de 180-270 días; su sabor y aroma son muy intensos. Se comercializa en piezas de 1,7 kg y 3,7 kg, aproximadamente, y también cortado en cuñas.

Fuente: Elaboración de quesos artesanales con leche de oveja: Valle Inferior del Río Chubut, idia XXI (artículo). Ingrid Bain (INTA-Trelew). Chubut (Argentina).
José Luis Ares Cea (profesor-cooperación internacional)

CALIDAD LECHE DE OVEJA PATAGONIA (ARGENTINA)

La producción mundial mundial de leche de oveja se concentra en los continentes asáitico y europeo, por ese orden, principalmente en China, Turquía, Siria, Irán,Italia, Grecia, España, Rumania y Francia. Actualmente, algunos países del continente americano están apostando por esta actividad, entre ellos, Argentina donde, según un estudio realizado por Ingrid Bain (INTA-Trelew), la producción de leche de oveja es una alternativa interesante para los productores ovinos de la Patagonia (al sur del país).

La producción de leche de oveja en Argentina superó las 550 mil toneladas en la campaña 2001-2002, con 56 explotaciones ovinas lecheras, un censo de 3200 ovejas y 27 queserías (SAGYPA). Durante estos últimos años este sector ha continuado su nivel de desarrollo, orientando su actividad hacia las producciones lácteas de mayor calidad.

En este sentido, desde el INTA-Trelew se ha venido trabajando con los productores en la mejora de la calidad de la leche de los rebaños ovinos, principalmente, en el Valle Inferior del río Chubut.

La leche de oveja se caracteriza por su alto contenido de sólidos totales (especialmente de grasas y proteínas, con porcentajes de 6,5-12,0, y 4,8-6,5, respectivamente), y por presentar también otras características cualitativas muy variables: densidad = 1,033-1,040 g/ cc, punto crioscópico = -0,565/-0,583º C, acidez = 18-24º Dornic, pH = 6,6-6,8, lactosa = 4,6-4,8%, minerales = 0,8-1,2%, etc.

Esta leche es una excelente materia prima para las industrias lácteas, principalmente, en la elaboración de quesos, con elevados rendimientos de transformación (3-4 en quesos frescos, y 6-8 en quesos madurados, valores expresados en litros de leche por kilogramo de queso). Estas cifras son muy superiores a las de las especies bovina y caprina.

No obstante, estos rendimientos empeoran significativamente en función de la calidad de la leche producida: composición físico-química (grasa, proteína, lactosa, calcio), características higiénico-sanitarias (bacterias, células somáticas, sustancias inhibidoras), y propiedades organolépticas (aspecto, color, olor sabor); sin olvidar, otros factores más ligados a los sistemas productivos y al manejo de las explotaciones rebaños (raza, selección, alimentación,reproducción, instalaciones, etc.).

La actuación sobre todos estos aspectos ha permitido mejorar la calidad de la leche de oveja producida en la región. De cara al futuro, los esfuerzos por desarrollar este sector no acaban al asegurar la producción de leche de calidad sino que ahora se encaminan a la modificación de la estacionalidad (época de lactación), ya que para consolidarse la industria láctea necesita un suministro constante de leche para que sus instalaciones puedan funcionar a pleno rendimiento todo el año.

Fuente: Elaboración de quesos artesanales con leche de oveja: Valle Inferior del Río Chubut, idia XXI (artículo). Ingrid Bain (INTA-Trelew). Chubut (Argentina).
José Luis Ares Cea (profesor-cooperación internacional)

DIVERSIFICACIÓN PRODUCCIÓN LÁCTEA OVINA PATAGONIA (ARGENTINA): TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA INTA-CHUBUT

La necesidad de diversificar las producciones ovinas tradicionales, debido principalmente a la caída de los precios de la carne y de la lana en el mercado internacional, está favoreciendo la reconversión hacia la producción de leche y quesos de oveja en gran parte de las explotaciones ganaderas del sur de Argentina, en especial, las ubicadas en el Valle Inferior del Río Chubut (Patagonia), según un estudio realizado por Ingrid Bain (INTA-Trelew).

En este sentido, y para dar apoyo técnico a los productores de la región, la Estación Experimental Agropecuaria de Trelew del Instituto de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA), comenzó a trabajar en 1996 en el fomento y desarrollo de la actividad láctea en el Valle Inferior del río Chubut (cuenca lechera).

Para ello, el equipo técnico dirigido por Edgardo Salgado estudió los sistemas ovinos tradicionales de la región, realizando una amplia prospección para recopilar la información real en los propios establecimientos de la zona, y que una vez analizada sirvió de base para el plantemaniento y ejecución de diversos proyectos de experimentación e investigación contando con la participación activa de los productores.

Entre los temas abordados, figuran la producción de forraje, la formulación de dietas para ovejas lecheras, la selección y mejora genética de los rebaños ovinos, el manejo de la reproducción, entre otros. Tras los diversos estudios y ensayos realizados en condiciones de campo, los resultados obtenidos en las líneas de trabajo fueron transferidos al sector productor.

