Andalucía es la primera región española por población, con 8.424.102 habitantes (datos de 2011) y la segunda por superficie total, con 87.597 km2 (96,2 habitantes/ km2). Es una región tipicamente mediterránea con una temperatura media de 15,9º C, y una gran diversidad de climas y paisajes, donde abundan las zonas de gran fertilidad como los valles y campiñas, que constituyen la base de una agricultura muy competitiva, junto a las zonas de ganadería extensiva como las dehesas y las sierras y montañas, e incluso en los desiertos del extremo oriental de la región.
Las montañas de Sierra Nevada son las más elevadas de la España continental (3.481 metros del pico Mulhacén), y unos 400 municipios andaluces se localizan a alturas superiores a 500 metros. En la zona occidental de Andalucía se encuentra el punto de mayor pluviometría de España (Grazalema, con más de 2.200 mm de lluvia anuales); asimismo, la región se caracteriza por su abundancia de recursos naturales, con una importante superficie forestal (46.000 km2), y 244 espacios protegidos (28.000 km2). El producto interior bruto (PIB) es superior a 149.160 M€, y la producción final agraria se aproxima a los 10,3 M€. Estas excelentes condiciones naturales, y un importante censo de población, convierten a esta región en una potencia agroalimentaria, tanto por sus producciones como por la elevada demanda del consumo regional.
Sin embargo, hay que señalar que a pesar del gran potencial agroalimentario andaluz, con gran diversidad de alimentos de alta calidad, muy apreciados en los mercados nacional e internacional, existen aún importantes diferencias de desarrollo económico entre los diversos sectores productivos de la región, con un porcentaje muy elevado de la agricultura frente a la ganadería (15%), muy superior a la cifras medias española y comunitaria.
Por otra parte, debido a múltiples causas, el sector ganadero andaluz viene experimentando un claro retroceso durante los últimos años, siendo esta situación más preocupante en las explotaciones ganaderas extensivas y semiextensivas, lo que no se debe precisamente a la escasez de recursos naturales en la región, dada la gran abundancia de pastos y pastizales, y de terrenos forestales susceptibles de aprovechamiento por el ganado. Varias son las causas de esta problemática, pero de todas ellas, hay que señalar el auge experimentado por el sector de la construcción durante los últimos años y su masiva contratación de trabajadores agrarios, que ha provocado el abandono masivo de muchas explotaciones ganaderas por parte de jóvenes y mayores, con el consiguiente deterioro de la producción primaria.
Analizando la estructura del sector lácteo andaluz cabe destacar que la producción regional de leche es claramente insuficiente para abastecer al mercado local; la producción de leche de vaca oscila según los años, alrededor del 10% del total español, y la de oveja es casi testimonial (1%); sin embargo, en cuanto a las producciones de la especie caprina, Andalucía es una de las primeras regiones europeas por volumen de producción de leche de cabra, representando actualmente más del 50% del total nacional.
La producción regional de leche de vaca se realiza exclusivamente en explotaciones ganaderas en régimen intensivo y se destina al consumo en forma líquida (mayoritariamente como leches esterilizadas de larga vida, y un volumen casi testimonial de leche pasterizada de corta caducidad) y transformada en otros productos lácteos (yogures, batidos, quesos de mezcla, postres, etc.).
Por el contrario, y a excepción de la elaboración de mínimas cantidades de quesos artesanos puros de cabra o de oveja por parte de microempresas artesanales, las producciones lácteas andaluzas de pequeños rumiantes se destinan mayoritariamente a la elaboración de quesos de mezcla, principalmente con leche de vaca, que en gran parte se transforman fuera de la región, con la consiguiente pérdida de ingresos y de riqueza para el sector lácteo local.
A esta pérdida económica se añade la no menos importante pérdida de imagen de los productos lácteos andaluces, que al ser elaborados por empresas localizadas fuera de la región carecen de identidad y marcas propias con las que competir en el mercado, salvo contadas excepciones.
A esta pérdida económica se añade la no menos importante pérdida de imagen de los productos lácteos andaluces, que al ser elaborados por empresas localizadas fuera de la región carecen de identidad y marcas propias con las que competir en el mercado, salvo contadas excepciones.
Fuente: Jornada técnica sobre "El Sector Lácteo Andaluz ante la Nueva Normativa de Calidad" (2012). Loja (Granada, España).
José Luis Ares Cea (autor)
José Luis Ares Cea (autor)