La Unión Europea sigue dando vueltas con las recomendaciones burocráticas para disminuir la producción de leche de vaca y mientras tanto los precios pagados a los productores siguen cayendo o como mucho, en algunas regiones españolas, manteniéndose en niveles mínimos, con un futuro muy preocupante para los ganaderos. Y además la caída de precios afecta ya a las producciones lácteas de los pequeños rumiantes, especialmente, la de cabra, pero también en menor medida, la leche de oveja.
Lo que se está discutiendo ahora en los foros comunitarios es qué medidas adoptar con los excedentes para ajustar la oferta a la demanda real del mercado, mientras tanto los ganaderos cierran sus granjas y otros apenas sobreviven. Cualquiera sabe que en un mercado de libre competencia, a medida que la oferta se reduce los precios tienden a subir. Sin embargo, aunque esto es obvio, no se responde a las preguntas que se están formulando muchos ganaderos europeos: ¿cómo se acabará con los excedentes lácteos?, y ¿cuándo se obtendrán precios justos para la leche de vaca?. Personalmente, creo que la pregunta más importante es ¿cuántas granjas lecheras serán capaces de sobrevivir a esta dramática situación?
Lo que se está discutiendo ahora en los foros comunitarios es qué medidas adoptar con los excedentes para ajustar la oferta a la demanda real del mercado, mientras tanto los ganaderos cierran sus granjas y otros apenas sobreviven. Cualquiera sabe que en un mercado de libre competencia, a medida que la oferta se reduce los precios tienden a subir. Sin embargo, aunque esto es obvio, no se responde a las preguntas que se están formulando muchos ganaderos europeos: ¿cómo se acabará con los excedentes lácteos?, y ¿cuándo se obtendrán precios justos para la leche de vaca?. Personalmente, creo que la pregunta más importante es ¿cuántas granjas lecheras serán capaces de sobrevivir a esta dramática situación?