Existen algunas cuestiones que si no fuesen porque repercuten negativamente en el futuro de todo un sector productivo, en la creación de riqueza en unas zonas rurales con pocas opciones económicas, es decir, en la propia vertebración del territorio y en el desarrollo sostenible de las empresas locales, así como en la fijación de población con una calidad de vida equiparable a la de regiones similares en España y otros países de nuestro entorno geográfico, causarían hasta un poco de risa, sin llegar nunca, a la sonora carcajada, por respeto a sus protagonistas. Como se suele decir en el lenguaje tradicional de la rica sabiduría ancestral andaluza, "lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible", o aquel otro dicho de carácter más universal, "si quieres que algo no funcione, crea una comisión de expertos".
Ambos dichos se pueden aplicar, por cierto, en mi opinión, sin ninguna gracia, a la hora de analizar la situación del reconocimiento actual de los quesos andaluces mediante la concesión de denominaciones de calidad protegidas por la Unión Europea. Como ya conocen los lectores de este blog, porque lo he comentado en reiteradas ocasiones, los quesos de Andalucía, no tienen en la actualidad ninguna denominación de origen que reconozca su calidad diferenciada, a pesar de figurar sus variedades tradicionales en el listado de productos lácteos de características singulares elaborado por la Comisión Europea, en los propios catálogos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación e incluso en publicaciones internacionales, entre ellas, los inventarios de los productos caprinos a nivel mundial, libros especializados en tecnología quesera, valorización de los quesos mediterráneos, entre otros.
Personalmente, he participado, durante años, en distintos grupos de trabajo, con la loable pretensión de elaborar las propuestas de normas técnicas para su incorporación a la documentación exigida por la Unión Europea previa a la aprobación de las denominaciones de origen protegidas para algunas variedades de quesos tradicionales elaboradas en Andalucía desde hace siglos. En este sentido, una de las cuestiones que llama poderosamente la atención de todo especialista, cualquiera que sea su área de conocimiento, es la nutrida presencia de personas en estos grupos de trabajo, que no tienen el más mínimo conocimiento en la materia a tratar y su nula aportación, o lo que es peor sus intervenciones 'iluminadas', hacen que el fracaso del grupo sea el resultado más probable.
Las administraciones e instituciones públicas tienen personal experto en muchas áreas de trabajo y sectores productivos cuyas aportaciones técnicas y científicas quedan eclipsadas en estos grupos o comisiones, por la marea o mejor dicho el "mareo" causado por estos enormes 'regimientos' escasos de conocimientos de la materia en cuestión, sin olvidar a los oportunistas de turno que participan en dichas reuniones por si 'pescan' algo para sus propios intereses económicos.
Esta situación, que más que una broma de mal gusto, provoca un profundo desánimo en el sector quesero, y en los profesionales que llevamos muchos años trabajando para su desarrollo sostenible, sin embargo, sigue llenando titulares en los diarios, como el ejemplo que recoge el periódico 'Sur', de Málaga (España). De momento, lo mejor para nuestra salud, es no hacerse ninguna ilusión con dicho titular.
El asesor científico de la AQAA, José Luis Ares, ha participado en el grupo de trabajo para la elaboración de la documentación técnica relativa a la denominación de origen protegida de la variedad del queso tradicional 'Málaga'.
El asesor científico de la AQAA, José Luis Ares, ha participado en el grupo de trabajo para la elaboración de la documentación técnica relativa a la denominación de origen protegida de la variedad del queso tradicional 'Málaga'.
Fuente: Circular informativa (2005). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Manuel Peña Párraga (presidente). Sede AQAA: Baena (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)