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jueves, 6 de febrero de 2014

GRASA DE LECHE DE CABRA Y DE VACA: UTILIZACIÓN DIGESTIVA Y METABÓLICA

Una de las razones de que la grasa de la leche de cabra sea más digestible que la de vaca es el menor tamaño de los glóbulos grasos en la especie caprina, cuyo diámetro oscila entre 1,5-3,0 μm, frente a los del bovino que presentan valores medios de unos 4,0 μm, presentando una mayor o menor superficie de cara a la acción digestiva de las enzimas lipasas, respectivamente. Pero esta no es la única causa de la mayor digestibilidad de la leche de cabra, sino que además la utilización digestiva se ve favorecida por su mayor contenido en triglicéridos de cadena media, ya que las lipasas son más eficaces en el ataque de las uniones ésteres de dichos triglicéridos, respecto a los de cadena larga.

Aunque existe numerosos trabajos científicos sobre esta temática, se exponen a continuación algunos resultados obtenidos en los trabajos de investigación del grupo de investigadores de la Unidad de Nutrición Animal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EEZ-CSIC, Granada), y de la Planta Piloto de Lácteos (IFAPA, Córdoba), que complementan los ya presentados en entradas anteriores de este blog.

En este sentido, cabe resaltar que los triglicéridos de cadena media siguen una vía de utilización digestiva diferente de los de cadena larga, ya que los ácidos grasos liberados durante el proceso de la hidrólisis, son capaces de ser absorbidos sin reesterificación en las células intestinales, entrando directamente en el sistema Porta. Su bajo peso molecular y su hidrosolubilidad, facilitan la acción de los enzimas digestivos, haciendo que su hidrólisis sea más rápida y completa que los triglicéridos de cadena larga comenzando, a diferencia de estos últimos, su digestión a nivel del estómago, debido a la acción de las lipasas gástricas, que inician el proceso hidrolítico, completándose por las lipasas pancreáticas que actúan a un ritmo cinco veces superior al ejercido en el caso de los de cadena larga.

En los ensayos realizados en ratas en los que se suministraban distintas dietas con grasas procedentes de leches de cabra y de vaca, arrojaron resultados con una mayor digestibilidad en el primer caso, coincidiendo con los obtenidos al utilizar dietas compuestas en su totalidad por proteínas y grasas de ambos tipos de leche estudiados.

Por otra parte, en la Tabla 3 adjunta se muestran los resultados de los perfiles de ácidos grasos, donde se aprecian las diferencias encontradas entre las leches de cabra y de vaca. Respecto al estudio de la utilización de la grasa de una dieta a nivel metabólico, se ha realizado una vez establecida la utilización metabólica de la energía de la misma, determinándose en relación con la ingesta correspondiente, la energía total retenida a nivel corporal, así como la partición de ésta en energía retenida como proteína y grasa.

Para estudiar el efecto que la naturaleza de la grasa de la dieta puede tener sobre este balance energético, es necesario tener en cuenta que la termogénesis inducida por la alimentación, juega un importante papel en la regulación del balance energético y, en consecuencia, en la composición corporal del animal. Asimismo, la composición en macronutrientes afecta a la termogénesis y, por tanto, al flujo total de energía que se pierde a través del organismo; la naturaleza de la grasa de la dieta en razón de su composición en ácidos grasos, es capaz de influir sobre la termogénesis inducida por la misma y, por tanto, sobre el depósito de grasa a nivel corporal.

Distintos resultados experimentales hacen considerar que los triglicéridos de cadena media, se oxidan como fuente de energía, más rápida e intensamente que los de cadena larga, siendo por tanto depositados a nivel corporal, en menor cantidad, originando un incremento de la termogénesis inducida por la dieta ingerida. En ratas alimentadas a un mismo nivel energético, con dietas que incluían triglicéridos de distintas cadenas (media, larga y saturada), se observó que tanto la ganancia de peso como el depósito de grasa resultaban menores cuando la dieta incluía triglicéridos de cadena media, hallándose igualmente, una tasa de metabolismo basal más alta.

