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martes, 23 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: ALTERACIONES LOCOMOTORAS EN OVEJAS POR TRIBULUS TERRESTRIS

En un trabajo de investigación se han estudiado en ganado ovino las alteraciones locomotoras como patologías asociadas al consumo de pastos con abundante presencia de Tribulus terrestris ('pinchabicicletas').

Tiíbulus terrestris es una planta de la familia de las zigofiláceas, que incluye más de 250 especies, raramente herbáceas; su nombre, procede del griego “treis bolus”, tres dardos, que alude a las espinas del fruto. Son numerosos los nombres comunes que identifican a esta planta, pero los más conocidas son, en castellano: 'abrojo', 'alborjos', 'alforjas', 'arvojos', 'duros', 'espigón', 'mormaga'; en portugués: 'abrolhos'; en catalán: 'abriull', 'abrull', 'queixals de vella', 'queixals de llop', 'cairell', 'punxaclaus', 'cadells', 'canets', 'gossos', 'creus de Sant Antoni', 'redet'; en vasco: 'sasilarra', 'saparrlarr'; en gallego: 'abrolho', 'abrolhos', 'abrolhos-terrestres'. 

Para el caso descrito en este estudio se estima más adecuado el nombre de 'pinchabicicletas', que se recoge en las publicaciones del Servicio de Investigación Agraria del Gobierno de Aragón (España), si bien en esta región también se utiliza frecuentemente el nombre de 'descalzaperros'. Los caracteres botánicos de esta planta son: especie anual, de hasta 60 cm, cubierta de suave vello, rastrera, y reptante. Su distribución es mundial, encontrándose en Europa, en España, en el noroeste de Francia y el centro de Rusia. Sus flores son hermafroditas, amarillas, pequeñas, regulares, axilares, solitarias sobre pedúnculos más pequeños que las hojas paripennadas; tiene un cáliz caduco formado por cinco sépalos lanceolados, la corola compuesta por cinco pétalos oblongos más largos que el cáliz, el androceo con diez estambres igualando o sobrepasando la corola, el gineceo mostrando un estilo muy corto y estigma con cinco radios, el fruto en cápsula pentámera con cinco semillas muy espinosas (cuatro cada una) y distribuidos en estrella. Esta planta germina en primavera y florece en verano. Nace en la vera de los caminos, en los linderos y ribazos, escombros y sitios incultos de todo el país, así como en los baldíos, lugares arenosos y cultivos abandonados.

Existen numerosas referencias bibliográficas referidas a diferentes procesos en los que interviene esta planta: responsable de la ictericia enzoótica en ovinos, en Sudáfrica (“geeldikkop”) y Australia (“tribulosis” o “Coonabarabran ataxia”). La ingestión de la planta provoca ictericia aguda e hinchazón del hígado y riñones. La planta es más toxica en la etapa después de marchitarse, conservando su toxicidad incluso a temperaturas de -15 ºC. Cuando esta planta se ha empleado en la alimentación de ovejas, con dosis subtóxicas, iniciando la administración a los 100 días de gestación, se produjo una alta mortalidad en los corderos e incapacidad de los supervivientes para buscar el pezón durante la lactancia natural. Esta planta contiene alcaloides y es considerada como hepatotóxica, con importancia en los casos de fotosensibilización secundaria o hematógena. Asimismo, se han descrito síndrome con alteraciones locomotoras en ovejas australianas, debido a una alteración degenerativa de la médula espinal y caracterizado por debilidad y parexia de las extremidades traseras, que solamente afecta a los animales adultos y tras un consumo prolongado de grandes cantidades de planta. Otros autores han descrito la aparición de cuadros de atrofia muscular unilateral. También existen estudios donde se ha puesto de manifiesto la capacidad del hongo saprofito Phytomyces chartarum, productor de esporidesmina, de crecer Tribulus terrestris, con implicaciones en la aparición de cirrosis y fotosensibilización secundaria o hepatógena del ganado ovino.

En este trabajo se describe un caso clínico que difiere de los cuadros antes citados, estando más relacionado con la acción traumática del fruto (“pinchabicicletas” o “descalzaperros”). El estudio se realizó en una explotación de 2.500 ovejas de raza 'Rasa Aragonesa', encontrándose en uno de los rebaños, de unas 1.000 ovejas, unas 70 cabezas afectadas por alteraciones locomotoras ('cojeras'), pertenecientes al lote de las ovejas 'vacías'. Estos animales pastaban en unos terrenos de la periferia de la ciudad de Zaragoza, que se habían quedado baldíos ese año debido a su recalificación como zona industrial. Los campos habían sido cultivos de trigo duro y predominaba el ricio, aunque se podían encontrar otro gran número de plantas, entre las que destacaba Tribulus terrestris. 

