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viernes, 3 de mayo de 2013

PROTAGONISTAS: CÓMO COMBINAR QUESOS Y VINOS

Continuando con la serie de las posibles combinaciones de los quesos en las comidas, y dado el indiscutible auge que ha experimentado el universo del vino durante las últimas décadas en muchos países del mundo, creo que puede ser oportuno comenzar por abordar algunas recomendaciones de acompañamientos entre las distintas variedades queseras y esta popular bebida alcohólica.

Se afirma con frecuencia, que de todas las bebidas alcohólicas, el mejor "compañero" del queso es el vino. En este sentido, hay que señalar, para aquellos consumidores habituales de ambos productos, que son muchas las posibles combinaciones que se pueden hacer sin que éstos pierdan sus peculiares características, para conseguir que su fusión resulte armoniosa y equilibrada, es decir, que no haya "ni vencedores ni vencidos". Ahí radica la dificultad, pero también abre las puertas al ingenio, convirtiendo un acto más o menos convencional en algo original e incluso divertido, que dependerá, en gran medida, de los gustos y preferencias de cada consumidor.

Antes de decidirse por alguna de las posibles combinaciones, lo primero que conviene tener en cuenta, son las características cualitativas de los quesos y los vinos que queremos degustar. En general, existe una tendencia generalizada entre los expertos sobre la elección de los vinos que mejor se "acomodan" a los distintos tipos de quesos, en base a criterios subjetivos con unas preferencias establecidas por sus propias experiencias y gustos muy definidos y reiterativos, dejando escaso margen para buscar nuevas sensaciones organolépticas, más arriesgadas, pero también más divertidas.

Aunque es universalmente conocido la excelente combinación que resulta del binomio queso/vino, siempre que se elijan adecuadamente ambos acompañantes o según recomiendan los expertos, sin embargo, en mi opinión, debemos intentar "huir" de los convencionalismos a la hora de elegir los posibles acompañamientos dado que, frecuentemente, una combinación muy buena para una persona puede no ser la mejor valorada o más adecuada para otro consumidor.

Para elegir el vino más adecuado a la hora de acompañar los distintos tipos de quesos hay que tener presente, en primer lugar, los aromas de ambos productos, de tal manera que un queso muy aromático o 'especiado' requerirá preferentemente un vino de aroma muy intenso y persistente, para que no desaparezca ninguno de ellos en nuestras sensaciones olfativas. Asimismo, un queso muy graso necesitará acompañarse de un vino seco, rico en taninos, o incluso de 'aguja' o efervescente, de intensidad acusada, que atenuará las sensaciones fuertes de la grasa en el paladar.

En general, los quesos frescos combinan bastante bien con los vinos suaves y delicados, mientras que los quesos madurados requerirán vinos más austeros, recios, y con más cuerpo, llegando en los quesos picantes a preferirse los vinos 'aterciopelados', más 'redondos', que puedan atenuar algo la intensidad de estas sensaciones. En general, son vinos muy adecuados para acompañar los quesos frescos, los jóvenes afrutados o ligeramente dulces, blancos y rosados, así como los vinos de cava, espumosos y de aguja.

Los vinos más adecuados para los quesos tiernos son los rosados, blancos y claretes de baja graduación alcohólica; en el caso de los quesos semicurados armonizan bastante bien con los vinos más ligeros, secos y afrutados, tanto rosados, claretes y blancos como los tintos de baja graduación. Para los quesos curados son buenos acompañantes los vinos finos, manzanillas y tintos recios, con cuerpo y de alta graduación; algunos quesos también se pueden acompañar con aguardientes de frutas.

Finalmente, existen otros tipos de quesos especiales que requieren unos vinos muy específicos para acompañarlos durante su degustación. En este sentido, los quesos de cuajada láctica combinan bien con los vinos de cava, los blancos y tintos secos o semisecos; en los quesos en aceite, los vinos con cuerpo y alta graduación, mientras que los quesos curados enmohecidos exteriormente armonizan perfectamente con los vinos tintos ligeros, igual que los quesos de pasta blanda; mientras que los de pasta azul preferirán los vinos blancos y los tintos de mayor graduación.

Los quesos de pasta prensada no cocida semidura, se acompañan preferentemente con vinos blancos de crianza. Entre ellos, atendiendo a su corteza, se pueden adquirir diferentes tipos de quesos, siendo los de corteza natural los más frecuentes, que suelen acompañarse de vinos blancos y tintos afrutados; los de corteza lavada preferirán los vinos tintos, rosados y claretes de media graduación, y los quesos con hierbas aromáticas combinan bien con los vinos blancos suaves.