Algunos estudios muestran que los triglicéridos de cadena media tienen un metabolismo particular, lo que originaría la diferencia de estos compuestos a nivel de la termogénesis postprandial. Los ácidos grasos constituyentes de estos compuestos, penetran en la mitocondria de las células hepáticas, independientemente de la acil-CoA-carnitina transferasa, y el acil-CoA formado en la β-oxidación, puede ser posteriormente oxidado vía ciclo de Krebs, hasta la producción de anhídrido carbónico y agua. El nivel de enzimas que intervienen en el ciclo de Krebs, considerado como marcador de la capacidad oxidativa en la mitocondria, resulta más alto en el consumo de triglicéridos de cadena media. Esta mayor capacidad oxidativa estaría relacionada con los mecanismos que determinan el menor depósito de grasa al consumir los triglicéridos de cadena media, consecuencia de la mayor termogénesis producida.

De acuerdo con dichas investigaciones, algunos autores sugieren que, debido a este metabolismo particular, los triglicéridos de cadena media podrían llegar a utilizarse eficazmente en determinados tratamientos contra la obesidad. Asimismo, y teniendo en cuenta la distinta composición de la materia grasa de la leche de cabra y vaca, los resultados obtenidos en relación con la utilización de la energía (Tabla 1), pueden ser claramente ser atribuidos a dicha composición. En el consumo de las dietas con la grasa de la leche de cabra, unido a una menor cantidad de energía total retenida, se aprecia una mayor pérdida de calor asociada a la oxidación de la misma. Y como consecuencia de esto, los resultados obtenidos reflejan una menor eficiencia bruta en la utilización de la energía metabolizable ingerida para la retención. Teniendo en cuenta además, como ya se ha indicado, que la energía derivada de la oxidación de la grasa de leche de cabra puede utilizarse para la síntesis proteica, resulta lógica la mayor retención de energía registrada en forma de proteína.

Finalmente, de los resultados obtenidos se deduce que la grasa de la leche de cabra, en razón de su alto contenido en triglicéridos de cadena media, interviene más activamente que la de vaca, en la termogénesis inducida por la dieta, dando lugar a mejor nivel corporal, con un menor depósito de grasa y mayor de proteína, lo que demuestra la diferente calidad saludable de ambos tipos de grasa.


Fuente: Información técnica (2005). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Manuel Peña Párraga (presidente). Sede AQAA: Baena (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)

PROTEÍNAS LECHES DE CABRA Y VACA: UTILIZACIÓN DIGESTIVA Y METABÓLICA

Continuando con la exposición de los trabajos de investigación sobre las diferencias de composición de las proteínas de las leches de cabra y de vaca, realizados por el grupo de investigadores de la Unidad de Nutrición Animal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EEZ-CSIC, Granada), y de la Planta Piloto de Lácteos (IFAPA, Córdoba), se presentan a continuación algunos resultados sobre la utilización digestiva y metabólica de la materia proteica de ambos tipos de leche.

En este sentido, cabe destacar los resultados experimentales relativos a la utilización nutritiva de la proteína de la leche de cabra y vaca, obtenidos en base al empleo en ratas de unas dietas en las que la totalidad de su proteína y grasa procedía de leche de cabra o vaca. Por otra parte, distintos estudios clínicos realizados en niños que presentaban intolerancia a la proteína de la leche de vaca, pusieron de manifiesto que su sustitución por la leche de cabra originaba una mayor aceptación y mejor utilización digestiva.

Más recientemente, otros estudios, empleando en ratas, unas dietas en las que sólo parte de su proteína procedía de leche de cabra o vaca, encontraron una mejor digestibilidad y balances de nitrógeno, cuando se incluía en la misma la proteína de leche de cabra. Asimismo, y en base a las dietas diseñadas, se comprobó que el aprovechamiento digestivo de la proteína de las diferentes dietas, quedaba establecido por el origen de la misma, no influyendo al respecto, la naturaleza de la grasa, obteniéndose mejores resultados cuando la proteína procedía de leche de cabra (ver Tabla adjunta).

Por tanto, podemos decir que la proteína de la leche de cabra resulta beneficiosa, debido a su naturaleza más digestible, absorbiéndose en consecuencia sus aminoácidos más eficientemente que los de la proteína de leche de vaca.

En cuanto a las causas que podrían determinar el mejor aprovechamiento digestivo de la proteína de la leche de cabra frente a la de vaca, distintos autores indican que la digestibilidad de la primera, resulta probablemente más alto, ya que en el estómago llega a formar un coágulo más blando y desmoronable, lo que facilita la acción de las proteasas estomacales, derivándose en consecuencia, una más alta digestibilidad.