Las alteraciones detectadas diferían del cuadro citado en las ovejas australianas, y tras el examen de la marcha de los animales y después de una exhaustiva exploración se concluía que la cojera se debía a problemas del tercio distal de la pata y más concretamente a nivel de las pezuñas. El estado del espacio interdigital y del rodete coronario en la exploración era normal y se procedió a la limpieza y recorte de la pezuña, sin encontrarse lesiones que afectaran a la pared o a la línea blanca. Posteriormente se limpio la suela y se quitaron las capas superficiales con legra o cuchillo; se observó la aparición de unos pequeños puntos en la suela y al despalmar, parcialmente, a los animales afectados, apareció un líquido maloliente que separaba la suela del corion plantar. Los puntos encontrados correspondían a perforaciones de la suela y en algún caso se encontraron frutos de Tríbulus terrestris clavados en la misma. Los análisis bacteriológicos daban crecimientos de gérmenes variados con predominio de los encontrados en el 'pedero' ovino y otras infecciones podales, resultado de la contaminación secundaria de las perforaciones ocasionadas en la suela.

Se afectaron 500 de las 1000 ovejas del rebaño y se determinó que se debería sacar las ovejas de estos pastos y hacer tratamientos parenterales con Terramicina de larga acción a los animales afectados y tratamiento local tras el despalme a los que no remitían. Debe destacarse que fue necesario utilizar pediluvios durante dos meses para evitar contaminaciones del espacio interdigital, pero la curación del rebaño no fue verdadera hasta que no se realizó un recorte y curación de los cascos de los animales que no habían curado tras la inyección de Terramicina de larga acción.

Como conclusión general se resume que la presencia de Tribulus terrestris en los pastos de consumo de las ovejas se asocia a la aparición de alteraciones locomotoras en los animales, principalmente, cojeras, debidas a la perforación de la suela con una etiología microbiana múltiple, y contaminación del corion plantar. La actuación local (arreglo de pezuña y despalme) y la inyección de Terramicina retardada permitieron casi la recuperación del número total de ovejas afectadas.



Autoría: L. M. Ferrer y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

miércoles, 13 de mayo de 2015

INVESTIGACIÓN: SÍNDROME DIARREICO EN CABRITOS (ESPAÑA)


En un trabajo de investigación se ha estudiado la incidencia del síndrome diarreico en cabritos de las explotaciones lecheras ubicadas en las zonas norte de Almería y oeste de Murcia (España). 

La producción de cabritos lechales para sacrificio representa, en la zona de centro-norte de Almería y oeste de Murcia, del 17 al 23 % de los ingresos económicos de las explotaciones caprinas integradas en la cooperativa 'La Pastora de Taberno' (Almería). La profesionalización del sector caprino lechero requiere un gran esfuerzo inversor (mejora de instalaciones, equipos de ordeño, genética, lactancia artificial, etc.). Los problemas relacionados con la patología suponen mermas importantes en la cuenta de ingresos. Uno de los problemas que más interesan al ganadero es el de la diarrea en cabritos recién nacidos: por su complejidad en el manejo y tratamiento medicamentoso, por los resultados casi siempre decepcionantes, porque año tras año se repiten en algún lote productivo, y una larga lista de inconvenientes que cualquier veterinario de explotación puede añadir. En este estudio se pretende identificar los agentes etiológicos, conocer aspectos de su patogenia y epidemiología y, por último, establecer un protocolo eficaz destinado a la prevención del problema.

Este trabajo se ha realizado durante el período comprendido entre septiembre de 2001 y marzo de 2005, investigando los brotes de diarreas en cabritos de 4 a 16 días de vida, al ser este el intervalo de edad en que mayor número de bajas se producen (96 % de bajas por diarrea hasta la venta a matadero sobre los 35 días de vida -datos propios-). Se han enviado a laboratorio un total de 67 cabritos enteros y refrigerados para su análisis, procedentes de 42 explotaciones diferentes ubicadas en 12 municipios de las provincias de Almería y Murcia. Los análisis consisten en: historia clínica, examen macroscópico de anatomía patológica, histopatología, microbiología (tinciones Gram y Giemsa, cultivo en medios apropiados e identificación bioquímica) y parasitología por frotis y tinción Zielh-Neelsen. Se han escogido al azar 6 explotaciones con problemas de diarreas neonatales reincidentes, procediendo a realizar un tratamiento de quimioprofilaxis con lactato de halofuginona durante 5 días tras encalostramiento a dosis de 1 ml por cabrito y día vía oral.

