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jueves, 18 de junio de 2015

INVESTIGACIÓN: DERMATITIS ULCERATIVA CONTAGIOSA EN OVEJAS

En un trabajo de investigación se ha estudiado la dermatitis ulcerativa contagiosa en ovejas de Rasa Aragonesa en la provincia de Zaragoza (España). 

Esta patología apareció en una explotación extensiva de 1.100 ovejas de raza Rasa Aragonesa, cuyos animales pastaban rastrojeras y monte bajo, siendo suplementadas el lote del vacío con 350 gramos de una mezcla de alfalfa granulada, maíz, cebada y un núcleo proteico compuesto, básicamente por soja y gluten feed, y con 950 gramos para las que se encontraban en el último mes de gestación. La distribución se hacía en comederas tipo cajón de madera y con una longitud de 0,30-0,35 metros/oveja vacía y 0,5 m/oveja gestante. A principios del mes de noviembre de 2004 se observó la presencia de muchas ovejas con abundante exudado mucopurulento uni o bilateral, y en otros animales se veían pequeñas áreas de inflamación y costras en la zona de los ollares, y al moco se añadían estrías sanguinolentas, casi siempre con carácter unilateral. Considerando que había un problema serio de oestrosis hacia mitad de mes se procedió a desparasitar frente a Oestrus ovis con ivermectina oral (ORAMEC) a dosis única de 15 cc/oveja de 50-60 kilogramos de peso, y doble dosis a los sementales. A finales de noviembre se detectan muchos animales de todas las edades con costras no sólo en los ollares sino también en otros puntos, principalmente de la cara.

Si bien después del tratamiento había desaparecido la secreción mucopurulenta de los ollares, no sucedió así con las costras que aparecían en la misma región. Alrededor de un 30% de las ovejas, de todas las edades, estaban afectadas y, las costras de entre 1 y 3 cm de diámetro, no sólo se circunscribían a la región antes citada sino que también se habían extendido por otros puntos de la cabeza (labios, maxilar superior e inferior, áreas próximas al ojo, orejas, etc.) e incluso en algún animal también en las extremidades. En general el estado de los animales era bueno, comían con normalidad, se encontraban en un estado de alerta, no mostraban signos de picor, etc. En una exploración pormenorizada de 10 animales, no se apreció alteración pulmonar o bronquial alguna, ni lesiones en boca o en las zonas antes citadas y en algunos animales observamos abultamiento en la zona de los ollares, con líquido en su interior y alguna úlcera. Los nódulos linfáticos regionales parotídeos y submaxilares se encontraban afectados, aumentados de tamaño, duros, calientes y sensibles a la palpación.

La metodología consistió en una toma de muestras para hacer un cultivo e identificación, así como biopsias para un estudio histológico y de microscopía electrónica. En dos ocasiones se tomaron muestras para microbiología, en total 14. La histología confirmó la dermatitis y en los cultivos se aislaron diversos microorganismos. 

La eliminación de exudado mucopurulento y el hecho de ser suplementados los animales en la propia explotación pudo favorecer el contagio de la enfermedad y la difusión tan amplia que alcanzó. Su evolución fue benigna, aproximadamente en un plazo de 3 semanas desaparecían las costras, se apreciaban áreas depiladas y cicatrices donde antes estuvieron las mismas. El proceso, en un plazo total de mes y medio, afectó finalmente a más del 90% de los animales del rebaño, sin distinción de edad, con un estado general bueno, sin bajas. 

Los cultivos microbiológicos dieron los resultados siguientes:
-Corynebacterium creció en una muestra.
-E. coli fue hallado en 3 muestras.
-Staphilococcus aureus en 3 muestras.
-Micrococcus en 4 muestras.
-Bacilo esporulado en 2 muestras.
-Sin crecimiento (una punción del exudado interno de una zona abultada).

Las biopsias tomadas para histología determinaron la presencia de hiperplasia epidérmica, acantosis, hiperqueratosis ortoqueratótica leve, infiltrado mononuclear de perivascular a difuso, dilatación de vasos sanguíneos e infiltración difusa generalizada. Las lesiones resultan compatibles con un proceso sistémico que afecta a la piel y produce lesiones a partir de una diseminación vascular. Los resultados de microscopia electrónica indican la presencia de un virus (pendiente de clasificar). Entre los procesos conocidos que cursan con dermatitis y costras en piel se incluyen la dermatitis estafilocócica o dermatitis facial causada por Staphilococcus aureus, la dermatitis pustular contagiosa o ectima, una dermatitis grave causada por un poxvirus cuya mortalidad puede llegar al 50%, y una dermatitis ulcerativa causada por un virus no clasificado que produce lesiones en cara, extremidades y aparato genital.

Como conclusión hay que indicar la presencia de un proceso vírico cuya historia y, en particular, su evolución revelan que se trata de un proceso muy contagioso de curso leve, cuya clínica no se corresponde con los procesos conocidos, antes citados, que cursan con dermatitis ulcerativa de origen vírico. Aproximadamente en un plazo de 3 semanas desaparecían las costras, se apreciaban áreas depiladas y cicatrices donde antes estuvieron las mismas.



Autoría: J.J. Ramos y colaboradores (2005)
José Luis Ares Cea (recopilación científica)