Después de este breve recorrido por los apasionantes mundos de los quesos y vinos, debemos preparar nuestros sentidos para disfrutar plenamente de su compañía, sea cual sea la ocasión elegida, siempre encontraremos un dúo de productos adecuados para satisfacción de nuestros paladares.


José Luis Ares Cea (autor)

PROTAGONISTAS: LOS QUESOS EN LAS COMIDAS

Al iniciar esta sección sobre los posibles acompañamientos entre los distintos tipos de quesos con otros alimentos y bebidas, quiero comunicar a los lectores que dada la enorme diversidad de productos que encontramos actualmente en los establecimientos de los sectores de la alimentación, la hostelería y el turismo, entre otros canales comerciales y de consumo, unido a la multitud de usos y costumbres gastronómicas existentes en todo el mundo, resulta imposible establecer un patrón homogéneo común para definir nuestros comportamientos ante el acto mismo de la compra y posterior degustación. No existen fórmulas "mágicas", son muchas las posibles combinaciones existentes y, precisamente, en eso radica el verdadero potencial del queso como alimento, por tanto, dejemos "volar" nuestra imaginación para conseguir el máximo provecho posible en los "maridajes"  (vocablo que no me gusta, aunque su uso está muy generalizado ) o acompañamientos, y que nuestros sentidos disfruten plenamente. 

De acuerdo con lo ya comentado, hay algunas premisas que conviene tener en cuenta cuando exista la posibilidad de degustar varios tipos de quesos durante una comida, entre ellas, debemos previamente "organizar" las distintas variedades para su consumo gradual, clasificándolas según la intensidad de su aroma y sabor, comenzando siempre la degustación por los más suaves y acabando por los más fuertes.

El queso se puede degustar en comidas ligeras, informales, o en entremeses, sin olvidar los primeros y segundos platos, e incluso como postre sólo o acompañado de dulces o frutas. Entre las frutas y hortalizas con las que el queso combina mejor podemos destacar las uvas, manzanas, peras, kiwis, tomates, etc.

No hay que olvidar la importancia que tiene el pan como compañero del queso, por ello es imprescindible elegir el más adecuado para cada tipo de queso. En este sentido, existe una enorme diversidad de tipos de pan que resultan muy apropiados para acompañar al queso, desde el pan natural, los diferentes integrales, 'baguettes', y los tostados, hasta los panes dulces y de nueces, idóneos para los quesos azul y de pasta blanda, respectivamente. En definitiva, se puede gozar plenamente de las cualidades del queso comiendo un bocadillo de pan diferente cada día.

En general, los quesos frescos combinan bien con otros alimentos en primeros platos, ensaladas, y postres como tartas, con miel, membrillo o frutos secos. Como aperitivo, el queso fresco se puede presentar cortado en cubos pequeños, en forma de banderillas, como canapés, etc.

Los quesos tiernos, aunque existen muchos tipos distintos, se suelen consumir preferentemente en desayunos, meriendas e incluso como postres.

En los quesos semicurados, también muy distintos, predomina su consumo como aperitivos, entremeses o acompañando salsas, ensaladas y primeros platos. Los de oveja y de cabra de alta calidad también son idóneos para consumirlos sólos fuera de las comidas, en raciones, 'tapas' y 'pinchos'.

Los quesos curados, de excelente calidad y gran diversidad, resultan muy apropiados para el 'tapeo' o como aperitivos en comidas prolongadas. En ocasiones, pueden acompañar a platos de pastas o de carnes rojas, o en platos gratinados al horno o a la parrilla.

Y por supuesto, que caben muchas más combinaciones de los distintos tipos de quesos en las comidas, por lo que se recomienda experimentar con otras posibles alternativas, según los gustos personales para satisfacer "los paladares".


José Luis Ares Cea (autor)

2-CULTURA LÁCTEA: RESUMEN CONTENIDOS

Continuando con la compleja tarea de difundir la cultura láctea entre los empresarios, productores, técnicos, consumidores y la sociedad en general, se presenta a continuación un esquema de los aspectos abordados hasta ahora en este blog, integrados dentro del segundo bloque temático, donde se exponen algunas recomendaciones prácticas a tener en cuenta, para un consumo más especializado de los distintos alimentos elaborados y comercializados por las empresas lácteas y que, de alguna forma, pretende darle cierto sentido "profesional" al acto del consumo, a diferencia de lo que ocurre con las compras según las costumbres convencionales. 