Desde la Estación Experimental del INTA-Trelew se consiguió intensificar la actividad ovina de la región, modificando progresivamente el sistema tradicional de producción de carne y lana por otro sistema mixto de leche y carne más orientado al mercado de los productos de mayor calidad.

En las zonas con un alto potencial forrajero se apuesta por la producción de leche destinada a la elaboración de quesos artesanales de oveja (pasta blanda, semidura y dura).


Fuente: Informe (INTA-Trelew). Chubut (Argentina).
José Luis Ares Cea (profesor-cooperación internacional)

PRODUCCIÓN LECHE DE OVEJA CHUBUT (ARGENTINA): ESTRUCTURA SECTORIAL

Igual que ocurre en muchos países del mundo, el sector lácteo en Argentina se caracteriza por las producciones de la especie bovina (o vacuna); sin embargo, hay una zona en la región patagónica (al sur del país) donde existen establecimientos ovinos con una creciente actividad lechera. 

Según un estudio realizado por Ingrid Bain (INTA-Trelew) en el Valle Inferior del Río Chubut (Patagonia argentina) se encuentra una de las principales zonas lecheras ovinas del país, con unas diez explotaciones ganaderas, un censo de más de 1200 ovejas en ordeño, y tres queserías. En esta zona, se procesan anualmente unos 30.000 litros de leche de oveja, cuyo destino principal es la elaboración artesanal de quesos de distintos tipos: pasta blanda, semidura y dura (16 variedades comerciales).

Si bien la Argentina realizó la primera importación de ovejas lecheras desde Alemania en el año 1962, sin embargo, dicha actividad no cobró importancia hasta las décadas de los ochenta y noventa, debido a la crisis por los bajos precios de la lana y de la carne en el mercado mundial. En este sentido, la producción lechera ovina surge como una alternativa económica para aumentar la rentabilidad de las pequeñas explotaciones dedicadas a la producción de carne o lana.

La raza ovina lechera predominante es la Frisona o Milchschaf originaria de Alemania. Asimismo, esta raza ha sido utilizada como base del cruzamiento para mejorar la producción lechera de otras razas de ovejas en los rebaños de distintas zonas, entre las cuales cabe destacar las razas Merino, Corriedale, Romney Marsh y Texel. En este sentido, el cruzamiento entre las razas Frisona y Corriedale dio origen a la raza Pampinta (75% Frisona y 25% Corriedale), y entre Frisona y Texel, a una raza Sintética FxT (50% Frisona y 50% Texel). Además de la Frisona, estas dos razas ovinas también son utilizadas, en muchas explotaciones ganaderas argentinas, para la producción de leche.

En la prospección realizada se pone en evidencia de que la gran mayoría de las explotaciones ovinas lecheras de la provincia de Chubut son de pequeña dimensión y se encuentran localizadas en el Valle Inferior del Río Chubut (VIRCH), orientadas a la diversificación de las producciones tradicionales. El desarrollo de la actividad lechera constituye una alternativa viable para estas explotaciones ovinas, mayoritariamente en régimen familiar.

La mayoría de estas explotaciones ovinas tienen una superficie de 10 a 30 ha, con un censo medio de los rebaños de 100 a 150 ovejas en ordeño. En algunos casos, estas producciones se complementan con otras actividades productivas. En general, la producción de leche es estacional, con partos concentrados en la primavera (agosto-septiembre) y lactaciones de 150-180 días de duración. Esta estacionalidad en el ordeño determina que la época de elaboración de quesos tenga lugar desde septiembre-octubre hasta marzo-abril.

Fuente: Elaboración de quesos artesanales con leche de oveja: Valle Inferior del Río Chubut, idia XXI (artículo). Ingrid Bain (INTA-Trelew). Chubut (Argentina).
José Luis Ares Cea (profesor- cooperación internacional)

miércoles, 7 de noviembre de 2012

ELABORACIÓN QUESO 'SIERRA MORENA': RECETA TRADICIONAL (ESPAÑA)

El proceso de elaboración del queso 'Sierra Morena' es el siguiente (receta tradicional):

Se emplea leche cruda de cabra, entera y recién ordeñada. Una vez realizado el filtrado con un paño fino, se deposita la leche en una 'orza' de barro situada junto al fuego de la chimenea de leña, para evitar su enfriamiento.

Cuando la temperatura de la leche es de unos 30 º C, se añade el cuajo de cabrito lechal preparado en la propia explotación ganadera; a continuación, se remueve la leche para facilitar la correcta distribución del cuajo, empleando las manos o con la ayuda de una caña o vara de higuera, y se deja reposar hasta su cuajado.

Transcurridos, unos 45-90 minutos, y una vez cuajada la leche se procede a cortar la masa manualmente o mediante la caña o vara hasta obtener un grano del tamaño de haba en los quesos frescos y tiernos, o de guisante-arroz en los más curados.

Según las zonas, se moldea la cuajada en 'pleitas' de esparto o en 'aros' de hojalata, colocados sobre los 'entremisos' de madera, y se "exprime" la masa con ambas manos hasta compactarla ligeramente (quesos frescos y tiernos) o más intensamente (quesos curados).

