En un trabajo de investigación se ha estudiado la inseminación artificial sistemática en cabras de raza Murciano-Granadina tratadas con dos métodos de sincronización de ovulaciones.
En el IMIDA de Murcia se desarrolla habitualmente la colaboración con ganaderos de la región en la aplicación de protocolos de inseminación artificial. Este programa se ofrece actualmente a 26 explotaciones radicadas en Murcia, de las que 25 pertenecen a la Asociación de Criadores de Ganado Murciano (ACRIMUR) y 9 localizadas en Almería, pertenecientes a la Cooperativa de Piensos, Carne y Leche de los Filabres; con un tamaño de las explotaciones que oscila entre 200 y 1.000 animales y una explotación intensiva, con un parto al año. Un 90% de estas inseminaciones se realizan en primavera (abril-junio), durante el periodo de anestro en esta raza. El método utilizado habitualmente para la sincronización de celos previa a la inseminación artificial estaba basado en la aplicación de esponjas vaginales con progestágenos, análogos de la prostaglandina F2a y eCG. En el año 2003, se comenzó a evaluar la posibilidad de implantación de un método alternativo, basado en el manejo del efecto macho, que eliminase los inconvenientes del empleo de esponjas vaginales.
En el presente trabajo se presentan los resultados correspondientes a las inseminaciones realizadas durante los meses de abril, mayo y junio de los años 2003-2004, en un total de 2.184 cabras, distribuidas en 37 replicados en 12 explotaciones diferentes. En cada explotación las hembras eran divididas al azar en dos grupos. Las hembras del primer grupo (n total = 1584) eran tratadas con efecto macho y administración de 25 mg de progesterona en aceite de oliva. Los sementales se mantuvieron durante 6–8 días. Al noveno día las cabras, ya separadas de los machos, fueron tratadas con 0,3 ml (75 mg) de cloprostenol (Estrumate, Schering) para inducir la lisis del cuerpo lúteo inducido (método IMA.PRO2â).
Las hembras del segundo grupo o control (n total = 600) eran tratadas con el método clásico de sincronización de celos, mediante la administración de progestágenos vaginales durante 11 días, inyectando el día 9, 300 UI de eCG y 0,3 ml de cloprostenol. A las 50 y 46 horas del final del tratamiento, respectivamente para el grupo 1 y 2, haciendo coincidir los intervalos propios entre final de ambos tratamientos e inseminación, todas las hembras eran inseminadas al mismo tiempo en una sola aplicación. Se utilizó semen refrigerado proveniente de machos del Centro de Inseminación del IMIDA, con una dosis de 200 millones de espermatozoides en un diluyente a base de tris, citrato y fructosa con yema de huevo. La tasa de fertilidad se estableció mediante diagnóstico de gestación por ecografía transabdominal a los 40 días post-inseminación.
El análisis de los resultados de las inseminaciones realizadas el primer año (2003) sobre un total de 436 animales, muestra una tasa de fertilidad mayor en los animales tratados con el método IMA.PRO2â (62,9%, n = 219) que en los animales tratados con esponjas intravaginales (45,3%, n = 217; P<0,05). Estos resultados se confirmaron en el segundo año (2004) sobre 1638 inseminaciones (65,2%, n = 1365 con IMA. PRO2â vs 49,4%, n = 383 con progestágenos; P<0,05); sin diferencias significativas entre años. Así, los resultados conjuntos de fertilidad fueron del 64,6%, con el nuevo método, superiores a los obtenidos con el método basado en el uso de esponjas (46,8%; p<0,01). En el caso de los animales tratados con esponjas vaginales, la tasa de fertilidad se vio afectada por el tamaño del grupo de animales inseminados (rango = 15-99; r = 0,712, p<0,005); lo que no se observa en los animales tratados con el método IMA.PRO2â (rango = 10-143). Las causas de este efecto deben ser evaluadas, pero podrían estar relacionadas con una menor dispersión de celos y ovulaciones en el método alternativo eCG, superiores a los que se consiguen con los tratamientos clásicos de administración de progestágenos y eCG. Por otro lado es de destacar la sencillez de manipulación del método evaluado y la ausencia de efectos secundarios al no utilizar progestágenos ni eCG.