En este sentido, se recuerdan las entradas ya publicadas sobre las características que, en mi opinión, resultan más relevantes, en este tema (ya se sabe que sobre gustos no hay posiciones definitivas), ordenadas según la fecha de su publicación en el blog

  • Algunos consejos generales para el consumo "profesional": Consumidores de quesos (1 entrada, 29/11/2012).
  • Reflexiones y tradiciones de la "sabiduría" popular: Refranero quesero (1 entrada, 18/12/2012).
  • Interpretar la etiqueta de los quesos: Recomendaciones (1 entrada, 31/01/2013).
  • Elegir los quesos: Recomendaciones (2 entradas, 05-06/02/2013).
  • Conservación de los quesos: Recomendaciones (3 entradas, 08/02/2013).
  • Diferenciar el origen de los quesos: Quesos de campo y artesanos (3 entradas, 14-15/02/2013).
  • Presentación de los quesos en la mesa: Recomendaciones (3 entradas, 15-18/02/2013).
  • Consumir los quesos: Recomendaciones (3 entradas, 22/02/2013).

A partir de este bloque de recomendaciones sobre el consumo del queso como alimento en sí mismo, continuaré con una sección dedicada a las posibles combinaciones entre los quesos y otros productos alimenticios y sus combinaciones con distintas bebidas, procurando dar respuesta a las peticiones de aquellos lectores interesados en este tema.



José Luis Ares Cea (autor)

miércoles, 6 de febrero de 2013

2-CÓMO ELEGIR LOS QUESOS

Sean cuales sean los criterios empleados para la elección del queso que vamos a comprar, la mayor dificultad, incluso para los profesionales y consumidores más expertos, es la de distinguir si el producto que queremos comprar ha sido elaborado artesanal o industrialmente o si se han empleado o no ingredientes naturales o artificiales de primera calidad, si la leche era fresca y provenía de ganaderías seleccionadas o por el contrario se han utilizado leche en polvo y otras materias primas de origen lácteo, o de conocer los tiempos reales de maduración de los quesos, entre otros aspectos importantes a la hora de elegir un producto de calidad diferenciada.

Es evidente que la falta de una legislación específica que regule la calidad de los quesos artesanos, en muchas regiones queseras, impide la transparencia en el sector permitiendo que muchas empresas ajenas al sistema productivo artesanal utilicen habitualmente en sus etiquetas, folletos y campañas promocionales una información que genera confusión entre los consumidores.

Una posible forma de evitarlo sería a través de la coordinación de todos los estamentos implicados en este sector productivo, incluyendo tanto las diferentes administraciones públicas como los empresarios (ganaderos, queseros, distribuidores y comerciantes), y sus asociaciones y organizaciones profesionales y, por otra parte, los expertos nutricionistas, gastrónomos y periodistas especializados, y las entidades de consumidores, con objeto de impulsar la creación de un marco especial en el que se pueda regular la activiadad quesera artesanal, diferenciándola de las restantes actividades productivas.

Conocer previamente los precios de venta de otros quesos similares, puede ayudarnos a la hora de detectar posibles fraudes en el producto que vamos a comprar, ya que en muchas ocasiones unos precios muy bajos respecto a los valores medios registrados en nuestra localidad o entorno más próximo, nos advertirían sobre la posible baja calidad del queso comercializado, en cuya elaboración muchas veces la leche fresca es sustituida total o parcialmente por productos lácteos en polvo, así como otras prácticas muy alejadas del concepto de calidad artesanal, entre ellas, la utilización de diversos aditivos y productos químicos, o sustancias que "aceleran" los tiempos de curación naturales, o recurrir a la congelación para asegurar la conservación de materias primas y productos finales, o alimentar al ganado exclusivamente con piensos, etc.

Estos y otros factores deben ser claramente decisivos a la hora de diferenciar la calidad de los productos artesanos. Aprobando una normativa específica que regulase los requisitos de los quesos artesanos se podría contribuir a desterrar definitivamente la 'picaresca' que aún hoy se detecta en algunos eslabones de este sector productivo.


Fuente: Informe Técnico (2005). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Manuel Peña Párraga (presidente). Sede AQAA: Baena (Córdoba, España).
José Luis Ares y Ana María Rey (autores)