Los resultados analíticos obtenidos sobre la etiología de diarreas en los cabritos de las explotaciones estudiadas donde se aislaron criptosporidios, revelan una mortalidad del 10% en una de ellas, y entre el 60 y el 70 % en las cinco restantes, al complicarse con Manheimia Haemolytica a nivel pulmonar. En otros siete casos la etiología se complicó con el mismo patógeno pulmonar incrementando siempre un 15-25 % la mortalidad frente a la misma etiología y la ausencia de M. Haemolytica. En el 72 % de los casos se encontraron criptosporidios, casi siempre en elevada cantidad y con severas lesiones sobre las vellosidades intestinales, la mayor parte de ellos en el rango de edad de 4 a 12 días de vida. Una cuestión importante es que no existen diferencias entre lactancia natural y artificial en los resultados. La duda surge si introdujéramos la variable “encalostramiento con biberón o sonda” ya que casi todos los cabritos son encalostrados a natura durante 12-24 horas.

Con estos resultados se puede formular la siguiente hipótesis sobre la patogenia y epidemiología del síndrome diarreico: ¿Son los criptosporidios desencadenantes/agravantes de las diarreas? 


-Los criptosporidios acceden al aparato digestivo del cabrito a través de las ubres sucias de sus madres y/o ingestión de la suciedad de la cama.
-A los 4-7 días comienzan las primeras diarreas y el ganadero comienza a tratar con antibióticos. Su escasa acción sobre los criptosporidios y persistencia de la diarrea, la eliminación de la flora intestinal y consiguiente disbiosis, la selección de los escasos E. coli resistentes y su multiplicación, la mala absorción de nutrientes, parada intestinal y proliferación de clostridios, el estado de emaciación y deshidratación, trae como resultado la muerte del animal, aparte de haber diseminado entre todos sus compañeros su problema.
-Los cabritos, tanto en corral como en sala de lactancia artificial, tienen un alto componente gregario, sobre todo para dormir y en épocas de frío, lo que facilita la amplia difusión del problema en corto periodo de tiempo.
-La tardanza en avisar a un veterinario, los malos hábitos terapéuticos, los consejos erróneos de los vecinos, el tiempo de diagnóstico laboratorial y el fin de semana, entre otros aspectos negativos, contribuyen a agravar dicha problemática.

Con estos conocimientos en base a la experiencia de campo, si se consigue controlar la primoinfestación por criptosporidios y su daño sobre la mucosa intestinal, se incidirá positivamente sobre el 72 % de los problemas diarreicos neonatales en aquellos casos afectados, repercutiendo también sobre las complicaciones secundarias con colibacilosis y clostridiosis. Para ello, se escogen 6 explotaciones caprinas reincidentes año tras año en alguna de sus parideras y tratamos los cabritos recién nacidos durante 5 días seguidos con lactato de halofuginona tras el encalostramiento. Este tratamiento preventivo hace buena la hipótesis y reduce las bajas de cabritos a parámetros económicamente viables. La aparición de diarreas leves y fácilmente combatibles se pueden asociar a la falta de lesiones iniciales debidas a criptosporidios y a la mayor resistencia del cabrito por igual motivo. Otras 16 explotaciones fueron objeto de seguimiento con menor intensidad de tratamiento (3-4 días) y más espaciado en el tiempo (3-5 días tras nacimiento) con resultados similares y mortalidades nunca superiores al 15 %.


Autoría: J.P. Pardo y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)

lunes, 11 de mayo de 2015

INVESTIGACIÓN: VACUNA POLIVALENTE MICOPLASMAS EN CAPRINO DE CANARIAS (ESPAÑA)

En un trabajo de investigación se ha desarrollado una vacuna polivalente inactivada frente a las cuatro especies de micoplasmas asociadas al síndrome de agalaxia contagiosa (AC) en el ganado caprino (España).