Autoría: J. Carrizosa y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)
En el IMIDA de Murcia se desarrolla habitualmente la colaboración con ganaderos de la región en la aplicación de protocolos de inseminación artificial. Este programa se ofrece actualmente a 26 explotaciones radicadas en Murcia, de las que 25 pertenecen a la Asociación de Criadores de Ganado Murciano (ACRIMUR) y 9 localizadas en Almería, pertenecientes a la Cooperativa de Piensos, Carne y Leche de los Filabres; con un tamaño de las explotaciones que oscila entre 200 y 1.000 animales y una explotación intensiva, con un parto al año. Un 90% de estas inseminaciones se realizan en primavera (abril-junio), durante el periodo de anestro en esta raza. El método utilizado habitualmente para la sincronización de celos previa a la inseminación artificial estaba basado en la aplicación de esponjas vaginales con progestágenos, análogos de la prostaglandina F2a y eCG. En el año 2003, se comenzó a evaluar la posibilidad de implantación de un método alternativo, basado en el manejo del efecto macho, que eliminase los inconvenientes del empleo de esponjas vaginales.
En el presente trabajo se presentan los resultados correspondientes a las inseminaciones realizadas durante los meses de abril, mayo y junio de los años 2003-2004, en un total de 2.184 cabras, distribuidas en 37 replicados en 12 explotaciones diferentes. En cada explotación las hembras eran divididas al azar en dos grupos. Las hembras del primer grupo (n total = 1584) eran tratadas con efecto macho y administración de 25 mg de progesterona en aceite de oliva. Los sementales se mantuvieron durante 6–8 días. Al noveno día las cabras, ya separadas de los machos, fueron tratadas con 0,3 ml (75 mg) de cloprostenol (Estrumate, Schering) para inducir la lisis del cuerpo lúteo inducido (método IMA.PRO2â).
Las hembras del segundo grupo o control (n total = 600) eran tratadas con el método clásico de sincronización de celos, mediante la administración de progestágenos vaginales durante 11 días, inyectando el día 9, 300 UI de eCG y 0,3 ml de cloprostenol. A las 50 y 46 horas del final del tratamiento, respectivamente para el grupo 1 y 2, haciendo coincidir los intervalos propios entre final de ambos tratamientos e inseminación, todas las hembras eran inseminadas al mismo tiempo en una sola aplicación. Se utilizó semen refrigerado proveniente de machos del Centro de Inseminación del IMIDA, con una dosis de 200 millones de espermatozoides en un diluyente a base de tris, citrato y fructosa con yema de huevo. La tasa de fertilidad se estableció mediante diagnóstico de gestación por ecografía transabdominal a los 40 días post-inseminación.
El análisis de los resultados de las inseminaciones realizadas el primer año (2003) sobre un total de 436 animales, muestra una tasa de fertilidad mayor en los animales tratados con el método IMA.PRO2â (62,9%, n = 219) que en los animales tratados con esponjas intravaginales (45,3%, n = 217; P<0,05). Estos resultados se confirmaron en el segundo año (2004) sobre 1638 inseminaciones (65,2%, n = 1365 con IMA. PRO2â vs 49,4%, n = 383 con progestágenos; P<0,05); sin diferencias significativas entre años. Así, los resultados conjuntos de fertilidad fueron del 64,6%, con el nuevo método, superiores a los obtenidos con el método basado en el uso de esponjas (46,8%; p<0,01). En el caso de los animales tratados con esponjas vaginales, la tasa de fertilidad se vio afectada por el tamaño del grupo de animales inseminados (rango = 15-99; r = 0,712, p<0,005); lo que no se observa en los animales tratados con el método IMA.PRO2â (rango = 10-143). Las causas de este efecto deben ser evaluadas, pero podrían estar relacionadas con una menor dispersión de celos y ovulaciones en el método alternativo eCG, superiores a los que se consiguen con los tratamientos clásicos de administración de progestágenos y eCG. Por otro lado es de destacar la sencillez de manipulación del método evaluado y la ausencia de efectos secundarios al no utilizar progestágenos ni eCG.
Autoría: J. Carrizosa y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)