Fuente: Información técnica (2005). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Manuel Peña Párraga (presidente). Sede AQAA: Baena (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)

martes, 4 de febrero de 2014

LECHES DE CABRA Y VACA: DIFERENCIAS DE COMPOSICIÓN

Durante los últimos años han proliferado los estudios sobre las diferencias de composición de las leches de cabra y de vaca, en relación con sus posibles repercusiones en la salud de los consumidores. En este sentido, algunos trabajos de investigación han puesto de manifiesto algunas propiedades de la leche de cabra que la diferencian cualitativamente de la obtenida de la vaca. Donde existe una mayor controversia entre algunos especialistas es a la hora de valorar la verdadera incidencia de estas propiedades diferenciales en la salud de personas con requerimientos o necesidades específicas. 

No cabe duda de que la leche es un alimento básico para el ser humano, desde el mismo momento del nacimiento y, prácticamente, a lo largo de toda la vida, al igual que algunos de sus productos lácteos derivados obtenidos mediante diferentes procesos de transformación y/o industrialización. En el caso de la leche de cabra está cobrando mayor interés como alimento de personas con ciertos problemas de intolerancia a la leche de vaca, por parte de algunos médicos y nutricionistas, revelando buenos resultados en numerosos casos. 

Asimismo, desde el punto de vista nutritivo, la leche de cabra tiene una composición diferente de la de vaca, principalmente, en las proteínas y la materia grasa, lo que hace que sea un alimento más fácilmente utilizable por el organismo humano, tanto a nivel digestivo como metabólico. 

En lo relativo a las proteínas, se ha observado que la leche de cabra presenta una composición distinta en las fracciones proteicas frente a la leche de vaca, en especial en la de naturaleza insoluble, como es la caseína; así, se registran niveles más bajos de alfa-s1-caseína, que determina la formación de un coágulo más blando y desmoronable en el interior del estómago, facilitando la acción de las proteasas gástricas, enzimas que favorecen su paso intestinal, que repercute favorablemente en una digestibilidad más rápida y eficiente. 

En cuanto a la materia grasa, la leche de cabra tiene un contenido de un 30% de triglicéridos de cadena media, formados por ácidos grasos cuya cadena carbonada tiene entre 6 y 14 átomos de carbono, a diferencia de la leche vaca que apenas supera el 20%. La importancia de esta diferencia cuantitativa radica en que estos triglicéridos se caracterizan por seguir una vía de utilización, en el organismo humano, distinta a la de los de cadena larga, que también favorece la digestión, y su posterior aprovechamiento a nivel metabólico como fuente de energía, de gran utilidad para distintos procesos vitales, como los de mantenimiento e incluso, en la propia síntesis proteica. 

De los numerosos estudios científicos realizados hasta la fecha, se obtuvieron algunos resultados que ponen de manifiesto que además del reducido tamaño de los glóbulos grasos, la importancia de la naturaleza de la materia grasa de la leche de cabra radica, precisamente, en su alto contenido en triglicéridos de cadena media y un menor porcentaje de ácidos saturados de cadena larga, teniendo estos últimos una incidencia negativa en la salud, por su estrecha relación con la aparición de problemas cardiovasculares asociados al consumo de las grasas saturadas de origen animal, como se refleja en la abundante bibliografía sobre este aspecto, así como en algunos tipos de cánceres. De ahí el importante incremento en el consumo de productos lácteos más ligeros (light), con menor contenido graso, registrado en muchos países de la Unión Europea durante los últimos años, provocando estos cambios de hábitos alimentarios frecuentes carencias en las dietas diarias originadas por la de determinados nutrientes (aminoácidos, ácidos grasos esenciales, minerales, vitaminas, etc.).

Por otra parte, se ha comprobado que no todas las grasas animales contribuyen de la misma manera al desarrollo de enfermedad cardiovascular, no dependiendo únicamente de la composición y naturaleza de los triglicéridos, sino también del metabolismo particular de cada persona, de manera que utiliza la mayor parte de la grasa ingerida como fuente de energía, o por el contrario, se deposita, en menor o mayor grado, a nivel corporal.

En este sentido, y aunque el origen de los procesos que constituyen la 'termogénesis' o producción de calor asociada a la oxidación de un sustrato en el organismo, aún hoy continúa siendo motivo de controversias. No obstante, sí se ha visto que tanto los ácidos grasos poliinsaturados como los de cadena corta y media, se oxidan como fuente de energía más rápida e intensamente que los saturados de cadena larga, por lo que se depositan en menor cantidad, pudiendo dar lugar en consecuencia, a un incremento de la termogénesis inducida por la dieta. Asimismo, se conoce que la mayor presencia de ácidos grasos poliinsaturados o de cadena media, produce, en función de su utilización, un incremento en la retención de proteína de la dieta.