Los quesos permanecen en los moldes durante 24 horas, y se salan con sal gruesa por ambas caras. Se orean a temperatura ambiente en lugares frescos y ventilados hasta su consumo, habitualmente en la primera semana en el caso de los frescos y tiernos, y con unos 45-90 días los curados. En algunas zonas, se acostumbra a conservar los quesos en aceite de oliva.


Fuente: Catálogo de quesos de España (libro MAPA, 1990). Barcelona (España).
José Luis Ares Cea (autor)




ELABORACIÓN QUESO 'PEDROCHES': RECETA TRADICIONAL (ESPAÑA)

El proceso de elaboración del queso 'Pedroches' es el siguiente (receta tradicional):

Se parte de leche entera y cruda de oveja, recién ordeñada. Tradicionalemnte, una vez filtrada la leche con paños o telas, se almacenaba en recipientes metálicos denominados 'errás', lecheras o cántaras, aunque también se usaban, en algunas zonas, las típicas 'orzas' de barro. Estos recipientes se colocan junto a la chimenea de leña para evitar el enfriamiento de la leche.

Una vez que la temperatura de la leche alcanza los 28-30 ºC se añade el coagulante de origen vegetal, preparado según la costumbre de la zona; este coagulante conocido popularmente como 'hierbacuajo' se extrae de la flor del cardo (pistilos de Cynara cardunculus o C. humilis), recolectados por los pastores en el campo a partir del mes de junio. A continuación, se remueve la leche con una vara o palo de encina, o de forma manual, procurando la completa distribución del coagulante vegetal; el cuajado, según la cantidad de coagulante utilizado, se produce en un tiempo de unos 60 minutos, aunque es muy frecuente alcanzar tiempos superiores (90-120 minutos).

La cuajada se corta o bate intensamente hasta conseguir un grano del tamaño de una lenteja; después se pasa a los 'cinchos' o 'pleitas' de esparto, donde se procede a un largo trabajo de "exprimido", mediante presión con ambas manos, para favorecer el desuerado. En los quesos de pasta blanda tipo 'torta', se corta la cuajada en tamaño de garbanzo o haba, colocándose la masa en las pleitas o moldes sin prensar ni trabajar para evitar el desuerado excesivo, y asegurar así una pasta húmeda, cremosa y muy untable, típica de esta variedad.

Seguidamente, y con el queso dentro del cincho, se coloca encima una tapa de madera con un piedra de peso variable, dejando transcurrir unas 10-12 horas hasta alcanzar la consistencia deseada. La salazón de los quesos se realiza una vez retirados los cinchos, aplicando sal seca por ambas caras.

La maduración se realiza en locales frescos transcurriendo unos dos meses como mínimo. Durante las primeras semanas los quesos se voltean con frecuencia. También existe la costumbre de conservar los quesos en aceite de oliva hasta el momento de su consumo.


Fuente: Catálogo de quesos de España (libro MAPA, 1990). Barcelona (España).
José Luis Ares Cea (autor)

ELABORACIÓN QUESO 'MÁLAGA': RECETA TRADICIONAL (ESPAÑA)

El proceso de elaboración del queso 'Málaga' es el siguiente (receta tradicional):

Se parte de leche recién ordeñada entera y cruda de cabra, que se filtra con unos paños o telas y se almacena en una 'orza' de barro junto al fuego de la chimenea de leña, para evitar su enfriamiento.

Una vez que la temperatura de la leche es de 30-32 ºC, se añade el cuajo de cabrito lechal, procedente de la propia explotación ganadera o adquirido en la zona, y se remueve con las manos o con una vara para su distribución en la leche. El cuajado de la leche es rápido, entre 20 o 30 minutos, aunque en algunas zonas de mayor altitud con temperaturas más bajas, puede tardar hasta 45 minutos o incluso una hora a unos 28ºC. 

Cuando la cuajada está más o menos compacta, se corta o trocea manualmente o con la ayuda de una vara hasta obtener un grano del tamaño de arroz en los quesos madurados o de guisante en los frescos. Después de cortar la cuajada, se agita durante unos minutos y se deja reposar dentro del recipiente para facilitar su desuerado.

A continuación, se moldea en las 'pleitas' de esparto sobre una tabla o 'entremiso', "exprimiendo" la cuajada con las manos hasta dejarla más o menos compacta. Para completar su desuerado, los quesos permanecen en las pleitas durante 24 horas. Una vez sacados de las pleitas, se salan por ambas caras con sal gruesa de grano medio, durante un día más. Se orean en tablas o cañizos a temperatura ambiente, en un lugar fresco y ventilado. En general, los quesos se consumen frescos, aunque también existe la costumbre de madurarlos durante 40-60 días, e incluso conservarlos en aceite de oliva hasta su consumo.

Fuente: Catálogo de quesos de España (libro MAPA, 1990). Barcelona (España).
José Luis Ares Cea (autor)