Con gran atrevimiento por mi parte, hace unos meses publicaba, en este blog, una entrada denominada "Creación de microempresas lácteas: pasos previos", donde avanzaba una serie de sugerencias para aquellas personas involucradas en el sector quesero, por vocación o por necesidad, o por ambas cosas (20 de octubre de 2012).
La causa de ese impulso, como suele suceder con bastante frecuencia, fue fruto del puro azar, ya que surgió ante la pregunta de uno de mis alumnos, nada inapropiada sino todo lo contrario, muy pegada a la realidad actual de un sector productivo cuya estructura empresarial está muy atomizada y representada por pequeñas, e incluso microempresas mayoritariamente en manos de familias que viven y trabajan en las zonas rurales.
Lo que en realidad se me preguntaba era si dentro del sector quesero la creación de microempresas podría ser una alternativa económica viable para los ganaderos productores de leche y otros grupos de personas emprendedoras que viven en las zonas rurales en Andalucía, igual que ocurre en otros países y regiones del mundo.
Sin meditar mucho, mi respuesta, totalmente espontánea, pero categórica y contundente, fue que sí, que no solo era posible, sino incluso deseable en momentos como los actuales, de escasos recursos financieros, bajos niveles de consumo, gran competencia por parte de las grandes industrias multinacionales, en un mercado aceleradamente globalizado, donde las cadenas distribuidoras de alimentos tienen un poder creciente y directo tanto sobre los precios de venta de las fábricas como sobre las propias condiciones contractuales, a veces, "leoninas". Y si esto ocurre entre empresas de gran dimensión, es decir, entre "gigantes", que debemos esperar de los efectos ocasionados en origen, o sea a los productores, ganaderos individuales o cooperativistas, que ven como de manera sistemática les bajan los precios de compra de la leche, coincidiendo en una época en que los costes de los insumos o medios de producción no dejan de aumentar (alimentación del ganado, combustibles, electricidad, medicamentos, plaguicidas, etc.).
Lo cierto es que una vez finalizada la citada sesión docente, me puse a reflexionar sobre la cuestión planteada por el alumno, y me pregunté si aquella respuesta realmente había sido el resultado de un balance rápido de mi experiencia en este sector productivo, donde presencié la creación y apertura de un número de empresas queseras muchísimo más elevado que las que cerraron definitivamente sus instalaciones, lo que en principio, resultaba un indicador bastante fiable, desde el punto de vista genérico, no obstante, me vinieron a la mente, algunas imágenes de proyectos fracasados y las causas que provocaron ese lamentable traspié. Y lo que era aún peor, que entre esas empresas cerradas, a lo largo de casi tres décadas, también había establecimientos de pequeña dimensión productiva o microempresas que, por tanto, y aunque a efectos de inversión total comprometida, el riesgo era mucho menor, no tenían totalmente garantizada su existencia "de por vida".
Para contribuir a poner "algo de luz" sobre este tema, y sin recurrir a soluciones dogmáticas ni alternativas ilusorias o propuestas irrealizables, decidí escribir una serie de sugerencias, a modo, de pasos previos, para que el proceso de creación de una microempresa quesera o quesería artesanal o de campo, no resulte demasiado complicado tanto para los nuevos emprendedores desconocedores del sector como para aquellos ganaderos o empresarios en actividad vinculados al mismo y que desean abordar nuevos proyectos o ampliar sus instalaciones actuales. En el citado artículo enumeraba una serie de cuestiones, no exhaustivas, para que un proyecto de inversión sea rentable, y contribuir a ayudar a estas personas a tomar las decisiones más ajustadas a la realidad de cada caso.
Recordando ese artículo, los pasos previos enumerados en el mismo eran: información, definición de la idea, permisos y licencias oficiales (burocracia), formación y plan de empresa. Ante mi sorpresa, estas reflexiones se han convertido, hasta la fecha, en uno de los artículos con más visitantes del blog, y además por personas de distintos países, lo que me anima a continuar con la tarea emprendida, con la creación de una serie de reflexiones, fruto tanto de mi experiencia personal como de los numerosos intercambios de conocimientos con distintos profesionales, técnicos y productores durante todos estos años.
Con el título de la presente entrada en el blog comenzaré esta nueva serie, procurando hacer razonamientos breves, para no abusar de la paciencia de los lectores, pero sin por ello, renunciar a incluir todos aquellos aspectos que considero clave para el desarrollo de una microempresa láctea.
Este artículo se incorpora como información complementaria (foro de análisis y debate) al material didáctico que he elaborado para el alumnado del curso de Especialista en Quesería, impartido durante 2013 en las instalaciones de la Planta Piloto de Lácteos.
Fuente: Material didáctico (2013). Curso de Especialista en Quesería. Planta Piloto de Lácteos de Hinojosa del Duque (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (profesor)