La agalaxia contagiosa es una enfermedad infecto-contagiosa propia del ganado ovino y caprino ocasionada por cuatro especies del género Mycoplasma. El M. agalactiae es el principal agente etiológico del síndrome en ovejas y cabras, aunque en el ganado caprino, la enfermedad también puede estar causada por Mycoplasma capricolum subsp. capricolum (Mcc), Mycoplasma mycoides subsp. mycoides LC (Mmm LC) y Mycoplasma putrefaciens. Las estrategias empleadas para la protección vacunal frente a la enfermedad han recaído en vacunas convencionales vivas atenuadas, y mayoritariamente en vacunas inactivadas, desarrolladas frente a M. agalactiae (OIE, 2000), en las que ha recaído el peso de la inmunoprofilaxis. Existe poca información sobre el desarrollo de vacunas inactivadas frente al resto de especies implicadas en el síndrome. En regiones endémicas de la enfermedad, como es el caso de las Islas Canarias, en las cuales están presentes las cuatro especies asociadas al síndrome, existe un problema importante, la variabilidad etiológica de la enfermedad, lo que ha motivado la realización del presente trabajo. 

En cuanto a la metodología utilizada, las cepas seleccionadas para su inclusión en el preparado vacunal fueron estudiadas por SDS-PAGE e Immunoblotting, seleccionando las más idóneas en función de sus perfiles proteicos y principalmente antigénicos. Se utilizó el medio PH con un 20% de suero (Kirchhoff y Rosengarten, 1984) para la elaboración del antígeno. El porcentaje de cada especie incluido en el preparado vacunal se realizó en función de los resultados previos obtenidos en trabajos anteriores de este equipo. La elaboración de la vacuna se realizó modificando la metodología descrita por Tola y colaboradores (1999), utilizando cuatro formulaciones diferentes en función del agente inactivante (formol o fenol) y el adyuvante utilizado (Hidróxido de aluminio, con o sin Quil-A®). Las vacunas fueron testadas en un rebaño libre de AC, para observar la seroconversión de los animales vacunados frente a un grupo control (ELISA e Immunoblotting). Posteriormente, se vacunaron animales situados en una granja gravemente afectada de AC, al objeto de conocer datos acerca de la eficacia real en condiciones de campo de los preparados vacunales (“desafío natural”). Se analizaron estadísticamente los valores de seroconversión entre los grupos controles y los animales vacunados.

Los resultados obtenidos en el rebaño libre de AC, y en el empleo, en condiciones de campo, de dos dosis de una vacuna polivalente inactivada elaborada frente a Mycoplasma spp con un 75% de antígeno (30% de M. agalactiae y Mmm LC, 15% de Mcc y M. putrefaciens) de diferentes cepas de cada especie (garantizando la cobertura del mayor número de determinantes antigénicos posibles) inactivada con fenol (0,5%) y adyuvantada con un 25% de la combinación de hidróxido de aluminio y saponina purificada (Quil-A®) (500μg), revelan la inducción de una respuesta humoral específica elevada durante 6 meses en cabras adultas, encontrando diferencias serológicas estadísticamente significativas en alguno de los controles con respecto a un grupo vacunado con una vacuna similar sin incluir el Quil-A®, obteniendo ambas resultados similares frente a un grupo control no vacunado (p<0,001). 

Al testarla en un rebaño gravemente afectado de AC, la administración de dos vacunas polivalentes de igual composición antigénica pero inactivadas con formol (0,1%) produjo una mejora importante en el estado sanitario de las cabras y 'baifos' (cabritos) en una explotación gravemente afectada de AC, reduciendo significativamente la tasa de abortos en cabras adultas (en casi el 100%), la mortalidad de la recría (casi un 90%), la presentación de casos de poliartritis y de problemas respiratorios, así como el estado de portador lactógeno en los cabritos incorporados al proceso productivo. No obstante, se produjeron diferencias serológicas significativas entre los lotes de animales vacunados, siendo superiores en la vacuna que incluye Quil-A® (p<0,001). En un grupo de cabras no vacunadas la tasa de abortos se situó en el 70%. El uso de estas vacunas, y principalmente su eficacia desata mucha controversia entre unos autores y otros; algunos han obtenido resultados satisfactorios con su utilización, tanto en condiciones experimentales como en condiciones de campo. En este sentido, Villalba et al. (1991), y León Vizcaíno et al. (1995) afirman que la inmunización sistemática unida a un aislamiento sanitario reduce de modo significativo la enfermedad y el estado de portador lactógeno; por el contrario, otros autores (Sarris y Papadopoulos, 1987), han concluido que el uso de estas vacunas no previene el establecimiento de la infección en la explotación, ni garantizan la supresión de la infección mamaria.



Autoría: C. De la Fe y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)