El principal desafío que tiene actualmente el sector agroalimentario en el mundo es dar una respuesta eficaz y rápida a las necesidades de alimentos por parte de la población. En los países económicamente más desarrollados, entre ellos, los principales Estados de la Unión Europea, las necesidades alimentarias de sus poblaciones han experimentado cambios significativos durante las últimas décadas, evolucionando una gran parte de la demanda cuantitativa de alimentos hacia unas mayores exigencias de carácter cualitativo, una vez satisfechos los requerimientos básicos de los consumidores locales.
Dentro de estas nuevas estrategias alimentarias ocupan un lugar destacado aquellas producciones provenientes de empresas que defienden modelos productivos más respetuosos con el medio ambiente, el bienestar de los animales, la seguridad y la calidad diferenciada de los alimentos. Por tanto, estas estrategias constituyen el marco de referencia para el desarrollo del sector de la ganadería ecológica. Actualmente, el tema medioambiental no sólo genera un amplio debate en la sociedad en su conjunto, sino que forma parte imprescindible de cualquier política de desarrollo económico que se realice en los países europeos.
En este sentido, la política ambiental se plantea en torno al denominado "desarrollo sostenible" o "sustentable", concepto consensuado en los principales foros y encuentros de debate sobre la planificación medioambiental y la conservación de los recursos naturales, organizados entre otros, por las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE).
El desarrollo sostenible y la ganadería ecológica son elementos actualmente muy apreciados por los consumidores de los países más avanzados, frecuentemente cansados de vivir en ciudades y ambientes contaminados y donde son aún habituales las crisis o epidemias debidas a enfermedades ganaderas (“vacas locas”, lengua azul, fiebre aftosa, gripe aviar, peste porcina, etc.). La sostenibilidad trata de conciliar las demandas de los consumidores con la conservación de la naturaleza y las funciones de los sistemas biológicos ambientales.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente celebrada en Estocolmo en 1972 fue un importante punto de partida para el impulso de las políticas de conservación de la naturaleza en numerosos países. En el informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas (1987), se definió el desarrollo sostenible como “aquel desarrollo capaz de satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
Otro evento de enorme importancia por sus positivas repercusiones en la planificación de las políticas medioambientales en el ámbito mundial, fue sin duda la Cumbre celebrada en Río de Janeiro en 1992, donde se propusieron cuatro convenios marco para aunar los esfuerzos de la comunidad internacional en el control del denominado "efecto invernadero" y sus consecuencias en el cambio climático, proteger la biodiversidad, los bosques y los suelos. Tras la celebración de la Cumbre de Río, las actuaciones en materia de gestión medioambiental se insertan en el marco de referencia de un modelo de desarrollo sostenible en su triple dimensión: ambiental, social y económica.
La ganadería ecológica requiere un manejo racional de los recursos naturales mediante el pastoreo dirigido y controlado, para conseguir una conservación sostenible del medio ambiente. A modo de ejemplo, y como ilustración de lo que una cabra no debe hacer en el campo se adjunta el logotipo elegido muy acertadamente por los organizadores del simposio internacional de explotación caprina en zonas áridas, celebrado en 1990 en Coquimbo (Chile).
José Luis Ares Cea (conferenciante)