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lunes, 10 de junio de 2013

MATERIAL DIDÁCTICO: LOS EMPRESARIOS EN EL SECTOR QUESERO (ESPAÑA)

Continuando con la serie de reflexiones iniciadas con el último artículo publicado en este blog bajo el título "En el sector quesero no vale todo, como en la vida misma" (entrada de 2 de junio de 2013), se aborda a continuación, un elemento clave, para el desarrollo de la actividad quesera, que además influye notablemente en los resultados empresariales, y marca la diferencia entre empresas con el mismo modelo productivo, incluso con la misma localización geográfica.

En este sentido, se trata de encontrar posibles respuestas para las preguntas ¿cómo influye el empresario o emprendedor en el éxito de su empresa?. ¿Cuáles son los elementos que marcan esa diferencia?. Según mi experiencia personal, en el desarrollo de la actividad quesera, igual que ocurre en otros sectores alimentarios, intervienen distintos elementos o factores clave, pero dentro de todos ellos, no cabe ninguna duda, de que el empresario juega un papel fundamental en la buena marcha y en los resultados de su empresa.

A continuación, vamos a recordar algunos cuestiones, que muchas veces no se tienen en cuenta a la hora de programar o acometer un nuevo proyecto de actividad económica o al introducir modificaciones en un modelo productivo ya existente en el sector agroalimentario. En primer lugar, creo que es conveniente aclarar una serie de conceptos y definiciones que usamos habitualmente de forma indistinta, pero que tienen sus matices en la aplicación práctica en el "día a día", también en la actividad quesera, incluyendo a las empresas de pequeña capacidad de producción.

Si se tienen en cuenta las definiciones del diccionario enciclopédico Larousse (2008), observamos que la EMPRESA, desde un punto de vista estricto, es "la unidad económica de producción de bienes y servicios", pero no es únicamente eso, sino que aparecen otros factores implicados, entre ellos, se considera como "el símbolo o figura emblemática de una actividad o conjunto de actividades, bienes patrimoniales, y relaciones de hecho". Pero aún existen más aspectos clave en la definición de una empresa directamente relacionados con las características o singularidades propias de cada persona, ya que la creación de una empresa implica "la acción de emprender, que puede tener cierto riesgo o grado de dificultad, especialmente, cuando intervienen varias personas". En general, poner en marcha un nuevo proyecto de inversión, crear una empresa o realizar cualquier actividad productiva, implica siempre un riesgo, por pequeño que éste sea, y no todas las personas tienen la misma capacidad de respuesta para plantearlo, evaluarlo y asumirlo.

Teniendo en cuenta este concepto de "riesgo" podemos hacer otra consideración que nos permite diferenciar entre el significado de los términos EMPRESARIO y EMPRENDEDOR, que aunque habitualmente se usan como sinónimos, en realidad, no son lo mismo, ya que la acción de emprender se define como "empezar o dar principio a una obra, empresa o negocio, en especial, cuando exige esfuerzo o riesgo". Y la figura del emprendedor aparece, por tanto, directamente relacionada con la "persona que inicia una actividad empresarial con resolución, con acciones de cierto riesgo, y sobre todo, que tiene iniciativas propias".

En cambio, un empresario puede ser una persona capacitada para "dirigir una empresa, reunir los factores de producción y disponerlos con arreglo a un plan para obtener su mejor rendimiento". En general, la figura del empresario se acerca más a la del "propietario, responsable o contratista de una obra, explotación o industria que concierta los servicios de otras personas a cambio de una remuneración económica".

Por otra parte, son numerosos los estudios sectoriales y análisis económicos que se pueden consultar sobre la importancia del tejido empresarial endógeno y las diferencias en los índices cualitativos del desarrollo humano entre regiones y países, donde se muestran cifras y datos estadísticos de organismos públicos y entidades privadas sobre la interrelación existente entre la capacidad emprendedora de la población y diversos indicadores de crecimiento y calidad de vida en esas zonas. Y sobre cómo aquellas regiones con poblaciones de menores iniciativas emprendedoras, se van quedando rezagadas respecto a otras, que incluso geográficamente, pueden estar muy próximas. En este sentido, podríamos plantearnos la siguiente pregunta ¿es ésta situación debida a un factor genético (hereditario) o ambiental (cultura, educación, información, líneas de ayudas económicas, financiación de las inversiones, etc.), o a una mezcla de ambos?.

¿A qué se deben las diferencias en las actitudes y aptitudes empresariales entre unas zonas queseras y otras, o entre empresas de una misma zona, y con similares estrategias productivas?. Son sólo debidas a aspectos puramente sectoriales (o colectivos), entre ellos, los culturales, formativos, informativos, administrativos, legislativos, o están más influenciadas por factores de tipo individual, como la ilusión, esfuerzo, voluntad, constancia, convicción, inteligencia, capacidad para asumir riesgos y afrontar desafíos, etc. La respuesta no es fácil, lo más probable es que intervengan tanto los mencionados factores de naturaleza colectiva como individual, y seguramente otros muchos más no mencionados. Pero a efectos prácticos, un planteamiento que nos viene a la mente sería el de investigar si realmente las regiones económicamente menos desarrolladas lo son porque no tienen buenos emprendedores autóctonos, o porque los recursos limitados y las mayores necesidades de esas zonas suponen un elevado riesgo empresarial difícil de afrontar por los recursos humanos locales, es decir, "quién fue antes el huevo o la gallina".

En la realidad nos encontramos con numerosos ejemplos exitosos apoyados en uno y en otro enfoque, no obstante, desde mi punto de vista, la persona emprendedora que se ha destacado en el sector quesero andaluz, tiene un componente o perfil personal muy acusado, con unos valores propios bastante diferentes respecto al colectivo que integra este sector productivo. En general, esta diferencia se aprecia ya en los primeros pasos, en la generación de la propia idea del proyecto, y los siguientes movimientos del emprendedor para recopilar la máxima información posible, por su manera de "filtrar" y contrastar las diversas opiniones de los especialistas y expertos, en las estrategias para buscar los recursos humanos y económicos necesarios para desarrollar la actividad empresarial, en el nivel de riesgo asumido "conscientemente" para conseguir los fondos necesarios y poder alcanzar los objetivos previstos, etc.

En fin, no cabe duda, de que esta lista de cualidades diferenciales no está completa, estoy seguro de que cualquiera de nosotros ha conocido a alguna persona con algún rasgo de su personalidad emprendedora que lo destaca de los demás, consiguiendo excelentes resultados en el corto plazo, partiendo incluso inicialmente con propuestas de elevado riesgo para la mayoría de sus competidores, y en situaciones socioeconómicas complicadas como la actual. Lo que nos lleva a reflexionar sobre el origen de este "aura", "visión", "olfato", o como queramos denominar a estas cualidades propias de los emprendedores destacados. Podríamos incluso preguntarnos si " los emprendedores nacen o se hacen". Posiblemente, se combinen ambos factores pero eso ya será tema de otro foro de debate.
Este artículo se incorpora como información complementaria (foro de análisis y debate) al material didáctico que he elaborado para el alumnado del curso de Especialista en Quesería, impartido durante 2013 en las instalaciones de la Planta Piloto de Lácteos.




Fuente: Material didáctico (2013). Curso de Especialista en Quesería. Planta Piloto de Lácteos de Hinojosa del Duque (Córdoba, España).
José Luis Ares Cea (profesor)