De acuerdo con estos antecedentes, en Andalucía (España) se han llevado a cabo distintos tipos de estudios científicos y ensayos experimentales con objeto de comparar la calidad de la proteína y la grasa de las leches de cabra y vaca, tanto desde un punto de vista nutritivo como saludable.Y en base a los resultados experimentales obtenidos por el grupo de investigadores de la Unidad de Nutrición Animal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EEZ-CSIC, Granada), y de la Planta Piloto de Lácteos (IFAPA, Córdoba) se ha constatado que la diferente disponibilidad energética para la utilización proteica por el organismo, puede originarse en razón de la distinta composición de materia grasa de ambas clases de leche. Finalmente, se ha puesto de manifiesto que los productos lácteos elaborados con leche de cabra no presentaron diferencias tecnológicas significativas en los procesos de elaboración a nivel de industria, y en quesos de larga maduración sus características sensoriales eran muy similares, para un porcentaje elevado de consumidores encuestados, a los elaborados con leche de vaca.

El asesor científico de la AQAA, José Luis Ares, ha formado parte de este grupo de investigación, coordinando los estudios de calidad tecnológica y sensorial, así como la valoración de la opinión de los consumidores encuestados.


Fuente: Información técnica (2005). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Manuel Peña Párraga (presidente). Sede AQAA: Baena (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)

viernes, 2 de agosto de 2013

CULTURA LÁCTEA: COMPOSICIÓN DE QUESOS

Continuando con la información publicada anteriormente en este blog para difundir la cultura láctea en la sociedad en su conjunto, se presenta a continuación una tabla con los valores medios de composición química de algunos de los afamados quesos elaborados en distintos países, en su mayoría, de origen europeo, y un elevado consumo en el continente. Esta tabla ha sido realizada en 1977 por el gran experto Kosikowski, con lo que se puede sin duda considerar como un documento 'histórico'.

Si se analizan los resultados expuestos en dicha Tabla, se puede ver claramente, como los valores más altos de humedad (medida en porcentaje de agua en la pasta del queso) se corresponden con los quesos de la gama "fresca" ('cottage', 'quarg', 'ricotta', aunque este último se elabora con suero de quesería), mientras que los de pasta "seca" o dura son generalmente quesos de larga maduración ('grana', 'gruyère', 'cheddar'); finalmente, en un rango de valores intermedios se encuentran algunos quesos de pasta "blanda" ('camembert', 'munster', 'blue'). Otros tipos como la 'mozzarella' se consideran de pasta "hilada", o de pasta "azul", el queso 'roquefort'.

Respecto a los contenidos de grasas y de proteínas que son los dos componentes principales de lo que se conoce como "extracto seco del queso", que se corresponde con la fracción no acuosa del mismo, en dicha tabla los valores aumentan en general en las variedades de pasta más dura frente a los de pasta blanda o de la gama fresca. Esto se puede comprobar fácilmente observando los valores más altos de los porcentajes de los contenidos de grasa ('cheddar', 'roquefort', 'emmental', gruyère'), frente a los valores más bajos ('quarg', 'ricotta', 'cottage' ). Algo similar ocurre con los contenidos porcentuales de la proteína.

Aunque en estos momentos el mercado requiere cada vez más quesos con contenidos bajos en sal, sin embargo, muchas de las variedades tradicionales más conocidas a nivel internacional presentan altos porcentajes (medidos en cloruro sódico), entre ellas, destacan los productos madurados con presencia de mohos ('blue', 'roquefort'), registrándose los valores más bajos en los quesos de la gama fresca ('ricotta', 'quarg', cottage') y pasta hilada ('mozzarella'), mientras que el resto presenta valores intermedios (entre 1,1 el 'gruyére',  y 2,6 el 'grana').

Finalmente, los valores de acidez de los quesos, medidos en unidades de pH, son más bajos en las variedades de la gama fresca ('quarg', 'ricotta', cottage') y pasta hilada ('mozzarella'), y más altos en los madurados por mohos ('camembert', blue', 'roquefort', 'munster').





Fuente: Circular informativa (2011). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). María Jesús Jiménez Horwitz (presidenta). Sede AQAA: Jayena (Granada, España).
José Luis Ares Cea (asesor científico)