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miércoles, 14 de agosto de 2013

25º ANIVERSARIO CURSO AGENTES EXTENSIÓN AGRARIA (ESPAÑA)

El trimomio extensión-investigación-formación tiene en el sector agrario un papel esencial, como instrumento para detectar las necesidades reales de los productores e industrias agroalimentarias "a pie de campo" y también por formar parte indisoluble del desarrollo de soluciones para la problemática específica de las propias empresas y de sus estructuras organizativas. No cabe ninguna duda, y así lo demuestran los países más avanzados en este sector productivo, que una integración adecuada de estos tres eslabones esenciales en la cadena de la transmisión del conocimiento no solo favorece el funcionamiento general del sistema sino que lo hace más eficaz y racional al ahorrar tiempo, recursos humanos y medios materiales.

Si analizamos el primer eslabón de esta cadena del conocimiento agrario, la figura del técnico 'extensionista' es la base del sistema, ya que son, precisamente, estos agentes por su ubicación geográfica en las zonas rurales, su cercanía y contacto con los agricultores y ganaderos, los primeros en identificar la problemática específica de las empresas agroalimentarias, teniendo además la capacidad de establecer las prioridades por orden de importancia o por motivos de urgencia debidamente justificados. 

Por tanto, si este primer eslabón de la cadena no existe o su función está limitada por su dedicación burocrática "a tiempo total", como ocurre actualmente en muchas regiones de la Unión Europea, el sistema se torna ineficaz e improductivo suponiendo, incluso, un auténtico "lastre" para el conjunto de la ciudadanía, por el mal aprovechamiento de los recursos públicos y el consiguiente encarecimiento de las funciones y estructuras institucionales. 

En mi opinión toda región con un importante sector agrario debe tener servicios técnicos de extensión debidamente involucrados con los productores y sus problemáticas, para transmitir estas necesidades en tiempo real a los siguientes eslabones de la cadena de transmisión del conocimiento: investigadores y formadores, para que se elaboren y pongan en funcionamiento los programas de trabajo específicos que aseguren una auténtica transferencia con criterios tecnológicos, empresariales y financieros. 

En este modelo de transmisión del conocimiento, suficientemente contrastado en la práctica en numerosos países, los agentes extensionistas no constituyen únicamente el primer eslabón de la cadena sino que también forman parte del último, de manera individual o compartiendo foros y mesas de trabajo con investigadores y formadores en aquellos eventos donde se presentan las soluciones a la problemática de los empresarios agroalimentarios de los distintos sectores productivos. 

Hay que destacar también que en algunos de los países más punteros en el sector agroalimentario, los servicios de extensión están integrados dentro de las propias estructuras y organigramas de las administraciones e instituciones públicas, incluidos los centros universitarios, transmitiendo en todo momento los requerimientos del sector a los departamentos y secciones de investigación y formación, ya que en la inmensa mayoría de los casos, las soluciones a los problemas de las empresas agrarias se fundamentan en ciertas adaptaciones y mejoras de los procesos productivos y empresariales, provenientes de investigaciones de carácter aplicado junto con los programas formativos específicos "diseñados a la carta".

Con la defensa de este modelo de transferencia del conocimiento no se cuestiona, en absoluto, la utilidad de la investigación básica, demostrada suficientemente en diversas áreas y disciplinas temáticas generando avances científicos importantes dentro del sector agroalimentario, entre ellos, cabe mencionar la industria agroquímica, las fábricas de piensos y alimentos concentrados para la ganadería, la ingeniería genética, la biotecnología en el desarrollo de nuevas variedades, las empresas productoras de semillas y plantas de vivero, el desarrollo de maquinaria automatizada, la robotización de los procesos productivos, etc., que han contribuido decisivamente a la modernización del medio rural, sino que, por el contrario, lo que se plantea es su integración dinámica para reforzar el sistema de transferencia tecnológica, en especial, la de aquellos grupos de investigación que cuentan con los recursos humanos suficientes, infraestructuras y equipamientos potentes, y un balance de resultados significativos debidamente contrastados. En épocas de escasez de recursos y de fuertes recortes presupuestarios como la actual, no parece demasiado lógico apoyar con fondos públicos a los grupos de trabajo que carezcan de un alto potencial o nivel de "excelencia", ni a aquellos otros con balances de aportaciones científicas básicas con escasas repercusiones en el tejido empresarial agroalimentario. La vía más propicia para la financiación de aquellos grupos de investigación menos potentes tendrá que estar necesariamente vinculada a las aportaciones de empresas y entidades privadas, principalmente, teniendo en cuenta los largos plazos requeridos en la metodología de trabajo para obtener resultados positivos para su aplicación en el sector agroalimentario.

En este sentido, creo que merece la pena recordar el modelo de Extensión Agraria que existió en España durante varias décadas y que, en el caso de Andalucía, tuvimos la oportunidad de comprobar su eficacia en muchas de las actividades desarrolladas en nuestra Planta Piloto de Lácteos (cursos, seminarios, proyectos de I+D, ensayos de experimentación, etc.) de Hinojosa del Duque (Córdoba), en estrecha colaboración con los Técnicos (Agentes) de las distintas agencias territoriales del Servicio de Extensión Agraria de Andalucía (SEA).

Como muestra del modelo que existía hace 25 años, se adjunta un formulario de solicitud de los Programas de Formación destinados al personal técnico de las Agencias del SEA. A modo de ejemplo, se diseñó y desarrolló un programa formativo sobre el Ganado Caprino, con distintos bloques temáticos, incluyendo entre ellos, el manejo, selección y mejora de los animales; los controles sanitarios y de producción en las explotaciones caprinas; los sistemas productivos tradicionales mediante el aprovechamiento racional de los recursos naturales, pastos y forrajes; el diseño funcional de las instalaciones y su higiene y mantenimiento; las rutinas de ordeño; la producción de leche y su transformación en queso; etc.

El asesor científico de la AQAA, José Luis Ares, ha participado activamente en el Programa de Formación de Agentes de Extensión Agraria, tanto en el diseño del currículo formativo, como en la coordinación e impartición de los cursos.





Fuente: Circular informativa (1998). Asociación de Queseros Artesanos de Andalucía (AQAA). Gonzalo Ramírez Miquel (presidente). Sede AQAA: Bobadilla Estación (Málaga, España).
José Luis Ares Cea (coordinador de la Planta Piloto de Lácteos, DGIEA, Consejería de Agricultura y Pesca)