A continuación, se detallan las conclusiones del Módulo 1 sobre Producción: La problemática de las aflatoxinas en la leche de cabra, del V Foro Nacional del Caprino, celebrado en las instalaciones del Palacio de Congresos y Exposiciones de la ciudad de Sevilla (España), los días 27 y 28 de marzo de 2014, dentro del marco de la feria bienal "Salón Internacional de Avicultura y Ganadería (SIAG)".
1-La presencia de aflatoxinas es un hecho común en algunos alimentos básicos para la ganadería, que puede incrementarse bajo condiciones de mayor temperatura y humedad, tanto en su etapa de producción, como en las de transformación y almacenamiento, y que al ser consumidas por los animales lecheros son matabolizadas rápidamente y secretadas por la leche.
2-Al sobrepasar ciertos límites, en los que la legislación de la Unión Europea es muy estricta, pueden convertirse en un problema serio para la salud pública al estar catalogadas como carcinogénas.
3-En principio, se parte con la ventaja de que en el ganado caprino la tasa de aflatoxinas secretadas en la leche respecto a las ingeridas es inferior que en el ganado vacuno. Sin embargo, estas aflatoxinas presentes en la leche tienen una marcada afinidad por la caseína, lo que hace que su concentración se incremente en los quesos, destino principal de la leche de cabra.
4-Existen suficientes conocimientos y herramientas para controlar la incidencia de las aflatoxinas, siempre y cuando se contemple como un problema general del sector agrario, y se aborde mediante un plan integral de vigilancia y control en todos los niveles, producción agrícola, alimentación animal y sector ganadero.
5-Los ganaderos como último eslabón de la cadena de producción de leche, deben exigir garantías en este sentido a sus proveedores, basados en el autocontrol y en su verificación mediante los servicios de control oficial. Por su parte, los productores de leche están obligados a cumplir con buenas prácticas de trabajo en sus explotaciones ganaderas mediante el uso de los correspondientes protocolos, asegurando en todo momento, un correcto almacenamiento de los alimentos que consumen los animales, y evitar la posible aparición de estas toxinas en las producciones lecheras.
6-En general, el uso racional de productos secuestrantes de micotoxinas en los alimentos del ganado ha demostrado su efectividad para ayudar a controlar estas incidencias.
7-Los kits rápidos de detección de aflatoxinas son una herramienta eficaz para el autocontrol, pero sería necesario trabajar en la adpatación de los mismos a las peculiaridades de la leche caprina y, en todo caso, cuando se detectan problemas hay que verificarlos realizando analíticas más fiables en laboratorios autorizados o acreditados.
8-Por último, hay que reconocer que todo este proceso de control y prevención conlleva un incremento en los costes de producción de las explotaciones caprinas, que difícilmente podrán trasladarse a los precios finales.
1-La presencia de aflatoxinas es un hecho común en algunos alimentos básicos para la ganadería, que puede incrementarse bajo condiciones de mayor temperatura y humedad, tanto en su etapa de producción, como en las de transformación y almacenamiento, y que al ser consumidas por los animales lecheros son matabolizadas rápidamente y secretadas por la leche.
2-Al sobrepasar ciertos límites, en los que la legislación de la Unión Europea es muy estricta, pueden convertirse en un problema serio para la salud pública al estar catalogadas como carcinogénas.
3-En principio, se parte con la ventaja de que en el ganado caprino la tasa de aflatoxinas secretadas en la leche respecto a las ingeridas es inferior que en el ganado vacuno. Sin embargo, estas aflatoxinas presentes en la leche tienen una marcada afinidad por la caseína, lo que hace que su concentración se incremente en los quesos, destino principal de la leche de cabra.
4-Existen suficientes conocimientos y herramientas para controlar la incidencia de las aflatoxinas, siempre y cuando se contemple como un problema general del sector agrario, y se aborde mediante un plan integral de vigilancia y control en todos los niveles, producción agrícola, alimentación animal y sector ganadero.
5-Los ganaderos como último eslabón de la cadena de producción de leche, deben exigir garantías en este sentido a sus proveedores, basados en el autocontrol y en su verificación mediante los servicios de control oficial. Por su parte, los productores de leche están obligados a cumplir con buenas prácticas de trabajo en sus explotaciones ganaderas mediante el uso de los correspondientes protocolos, asegurando en todo momento, un correcto almacenamiento de los alimentos que consumen los animales, y evitar la posible aparición de estas toxinas en las producciones lecheras.
6-En general, el uso racional de productos secuestrantes de micotoxinas en los alimentos del ganado ha demostrado su efectividad para ayudar a controlar estas incidencias.
7-Los kits rápidos de detección de aflatoxinas son una herramienta eficaz para el autocontrol, pero sería necesario trabajar en la adpatación de los mismos a las peculiaridades de la leche caprina y, en todo caso, cuando se detectan problemas hay que verificarlos realizando analíticas más fiables en laboratorios autorizados o acreditados.
8-Por último, hay que reconocer que todo este proceso de control y prevención conlleva un incremento en los costes de producción de las explotaciones caprinas, que difícilmente podrán trasladarse a los precios finales.
Fuente: Circular informativa (2014). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). María Jesús Jiménez Horwitz (presidenta). Sede AQAA: Jayena (Granada, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)
José Luis Ares Cea (asesor científico)